La televisión en streaming en internet gana
terreno en EEUU
Agence France-Presse (AFP) - domingo, 3 de
mayo de 2015
El video en "streaming"
en internet goza de una creciente popularidad aunque, por ahora, no ha llevado
al público estadounidense a cortar el cordón umbilical con la televisión
tradicional.
Más de la mitad de los
estadounidenses ven actualmente películas o programas televisivos en streaming,
es decir, miran contenidos a través de internet sin descargarlo a la
computadora, según un estudio publicado recientemente por la consultora
Deloitte.
Recurren a Netflix, líder del
mercado en Estados Unidos, con más de 40 millones de abonados, pero también a
otros servicios de video en línea, como Amazon o Hulu. Algunas cadenas
tradicionales se han decidido incluso por ofrecer únicamente suscripciones on
line, como lo hizo últimamente la productora de la serie "Juego de
Tronos", HBO, perteneciente al grupo Time Warner.
También han comenzado a aparecer
programas en directo, de la mano de Sony y Dish Network, y tal vez próximamente
de Apple.
Sling incluye en sus paquetes en
línea el deporte, a través de ESPN, y la información en directo, con CNN, del
grupo Disney, pero a un precio y con un número total de canales inferior a los
megapaquetes de televisión por cable o satelital a los cuales gustan
suscribirse habitualmente los estadounidenses, que comprenden decenas y hasta
centenas de cadenas.
"Se está llegando a un punto
de inflexión, y las condiciones ya están reunidas para que (el streaming)
acelere su penetración si los actores logran poner en pie una buena
oferta", considera Jim Nail, analista de la consultora Forrester.
"Todos estamos esperando a
ver qué hace Apple", agregó. "¿Innovarán y reformularán la televisión
en un grado similar a lo que ya hicieron en otros sectores?", se pregunta.
- Al gusto del consumidor -
Por el momento, los mayores
actores de la televisión de pago en Estados Unidos sólo han perdido 0,2% de sus
abonados en los dos últimos años, según un estudio del Leichtman Research
Group.
Para Bruce Leichtman, presidente
de la firma, lo que está cambiando es fundamentalmente la manera en que se mira
televisión. "El tiempo que uno pasa mirando Netflix u otro servicio en
línea es un tiempo en el que no se mira televisión" tradicional, observa.
A la larga, los canales clásicos
perderán audiencia y en consecuencia ingresos publicitarios.
"Aquella noción de
consumidores sentados ante su televisor para mirar un programa a un horario
predeterminado está dejando rápidamente lugar, sobre todo entre las jóvenes
generaciones, a un mercado de telespectadores que recure a toda una serie de
aparatos, dentro y fuera de su hogar, para observar contenidos a la hora en que
les convenga", constata igualmente el estudio de Deloitte.
Si hasta hace poco los programas
televisivos eran vistos únicamente a la hora programada por los canales, ahora
eso sucede únicamente en 45% de los casos. En el 55% restante del tiempo, los
telespectadores echan mano a servicios de streaming o graban los programas para
verlos ulteriormente, estima Deloitte.
Y la proporción baja con la edad.
Otro estudio, realizado por Forrester, indica que 38% de las personas de entre
18 y 32 años en Estados Unidos no ven suficientemente la televisión tradicional
como para justificar un abono a la oferta habitual de los canales por cable.
Algunos operadores de la
televisión clásica intentan adaptarse a esta evolución. Verizon, por ejemplo,
acaba de lanzar una oferta que permite a sus abonados optar por grupos de
canales en función de sus intereses, con tarifas adaptadas. ESPN y otros
cuestionan la legalidad de una propuesta de ese tipo.
"Los servicios de streaming
brindan más opciones a los consumidores", pero no son tan económicos como
podría suponerse porque también deben pagar derechos por la difusión de
contenidos y los trasladan a sus precios, advierte Dan Rayburn, analista de
Frost & Sullivan. Además, señala, los nuevos servicios tienen menos
clientes y deben repartir sus costos entre ellos.
De todas maneras, ello no
impedirá que a futuro la televisión a la carta, al gusto del consumidor, se
convierta en la norma y que sólo algunos programas sean vistos en directo, como
la final del Super Bowl del fútbol americano, tomando el caso de Estados
Unidos, pronostica Jim Nail.
"En 10 o 20 años la gran
mayoría de los programas serán vistos en diferido o a demanda", asegura el
analista. "Los consumidores ya no quieren seguir estando sometidos a la
tiranía" de los canales, concluye.
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