Con o sin bloqueo, Cuba crecerá
un 4% en 2015
INFOnews - junio de 2025
Según consignó Tiempo Argentino, el gobierno
de Raúl Castro acaba de difundir un informe sobre los resultados provisorios de
la economía de la isla durante el primer semestre de 2015 y las proyecciones
que de él se deducen para todo el año.
Se trata de un primer balance
económico integral posterior a los anuncios del 16 de diciembre de 2014 acerca
del "restablecimiento de las relaciones diplomáticas" entre el
gobierno cubano y su par de los Estados Unidos después de casi 60 años de un
duro bloqueo norteamericano sobre la economía socialista.
Si bien es cierto que el acuerdo
establecido entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, simplemente
estableció la restitución de las relaciones diplomáticas, la flexibilización en
el movimiento de turistas norteamericanos a la isla y la remisión de dólares de
ciudadanos cubanos a su país, el contexto internacional y el tenor de las
declaraciones de ambos líderes dejaron entrever la posibilidad cierta de que,
en forma paulatina, se ponga fin a varias de las resoluciones que, una sobre la otra, contituyen el llamado
"bloqueo" que tantas veces fuera rechazado por la Asamblea de la ONU (desde
1992 se produjeron 22 votaciones por mayoría en contra y desde 2007 se
realizaron con votaciones abrumadoras y con el rechazo únicamente de Estados
Unidos e Israel), y nunca acatado.
Números en frío
El informe oficial da cuenta de
un crecimiento de la economía del país de un 4% durante los primeros seis meses
del año cuando, durante 2014, el PBI se había incrementado en apenas un 1,3%
mientras que las proyecciones indicaban un crecimiento superior al 2 por
ciento.
Para este año el gobierno cubano
espera estabilizar ese ritmo de crecimiento y concluir con un incremento global
anual del 4 por ciento.
Con todo, el Ministro de Economía
y Planificación, Marino Murillo, reconoció que todavía "existen algunas
tensiones financieras" y que, si bien los resultados "son
positivos" corresponde "seguir trabajando duro".
Según el informe oficial
"todas las actividades económicas crecieron en este período, especialmente
la industria azucarera y la manufacturera, la construcción y el comercio;
mientras que los retrocesos se registraron en los sectores del transporte,
almacenamiento y comunicaciones".
Además se explica que, si bien el
plan de inversiones está en marcha, se espera una incumplimiento del 7,7% con
relación al proyecto originalmente pautado. Por último se destaca que el
Gobierno de Raúl Castro también "espera que el déficit fiscal al cierre
del año sea del 4,2%, frente al 6,2% previsto".
Consultado por Tiempo Argentino,
Carlos Heller, diputado nacional del Partido Solidario y Presidente del Grupo
Parlamentario de Amistad con Cuba explicó que "los cubanos se han
planteado como una necesidad que, para distribuir, hay que producir. Para
mejorar el nivel de vida de la población es necesario mejorar la productividad.
Estos datos de crecimiento son una señal en esa dirección. El bloqueo sigue
vigente en casi todos sus términos. Cuba sigue teniendo enormes dificultades
porque no es sólo un problema con Cuba sino de otros países que comercian con
Cuba, es brutal. Lo que ese pueblo ha hecho y sostenido es épico y heroíco.
Imaginemos qué pasaría en Argentina si tuviera que sufrir una política
semejante". reflexionó.
Una paradoja histórica
Los analistas coinciden en que el
"boom" en el crecimiento económico de la isla es resultado directo de
las expectativas que se han creado a partir de los gestos de normalización de
las relaciones bilaterales que, a su turno, generarán un fuerte dinamismo de la
economía cubana a partir del ingreso de divisas por vías comerciales, de
inversión extranjera directa y de remesas de los propios cubanos que viven en
el exterior, el incremento del consumo interno y de las manufacturas destinadas
a las exportaciones.
En rigor, una visión de primera
mano auguraría una posible explosión económica motivada por la tan esperada por
el establishment internacional "restauración capitalista" en Cuba.
