Las 25 empresas familiares más grandes del
mundo
Forbes - lunes, 4 de mayo de 2015
¿Cuáles son las principales
diferencias entre esa tintorería local y Peugeot, BMW o Walmart? La respuesta
es menos evidente de lo que se cree.
Éstas son las 25 empresas
familiares más grandes del mundo:
Al escuchar las palabras “empresa
familiar” usualmente pensamos en el restaurante a la vuelta de la esquina
administrado por un matrimonio, o la tintorería local que ha estado en la misma
familia por generaciones. Pero algunas de las compañías más grandes del mundo y
de las marcas más conocidas, como BMW y Walmart, tienen raíces familiares
profundamente arraigadas.
Un nuevo estudio realizado por el
Centro para la Empresa Familiar de la Universidad de St. Gallen, Suiza, enlista
a las 500 empresas de propiedad familiar más grandes del muno, basándose en sus
ingresos. El informe destaca que las empresas familiares, que constituyen entre
80 y 90% de las empresas en todo el mundo, son un importante motor del PIB y el
crecimiento del empleo.
Denominada Índice Global de la
Empresa Familiar, la lista es un quién es quién de las marcas estadounidenses:
Walmart, Ford y Tyson están –obviamente– presentes, al igual que otros gigantes
internacionales como Hutchison Whampoa de Li Ka-shing y América Móvil de Carlos
Slim. Pero también hay empresas menos conocidas como Diersch y Schröder, una
compañía alemana de petróleo, minerales y energéticos que emplea a sólo 350
personas pero aún así genera 2,500 millones de dólares (mdd) en ingresos.
“Lo que me llama la atención es
la capacidad de las empresas familiares –las que tradicionalmente son vistas
como esa pequeña tienda de la esquina– para crear un valor significativo”, dice
Thomas Zellweger, profesor de administración de empresas en la Universidad de
St. Gallen y director general de su Centro para la Empresa Familiar.
Los miembros del índice Family
500 combinan ventas totales anuales por 6,500 mdd, suficientes como para ser la
tercera economía más grande en el mundo (superada sólo por EU y China) y
emplean a casi 21 millones de personas, alrededor de 42,000 personas por
empresa, en promedio. (El conjunto de datos incluye a empresas privadas con más
de 50% de propiedad familiar de derecho de voto y empresas públicas con al
menos 32% de propiedad familiar de derecho de voto. La cifra fue determinada
luego de que los analistas de datos en St. Galen observaron que “en los países
de la OCDE, en promedio, 30% de los votos son suficientes para dominar la
asamblea general de una empresa pública.”)
Las empresas minoristas y
mayoristas constituyen la mayor parte del índice, con 18%, seguidas de cerca
por productos industriales diversos (17%) y productos de consumo (15%). La
industria con menos probabilidades de tener un gran negocio familiar es el
gobierno y, curiosamente, sólo 6% de las empresas está involucrado en el sector
primario de la economía, donde las empresas trabajan directamente con recursos
naturales como la minería o la extracción de petróleo.
Los investigadores encontraron
que la naturaleza pública o privada de una compañía tiene poco que ver con su
aparición en la lista. Los datos son bastante uniformes: 52% son públicas
mientras que 48% permanecen en manos privadas.
Europa es líder con 50% de las
empresas del índice que llaman hogar al Viejo Continente, seguida de América
del Norte con 24%, mientras que las regiones que normalmente se asocian con las
culturas más orientadas a la familia, como Asia y América del Sur, constituyen
un segmento más pequeño de las principales firmas de lo que uno podría
imaginarse.
Entonces, ¿qué han hecho distinto
las familias incluidas en el índice para lograr tal éxito al tiempo que
mantienen el control familiar?
“Son muy superiores en la
transición generacional”, dice Peter Englisch, el líder del índice familiar
global del Centro de excelencia de los negocios familiares globales de EY, que
apoyó al Centro para los negocios familiares de St. Gallen para la realización
del proyecto. “Es un hecho sorprendente, porque 44% de las empresas en el
Family 500 son propiedad de la cuarta generación o más; esto contrasta con
menos de 5% de las empresas en general.”
Se trata de familias que siempre
han encontrado una manera de llevarse bien y lo han hecho durante mucho tiempo.
La empresa promedio en el índice Family 500 ha estado en el negocio durante 88
años, aunque el promedio está sesgado por algunos veteranos impresionantemente
longevos. La firma más antigua, la Takenaka Corporation, ha estado presente
desde 1610, cuando un carpintero abrió un taller en Nagoya. Los Takenaka siguen
controlando la firma de ingeniería y construcción hoy, y la familia ha sido
capaz de superar los problemas familiares y de negocios, así como las amenazas
políticas, durante más de cuatro siglos.
“Con una empresa familiar el reto
es combinar el mundo más racional de los negocios con el mundo más emocional de
la familia”, dice Englisch.
Pero mientras que muchos piensan
en el modo de pensar familiar, uno emocionalmente cargado, como una barrera
para el éxito del negocio (que a menudo se ve como un ámbito en el que es
necesario un perfil racional, frío y calculador), el Índice Global de la
Empresa Familiar sugiere que las familias pueden estar mejor equipadas para
mantener el éxito empresarial a largo plazo de lo que se cree.
Zellweger ofrece algunas
explicaciones posibles a por qué las empresas familiares pueden sobrevivir
periodos difíciles. En primer lugar, las empresas familiares no tienden a
enfocarse en el próximo trimestre, sino en la próxima generación. Esta visión a
largo plazo es rentable y ayuda a mantener las cosas en perspectiva, sugiere
Zellweger. En segundo lugar, estas empresas parecen ser especialmente buenas en
fomentar el compromiso de los empleados, que Zellweger piensa puede fortalecer
las marcas y detonar la innovación ya que son más propensas a retener a sus
mejores empleados (especialmente a los que son miembros de la familia).
“Estas empresas son muy buenas
eficientando sus procesos de innovación”, dice Zellweger. “Puede que no lancen
las últimas tendencias pero son bastante buenas refinando lo que hacen.”
Aunque el índice muestra a la
crema y nata mundial en términos de éxito y longevidad en los negocios
familiares, las empresas familiares más jóvenes –especialmente aquellas que
todavía tienen que hacer frente a la difícil tarea de transmitir el control a
la siguiente generación– puede ver el conteo elaborado por St. Gallen como una
fuente de inspiración.
“Una gran cantidad de empresas
familiares piensa, ‘Bueno, no vamos a sobrevivir’, pero ahora pueden ver que
realmente es alcanzable”, dice Zellweger
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