El mito de la venta del Garage
El Cronista Comercial - mayo
de 2015
El surgimiento de los negocios en un garaje se
alimenta de casos como aquel en Palo Alto, California, en donde William Hewlett
y David Packard comenzaron a experimentar con equipos electrónicos, en 1938,
para dar origen, años más tarde, a la firma HP. Otros íconos son los casos de
empresas como Apple o Microsoft. Desde entonces, uno de los ideas instaladas es
que un buen emprendimiento es solo aquel que se permite vender con creces pocos
años más tarde de su creación. Para decodificar la realidad detrás del mito, IT
Business consultó a varios emprendedores del ecosistema local para que comenten
su experiencia. Un ejemplo es Emanuel Goldschmidt, que, en 2003 y con 27 años,
fue uno de los fundadores de la empresa de publicidad Digital Dream Ad. Esta
fue adquirida en 2009 por Ybrant Digital, cuando facturaba unos u$s 13 millones
anuales y se destacaba por desarrollar aplicaciones para dispositivos móviles y
videos multimedia.
Otro es el caso de los hermanos Alexis y Marina
Caporale que fundaron Bixti.com, en 2010.
Se trata de una plataforma de compra-venta de
diseño, arte y artesanía para el mercado hispanohablante. La idea surgió tras
observar que en la región no existía una plataforma como el site americano
Etsy.com. Invirtieron u$s 30.000 provenientes de ahorros familiares. Para su
sorpresa, el software factory, que desarrolló el sitio terminó ofreciéndoles
comprar la firma. La razón del interés la describe Caporale (25) así:
"Recorríamos ferias y comercios de diseño para mostrar nuestra propuesta.
En cuanto lanzamos el website, comenzamos a sumar usuarios rápidamente".
Desde que los hermanos soñaron la plataforma hasta que estuvo online había
transcurrido apenas un año. No obstante, sus creadores advierten: "Hay
mucha dedicación en el proyecto, cuando el ratio de éxito de las firmas de
tecnología es menor al 10%", indica Caporale.
Pablo Larguía tiene su historia para agregar.
El entrepreneur de 37 años es fundador y, hoy, CEO de RedInnova, definida como
"el punto de encuentro de la industria digital y tecnológica de América
latina". Licenciado en Economía Empresarial por la Universidad Torcuato Di
Tella y la University of Illinois, Larguía comenzó su vida profesional siendo
cofundador de Bumeran, el portal de empleos y recursos humanos que hoy está
presente en 12 países, cuenta con 11.6 millones de visitas por mes y 48.000
empresas clientes por año. Además, pertenece a la firma Navent, que,
recientemente, adquirió los portales ZonaJobs y ZonaProp.
"En 1999, estaba por graduarme y tenía la
necesidad de buscar trabajo. Hasta ese momento, los curriculum vitae se
enviaban en papel, pero, con un amigo, pensamos que el CV también debía estar
online. Claro que, en aquel momento, solo el 3% de la población estaba
conectada. Sin embargo, gracias a un viaje a los Estados Unidos y al ambiente
universitario de allá percibíque Internet sería algo tan disruptivo y
transformador, que, en algún momento, sería masivo. Tras conversar sobre el
tema, mi madre nos prestó una oficina y así lanzamos Bumeran", resume
Larguía. "Éramos cinco amigos que nos dividimos el trabajo: uno
programaba, otros visitaban empresas para que coloquen avisos de empleo,
mientras que otro iba a las universidades. Para fondearnos, contamos con amigos
y familiares que invirtieron u$s 50.000".
¿Vender o no vender?
En cuanto a las razones para vender, la más
mencionada es tanto un tema personal como de escala del negocio, según los
emprendedores consultados. Así, Larguía vendió su parte de Bumeran a
Telefónica. "Vendí porque, con 23 años, quería hacer otras cosas. Más
tarde se fueron los otros fundadores del proyecto", argumenta no sin antes
desmentir el rumor que habría cobrado u$s 10 millones por sus acciones.
Por su parte, Juan Pablo Bruzzo es un ingeniero
Industrial (41), que, hoy, trabaja en Moni, su tercer emprendimiento IT. Se
trata de una plataforma online surgida en 2012, que ofrece un servicio de
adelantos de dinero. Antes, fue uno de los primeros empleados del marketplace
DeRemate.com y co fundador del servicio de pagos online DineroMail, en 2005.
"Para este, copiamos el modelo de negocio de PayPal para aplicarlo en
América latina porque nos dimos cuenta que un servicio así iba a ser
fundamental para cualquier empresa de e-commerce. En 2011, se lo vendimos al
grupo sudafricano Naspers porque nos pareció que era una gran
oportunidad", recuerda el emprendedor. Desde Naspers, comentan sus razones
para comprar: "DineroMail (Nota de. Red., hoy PayU) tenía una trayectoria
y conocimiento en el mercado, que hubiera tomado mucho tiempo ganar. Además,
cuenta con funcionalidades fundamentales para las necesidades del mercado
argentino, que hubiera tomado mucho más tiempo desarrollar desde cero",
cuenta Javier Buitrago, Country Manager de PayU Latam en Argentina.
El siguiente paso
Caporale comenta que, su caso se generó en
2012, cuando recibió una propuesta de Elo7, una plataforma brasileña similar a
Bixti. com. Hoy, el argentino es el responsable de la operación de esta marca
en América latina excepto Brasil. "Mi objetivo era que mi emprendimiento
fuera líder en toda la región, y entendí que para crecer tenía que
vender", indica. Elo7 está disponible en varios países y cuenta con unas
15 millones de visitas por mes, como la competencia dentro de su nicho no tiene
ni el 5% del volumen de negocio de Elo7, sus competidores directos son
MercadoLibre y OLX. "Los brasileños hicieron bien en adquirirnos por
nuestro conocimiento sobre el mercado artesanal en general y de los artesanos
en particular".
En cuanto a los motivos de una venta, Buitrago
coincide: "Es un proceso normal, que se repite con muchísimas empresas
tecnológicas a nivel global. Sucedió con WhatsApp e Instagram, que fueron
adquiridas por Facebook. Esto se debe a que a partir de cierto nivel de
desarrollo, se requiere jugar globalmente y, ahí, se vuelve crítico que un
emprendimiento cuente con el apoyo de un grupo empresario importante".
Todos los entrevistados coincidieron en que
lograron encontrar el momento justo para vender sus empresas para alimentar su
ADN entrepreneur: "Soy un emprendedor al que le gusta más la etapa de
gestar nueva ideas que el proceso de gestionarla. Pero, en todos los casos,
fundé firmas por la ilusión. Nunca comienzo un proyecto pensando en venderlo,
porque no tengo mentalidad financiera, sino de crear valor y de hacer algo que
me divierta", describe Larguía. Goldschmidt coincide: "Cuando el
emprendimiento crece demasiado, las responsabilidades cambian y el negocio
también y, a mí, lo que más me gusta es iniciar un negocio desde cero",
cuenta. Resalta que la venta de Dream Ad le permitió volver a emprender de cero
en lo que le gusta. Su nuevo start-up se llama VidClub, y produce contenido
audiovisual y educativo para niños de entre 1 y 5 años de edad. Hasta el
momento, su canal de Toobys en español en YouTube acumula más de 17 millones de
reproducciones y más de 34 millones de minutos vistos, lo que equivale a más de
65 años de visualizaciones. VidClub se lanzó al mercado con una inversión de
uSs 100.000 y tiene previsto facturar en 2015 su primer millón de pesos.
¿Y ahora, qué?
Larguía trabaja en RedInnova desde 2008 y no
piensa en venderla. Por el contrario, tiene en mente expandir sus áreas de
negocio e intensificar su relación con start-ups de toda la región. "Llevo
creada tres empresas en 15 años. Pero intento tomarme todo con calma y hacer lo
que me gusta". En tanto, Caporale tiene puesta la camiseta de Elo7, aunque
despunta su pasión por el emprendedorismo, impartiendo el curso abierto al
público en general EmprendING, en la UBA.
Por su parte, Bruzzo está concentrado en hacer
crecer a Moni, para la cual los socios invirtieron u$s 50.000 en lanzar la
plataforma y otro tanto para prestar efectivo a los usuarios. De todos modos,
no descarta venderla en el futuro.
Los casos presentados evidencian que correr el
riesgo que es emprender algo desconocido, incluso en un mercado como el local,
conlleva una impacto particular: convertirse en una ‘adicción’.
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