Si así fuera, la tendencia al
desmantelamiento del entramado de resoluciones que constituyen el bloqueo
comercial y financiero no podría ser interpretada como un triunfo popular.
Sin embargo, el propio Barack
Obama, cuando anunció las medidas de flexibilización en diciembre de 2014,
explicó que éstas eran el resultado del fracaso de esa política de asifixia y,
por lo tanto, de una revisión de su política histórica y una concesión a los
reclamos históricos de la República Socialista de Cuba.
Obama, a mediados de enero del
2015 había reconocido que "cuando uno hace algo que no funciona durante
cincuenta años, es hora de probar algo nuevo" y continuó: "este año,
el Congreso debería iniciar el trabajo de poner fin al embargo", enfatizó.
El gobierno norteamericano, vale
aclararlo, siempre se refirió a su política como un "embargo" puesto
que la acción de "bloqueo" califica como “crimen internacional de
genocidio”, conforme a lo definido en la Convención para la Prevención y la
Sanción del Delito de Genocidio, aprobada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 9 de diciembre de 1948.
En los términos balbuceados por
Obama, la caída del bloqueo constituye un triunfo popular y el fin de una de
las peores violaciones de los derechos humanos consumada por el imperialismo
por la vía de las acciones económicas.
Final abierto
En rigor operan ambas tendencias
contradictorias en un proceso que se encuentra abierto y cuyo desenlace
dependerá de múltiples factores que hacen a la política interna de cada uno de
los países involucrados e, incluso, a las relaciones que éstos mantienen con el
resto de los países de la región y la propia crisis mundial.
De hecho, uno de los límites que
esgrime el gobierno norteamericano a la hora de avanzar decididamente en la
desarticulación del "embargo" lo constituye el hecho de que, el
mismo, fue instaurado como ley a partir de 1996 con la firma de la "Ley
para la Libertad y Solidaridad Democrática Cubanas" (conocida como Ley
Helms-Burton) por el presidente William Clinton y que, por lo tanto, su
desmantelamiento sería potestad del Congreso de los Estados Unidos y no del
Poder Ejecutivo.
En rigor, de lo que se trata, es
de un intento de consensuar la política de desmantelamiento del bloqueo con
todo el régimen político norteamericano incluído el partido republicano. Es
que, los Estados Unidos apuestan a imponer condiciones para el levantamiento
definitivo que fuercen a Cuba a orientarse decididamente a una restauración
capitalista avasallando, una por una, todas las conquistas del pueblo cubano e
intentanto reestablecer una nueva clase capitalista autóctona referenciada con
los "gusanos"que residen en Miami.
Los republicanos, con un ojo
puesto en las próximas elecciones presidenciales, y con el objetivo de imponer
una rendición sin condiciones a Cuba, no tienen intención alguna de allanarle
el camino a la política oscilante de Barack Obama. De hecho, a mediados de
abril de este año, legisladores republicanos presentaron un proyecto de ley que
impondría fuertes límites a las medidas recientes del presidente Barack Obama
para levantar parcialmente las restricciones sobre los viajes a Cuba. El
proyecto de Mario Díaz-Balart, estadounidense de origen cubano que representa a
Florida en la Cámara, bloquea los nuevos vuelos y cruceros a Cuba pero, de
fondo, pretende darle al Congreso un protagonismo que no necesariamente debería
tener. Así lo demuestra un artículo publicado en el Granma a mediados de
febrero que explica que, la propia ley Clinton, amplía las atribuciones del
ejecutivo para desmontar las principales limitaciones que establece el bloqueo.
Carlos Heller explicó que
"si se levanta el bloqueo sería un triunfo de la revolución cubana. Los
EEUU reconocieron que esa política fue un fracaso lo que no quiere decir que no
pretendan imponer la misma política que antes. No creo que 'cuánto peor mejor',
no puedo pensar que, si se abren posibilidades comerciales con el resto del
mundo, eso va a debilitar el sistema. Por el contrario, lo va a fortalecer. Va
a permitir que las ventajas que una sociedad como la cubana propone se puedan
materializar en forma más efectiva. Ser autosuficiente para un pequeño país es
muy dificil. Cualquier poroceso puede traer riesgos, pero el cubano es un
pueblo culto y educado y con profundas convicciones que ha sobrellevado todos
estos años. Lo va a vivir como parte de la revolución cubana. Hay una paradoja
porque de los dos lados creen que hay una posibilidad de avanzar. Los EEUU
hasta ahora no pudieron. No se puede pensar que para que la revolución cubana
pueda sobrevivir, tenga que vivir bloqueada." concluyó.
La última palabra, en
definitiva, la tendrá el heroico pueblo
cubano que defenderá sus conquistas históricas más allá, incluso, de las
intenciones y la disposición que muestre
su propio gobierno.
"HAY UNA PARADOJA"
"Hay una paradoja porque de
los dos lados creen que hay una posibilidad de avanzar. Los EEUU hasta ahora no
pudieron. No se puede pensar que para que la revolución cubana pueda
sobrevivir, tenga que vivir bloqueada".
Carlos Heller. Presidente del
Grupo Parlamentario de Amistad con Cuba.
Una agresión de casi 60 años
El 1º de enero de 1959 se produjo
la primera revolución triunfante en territorio latinoamericano. En la pequeña
isla de Cuba las tropas comandandas por Fidel Castro, Ernesto "Che"
Guevara y Camilo Cienfuegos derrotaron al ejército regular del dictador
Fulgencio Batista y dieron inicio al proceso revolucionario que, luego, tomaría
la forma de una Revolución Socialista.
El gobierno estadounidense
decidió implementar una política de hostilidad con el propósito de aislar el
proceso revolucionario en todo el continente en años de auge de la guerra fría
con la Unión Soviética.
El gobierno revolucionario adoptó
medidas que cuestionaban el poder de los monopolios privados norteamericanos
con el objetivo de ponerlas al servicio del desarrollo nacional y el bienestar
popular. La respuesta imperialista fue inmediata y, a través de una seguidilla
de resoluciones parciales de índole diplomática primero y luego financiera y
comercial fueron constituyendo, en tiempo récord, lo que luego tomaría la forma
de un "bloqueo". El gobierno norteamericano adoptó, de entrada,
medidas financieras para agobiar a la isla: el 6 de febrero de 1959, negó al
restitución de 424 millones de dólares del Estado cubano, robados y fugados por
cabecillas batistianos; menos de una semana después negaba un modesto crédito
solicitado por el Banco Nacional de Cuba para sostener la moneda cubana.
En junio estblecieron una firme
posición "contra la Ley de Reforma Agraria y su implementación" con
el objetivo de "alcanzar el necesario resultado a través de la presión
económica." Allí comenzaron las restricciones comerciales empezando por la
supresión paulatina de la cuota azucarera cubana y, acto seguido, el presidente
Eisenhower decretó el rompimiento de relaciones con Cuba. A partir de allí con
el concurso de las multinacionales petroleras, en en abril de 1960,
restringieron la exportación de combustible. En octubre de 1960 se ponen en
vigor medidas generales prohibiendo exportaciones norteamericanas a Cuba y
enero de 1962 Estados Unidos despliega una maniobra en la OEA que culmina con
sanciones y ruptura de relaciones diplomáticas de la mayoría de países
latinoamericanos con Cuba. En febrero de 1962 se implanta formalmente el
"embargo" total del comercio entre Estados Unidos y Cuba y en julio de
1963 se prohiben todas las transacciones con Cuba y se congelan los valores del
Estado cubano dentro de Estados Unidos. El cerco se cerró cuando adoptaron más
medidas tendientes a limiter las operaciones comerciales de empresas
subsisdiarias norteamericanas y la importación de productos de terceros países
con componentes cubanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario