Cómo se calcula la pobreza en Europa y en
América Latina
Infobae - junio de 2025
Errores y trampas para calcular
la pobreza
Existen muchas maneras de medir.
Cada una tiene distintos fundamentos, e incluso puede perseguir objetivos
específicos diferentes.
"Hay tres tradiciones
metodológicas: los estudios de pobreza objetiva, relativa y subjetiva. En la
primera, se suelen inscribir las estadísticas oficiales del mundo en
desarrollo. Cuenta con un gran abanico de técnicas. Entre las más populares se
encuentran la Canasta de Satisfacción de Necesidades Básicas, el Índice de
Necesidades Básicas Insatisfechas, el Método Integrado, y el dólar PPA
(paridades de poder adquisitivo) por persona al día", explica a Infobae el
sociólogo chileno Mauricio Rosenbluth, director ejecutivo de la Fundación
Superación de la Pobreza.
"La tradición relativa
-continúa-, encuentra amplio despliegue en los países europeos y de la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). También
existen varias alternativas, aunque muy similares en su construcción: la LP del
60% de la mediana de ingresos (o del 50%, 30%, etc.) y la LP del 40% del
promedio de ingresos. Por último están los estudios de pobreza subjetivos, que
también construyen LP, pero basadas en las opiniones y percepciones de las
personas sobre el ingreso mínimo indispensable para la supervivencia. Estos
últimos no han sido considerados aún como parte de los métodos oficiales de
medición".
Los países de América Latina utilizan
parámetros de pobreza muy bajos
La mayoría de los organismos
internacionales y de los países latinoamericanos se inclinan por los métodos
objetivos.
"El Banco Mundial (BM) usa
una medición con una LP estimada como el promedio de las LP de los países más
pobres del mundo. Así obtiene la LP de 1.25 dólares PPA. Pero, como esos países
usan las LP que el BM les recomienda, el fundamento se vuelve 'usamos las LP
que usamos porque las usamos', es decir sin fundamento", dice Julio
Boltvinik, especialista en el combate de la pobreza, doctor en Ciencias
Sociales y profesor de El Colegio de México, consultado por Infobae.
"El Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD), utiliza un método multidimensional, que no
incluye ingresos. Usa ponderadores iguales para cada dimensión y utiliza
umbrales muy bajos, obteniendo niveles de pobreza inferiores a los del BM. Otra
vez, carece de fundamento. En algunos casos adoptó los umbrales usados para las
metas del milenio. Sin fundamento", agrega.
Algo común a los países de
América Latina y a los organismos internacionales es que utilizan parámetros
muy bajos. Eso lleva a considerar como "no pobres" a personas que en
realidad están en una situación de mucha vulnerabilidad.
"La Cepal -continúa
Boltvinik- usa una LP que es igual al costo de una canasta de alimentos crudos
multiplicada por 2 en el medio urbano y por 1.75 en el rural. A diferencia de
los anteriores, al menos se apoya en un elemento normativo: los requerimientos
nutricionales de los seres humanos y una relación empírica observada entre el
gasto en alimentos y el gasto en otros rubros. Tiene un fundamento en
alimentación, pero en los otros rubros confunde lo que es con lo que debe ser.
Es un mal método, pero menos malo que los anteriores".
Por distintos motivos, las
estadísticas de la Cepal y de muchos estados de la región terminan escondiendo
el número real de pobres. Una de las causas es el valor asignado a las canastas
está desactualizado y en algunos casos debería ser el doble. Pero hay razones
bastante más inconfesables.
"El método conlleva una
asimetría, puesto que la LP solamente aumenta con el índice de precios de
alimentos. Como el mundo vivió una época de inflación muy baja de los alimentos
en las últimas dos décadas del sigo XX y hasta 2006, la LP creció menos que la
inflación. Pero cuando los precios de los alimentos empezaron a subir más
rápidamente que la inflación general (a partir de 2007 o 2008), Cepal,
tramposamente, cambió el procedimiento para tomar en cuenta la inflación
general. En síntesis, la historia que nos cuenta de la evolución de la pobreza
en América Latina es un cuento de hadas", afirma Boltvinik.
En Europa y en los entes que
nuclean a los países más desarrollados, el criterio es mucho más exigente. Eso
los puede llevar a decir que es pobre gente que en América Latina sería
considerada de clase media. Al margen de esa particularidad, también hay muchas
inconsistencias en la manera que tienen de hacer el cálculo.
"La OCDE y la Unión Europea
(UE) usan LP relativistas, definidas como un porcentaje de la mediana del
ingreso de los hogares. Es un método relativista no normativo que produce la
paradoja de que la pobreza crece en el auge y decrece en las crisis. También
produce el absurdo de que países como Polonia tengan menos pobres que Francia o
Alemania", dice Boltvinik.
En resumen, Europa tiene algo
positivo, que es un criterio que establece un umbral más elevado. Pero lo hace
a través de una fórmula carente de fundamento, que ofrece resultados
distorsionados.
