Latinoamérica busca blindarse contra el trabajo
infantil impulsando la educación
EFE - sábado, 13 de junio de 2025
Latinoamérica conmemora hoy el Día Mundial
contra el Trabajo Infantil con señales de avance en la reducción del problema,
pero con el reto aún de erradicar para fines de esta década un flagelo que
afecta a cerca de 13 millones de niños de la región, la mayoría de los cuales
abandona la escuela para trabajar.
Precisamente, este año la fecha se ha enfocado
en la educación como un factor clave en la lucha contra el trabajo infantil,
que, según la más reciente estimación de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), afecta a 168 millones de niños en el mundo, de los cuales unos
85 millones realizan labores peligrosas.
Aunque América Latina y el Caribe ha logrado
reducir en los últimos años en 7,5 millones el número de niños trabajadores, un
8,8 % de los menores de la región sigue siendo víctima de este problema, con
cerca de 9 millones ejecutando tareas riesgosas, especialmente en agricultura,
pesca, servicio doméstico, minería y ventas ambulantes.
Este es uno de los factores, según la Unicef,
por los que cerca de 4,2 millones de menores de la región no asisten a la
escuela, algo en lo que coincide la OIT en su "Informe mundial sobre el
trabajo infantil 2015", en el que afirma que en los países de bajos
ingresos entre 20 y 30 % de los niños deja de estudiar y entra a trabajar a los
15 años.
Por esta razón, la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) pidió con motivo de esta fecha tomar medidas para que
todos los menores de la región puedan terminar al menos el ciclo de enseñanza
primaria y formarse para tener un empleo digno cuando sean adultos.
"Cuando el Estado tiene una sólida red de
seguridad social que asegura asistencia para la cobertura de necesidades básicas
a familias de bajos ingresos, se disminuye el riesgo de que niños y niñas sean
explotados", dijo el comisionado de la CIDH Paulo Vannuchi.
Paradójicamente, combatir la pobreza fue una de
las razones por las que Bolivia decidió legalizar hace un año el trabajo
infantil, tras una exigencia de los propios menores trabajadores.
De esta forma, se estableció que el trabajo de
los niños por su cuenta está permitido a partir de los 10 años y a partir de
los 14 años pueden tener una relación de dependencia con un empleador, siempre
que cuenten con permiso de sus padres y del Ministerio de Trabajo.
En Bolivia trabajan unos 850.000 menores, de
los que el 87 % desempeña oficios peligrosos y un 77 % no es remunerado porque
lo hace ayudando a su familia.
En sentido opuesto, el Gobierno dominicano
destacó la reducción del 6 % de trabajo infantil en el país en los últimos 10
años con la aplicación del programa Progresando con Solidaridad (Prosoli), que
incluye un incentivo a la asistencia escolar y un bono estudiantil para unos
300.000 estudiantes.
Ecuador también ha desarrollado acciones en el
campo educativo, entre ellas una serie de programas de formación flexible, con
el fin de cubrir el rezago escolar de los niños trabajadores.
Este tipo de acciones ha llevado a un descenso
del trabajo infantil del 12,12 % en 2006 a 2,98 % en 2014, con lo que
actualmente 99.540 niños de entre 5 y 14 años tienen alguna ocupación, de los
que el 83,8 % también estudia.
Asimismo, Costa Rica, que recortó entre 2002 y
2011 la cifra de niños trabajadores de 113.000 a 47.400, lo que representa 4,6
% de la población menor de edad, ha fortalecido los programas de becas
escolares y reforzado su lucha contra la pobreza, con el fin de erradicar el
trabajo infantil para el 2020.
Esa es la misma meta de Honduras, donde más de
371.000 menores forman parte del mercado laboral, la mayoría en el sector
informal, ante lo cual el Gobierno coordina iniciativas con la empresa privada,
las organizaciones obreras y la sociedad civil.
Con similar objetivo, la ONG World Vision ha
impulsado programas educativos y de desarrollo en Guatemala, en donde se estima
que trabajan más de 700.000 menores, que se ven obligados a hacer tareas de
agricultura o domésticas en lugar de ir a estudiar.
Por su parte, las autoridades panameñas
destacaron hoy que en el país 23.700 menores dejaron de trabajar en los últimos
dos años, según una encuesta realizada en octubre pasado y que arrojó que aún
26.710 siguen en esa condición, el 75 % de ellos en áreas rurales y en comarcas
indígenas.
En Colombia, el Gobierno lanzó la campaña
"Sácale la lengua al trabajo infantil", a la que se sumarán 21
empresas y tres aliados estratégicos para erradicar este flagelo, que afecta a
1.039.000 niños, es decir 9,3 % de la población infantil, número que ha venido
bajando desde 2011, cuando era 13 %.
También Perú, con más de 1,6 millones de
menores trabajadores, lanzó el jueves la campaña "La calle no es su
lugar", con el fin de combatir el trabajo infantil callejero.
La Defensoría del Pueblo pidió hoy al Congreso
de Perú establecer como delito la explotación laboral infantil y elevar la edad
mínima de acceso al empleo a 15 años.
Las cifras en Paraguay muestran que hay 436.419
niños y adolescentes que realizan alguna labor, es decir, uno de cada 4; y en
Brasil, donde hay más de 3 millones de niños y adolescentes que trabajan sin
tener la edad permitida por la ley, el Gobierno informó hoy que entre mayo de
2014 y el mismo mes de 2015 un total de 6.491 menores fueron hallados
trabajando de manera ilegal.
En Uruguay, donde trabajan 27.000 niños y unos
35.000 adolescentes, sus labores se concentran en tareas asociadas a la extrema
pobreza, como el reciclaje, algo que además impide que el niño vaya a la
escuela.
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