El problema de la Cepal y de
muchos países de América Latina es que toman la decisión política de subestimar
los niveles reales de miseria, para embellecer la gestión de los gobiernos y de
los propios organismos. Pero tienen algo positivo: utilizan un mecanismo mucho
más lógico para medir. El desafío está en subir la vara y aplicarlo
honestamente.
"Por medio de mediciones de
la pobreza sistemáticas en el tiempo, los países suelen determinar la
orientación y magnitud de las acciones que deben llevar adelante para
superarla. Les permiten evaluar su efectividad y, eventualmente, los faculta
para alterar o justificar determinadas decisiones de política pública. Por lo
tanto, la alternativa de medición que se escoja no es una decisión baladí.
Tiene consecuencias, ya que nos obliga a fijar la mirada en algunos aspectos y
no en otros, y suele sesgar la acción del Estado en alguna dirección
particular", explica Rosenbluth.
"Por ejemplo, al medir
pobreza por medio de la canasta, se observa una disminución importante en
América Latina en los últimos 20 años. Pero si el mismo período lo analizamos
con una medida relativa, ésta exhibe pocas variaciones. A su vez, mediciones
que consideran umbrales exigentes suelen imprimir mayor presión sobre la
gestión pública que aquellas centradas sólo en detectar miseria extrema",
agrega.
Por eso es tan importante avanzar
hacia mediciones multidimensionales, que crucen los criterios objetivos con los
relativos. Y sobre todo, que incluyan las variables subjetivas, que si bien son
las más difíciles de calcular, son imprescindibles para comprender el fenómeno
en toda su expresión. Sólo así se podrá actuar efectivamente desde el Estado.
"La realidad de la pobreza
no puede ni debe ser estudiada sólo a través de métodos cuantitativos. Es
prioritario que los gobiernos empiecen a desarrollar una agenda de estudios
cualitativos, que aporten a una comprensión integral, holística y de mayor
complejidad a la vivencia de la miseria en las sociedades del siglo XXI. No se
trata de sustituir un método por otro, sino de complementar", concluye
Rosenbluth.
España y Argentina
España es uno de los países más
vulnerables de Europa en términos socioeconómicos. Argentina, uno de los que
tiene mejores indicadores sociales en América Latina. Una comparación entre
ambas naciones puede resultar muy esclarecedora de las enormes diferencias que
hay entre las dos regiones al momento de calcular los niveles de pobreza.
Según el Instituto Nacional de
Estadística (INE), en España es pobre el 22,2% de la población. El Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), de Argentina, dejó de medir este
dato en 2013, pero la presidente Cristina Kirchner aseguró esta semana en un
discurso ante la FAO que estaba por debajo del 5 por ciento.
¿Cómo se calcula la pobreza en
Argentina? Primero se establece el valor de una Canasta Básica de Alimentos
(CBA), que estima el ingreso mensual que debe alcanzar una persona para cubrir
sus necesidades alimenticias. La CBA marca la línea de indigencia, y a partir
de ella se elabora la Canasta Básica Total (CBT), que incluye todos los bienes
y servicios que una persona necesita consumir para no ser pobre.
En diciembre de 2013, la CBT era
de 577 pesos, que al inaccesible tipo de cambio oficial representa 64 dólares.
Como la inflación medida por el Indec fue del 23,9% en 2014, el valor de la CBT
y de la línea de pobreza (LP) actualizado para diciembre de ese año sería de
715 pesos (79 USD).
Siguiendo este criterio, el nivel
de pobreza oficial estaría efectivamente en el orden del 5%, o por debajo, ya
que la media de ingresos del primer decil poblacional (el 10% más pobre) es de
893 pesos (99 USD).
¿Cómo es el cálculo en España? En
vez de establecer el valor de una canasta, el INE -al igual que el resto de los
organismos estadísticos europeos- dice que está en riesgo de pobreza toda
persona que gane menos del 60% de la mediana de ingresos de la población. Es
decir, de lo que gana la persona que está exactamente en el medio de la escala
distributiva.
La mediana en España es de 1.105
euros mensuales (1.245 USD), de modo que la primera mitad del país tiene una
renta inferior, y la otra mitad, una renta superior. La LP es entonces de 663
euros (746 dólares).
En términos absolutos, la LP de
España es diez veces más alta que la de Argentina (746 dólares frente a 79), lo
que de por sí podría explicar por qué hay tantos pobres más. Aunque es cierto
que el costo de vida no es equivalente.
¿Qué pasaría si en Argentina se
calculara con el mismo método que en España? La mediana de ingresos en
Argentina ronda los 5.000 pesos (553 USD), según datos del Indec para el cuarto
trimestre de 2014. De modo que el umbral de pobreza sería de 3.000 pesos (332
USD), que es el 60% de 5.000.
Considerando que el ingreso
promedio del tercer decil poblacional es de 2.950 pesos, se puede inferir que
sería pobre entre el 25 y el 30 por ciento de la población argentina. Es decir,
cinco o seis veces más de lo que dijo Cristina Kirchner, y bastante más que en
la España de la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario