Por qué a machistas nunca les gustará el fútbol
femenino
BBC Mundo - junio de 2015
Copa Mundial Femenina de la FIFA
o Copa América… ¿Cuál está viendo? ¿Está seguro de su elección? ¿Se cortaría la
mano antes que sintonizar el canal del fútbol femenino? ¿Es usted hombre o
mujer? ¿Machista o feminista?
Y hasta cabría preguntar si es
colombiano o colombiana, porque el seleccionado femenino de su país ganó 2-0 a
Francia y el miércoles enfrentará al de Inglaterra, mientras que el equipo
masculino perdió 0-1 ante Venezuela. Los dos resultados fueron grandes
sorpresas del fin de semana, aunque en BBC Mundo explicamos que la victoria
venezolana era más previsible que la derrota de Francia.
(Colegas colombianos nos cuentan
del fastidio ante el tono condescendiente de ciertos relatores, de sus
"mira que lindo le pega la niña" y otras expresiones que pretenden
ser alentadoras, pero que mortifican a sus destinatarias.)
Las portadas de la prensa
colombiana del domingo reflejan la diferencias entre el cubrimiento de la
selección masculina y femenina.
En otro ámbito de BBC Mundo
explicamos que la relativa falta de interés en Europa por la Copa América había
relegado la cobertura a plataformas alternativas: desde Londres podemos ver
gratis el Mundial de Canadá, pero para ver los partidos en Chile debemos pagar
o buscarlos en Internet.
¿Aburrido?
Llegará un día en el que se pueda
hablar del fútbol femenino sin mencionar al juego masculino, sin hacer
comparaciones sexistas entre ambos y sin ponerle apodos de varones a las
jugadoras: "la Messi de los Balcanes", cosas así.
El Mundial de Canadá estuvo
precedido por las polémicas surgidas a raíz de la superficie del terreno de
juego de césped artificial y las pruebas de género a la que son sometidas las
mujeres.
Pero dado que el fútbol femenino
aún está en su etapa de consolidación, el debate, como la gripe y los
impuestos, no se puede evitar. Y hasta puede resultar estimulante.
El periodista británico Rod
Liddle, que tiene un estilo provocativo (a eso debe parte de su éxito
profesional), escribió en el Sunday Times que la pobreza del juego en el
mundial femenino no justifica el bullicio mediático.
"No veo cómo se puede
avanzar la causa de la igualdad pretendiendo que, en este momento, las mujeres
juegan bien al fútbol", escribió. En su opinión, el "marketing"
del mundial estaba marcado por la corrección política.
Este juicio sobre calidad no
tiene en cuenta algo crucial en este momento del juego femenino: el desarrollo
del profesionalismo en cada país.
Horas de práctica
En el juego masculino de alta
competición destaca la facilidad de los pases de primera, en movimiento,
resultado de incontables sesiones de "rondós", algo que muchas
mujeres no pueden entrenar porque se están ganando la vida en otras
actividades.
En países como Estados Unidos el
fútbol femenino ha sido históricamente más popular que el maculino.
Algo parecido ocurre con otros
aspectos del juego, pero la diferencia se reduce mucho en los países más
avanzados, como Estados Unidos, Alemania, Suecia, Japón y otros que desde hace
tiempo estimulan el juego femenino.
La entrenadora sueca Marika
Domanski-Lyfors, que dirigió las selecciones de su país y de China, asegura que
existen más semejanzas que diferencias a medida que aumenta el nivel de
profesionalismo.
"En términos de actitud la
diferencia es mínima; la mujer suele ser más seria, tal vez demasiado, porque
también es necesario relajarse. En el plano emocional, creo que hay tantas
diferencias entre hombres como entre una mujer y un hombre", dijo
Domanski-Lyfors a FIFA World.
"Hay diferencias en fuerza,
claro, algo que resulta evidente en los tackles (o placajes), y también en
velocidad. A muchos equipos femeninos, con la notable excepción de Alemania,
les cuesta dictar la velocidad del juego."
"En cuanto a la
táctica", prosigue la DT sueca, "su entendimiento fuera del campo es
similar para hombres y mujeres, pero los hombres suelen reaccionar con más
rapidez durante el juego. En líneas generales hay muchas jugadoras que son tan
hábiles como los hombres, pero hay tantos hombres hábiles [tras décadas de
desarrollo continuo] que muchos creen erróneamente que ellos están naturalmente
más dotados para jugar al fútbol."
Cuestión de tiempo
Este es un punto de vista
rechazado por los "machistas" (generalizamos por razones de economía)
con el argumento de que las diferencias apuntadas por la DT sueca, fuerza,
velocidad y versatilidad táctica, son cruciales en el juego, que marcan su
calidad en vez de ser elementos secundarios.
La principal diferencia entre el
fútbol de hombre y el de mujeres es la etapa de desarrollo en que se
encuentran.
Otro factor que señalan los
machistas es la irregularidad, la falta de consistencia evidente, por ejemplo,
en el juego de la portera del equipo francés en el partido ante Colombia, que
cometió un error de colegiala en el minuto 48 del segundo tiempo, que resultó
en el segundo gol colombiano.
En contraste, la portera
colombiana, Sandra Sepúlveda, fue un ejemplo de consistencia durante todo el
partido, salvando varias veces a su equipo; vaya esto por el error de Stephanie
Castaño en el partido anterior ante México.
Pero también abundan los hombres
que juran por el juego femenino.
Michael Hogan, un periodista del
Telegraph, enumeró las razones por las que, a su juicio, el fútbol femenino es
mejor que el masculino.
La derrota de Colombia frente a
Venezuela bajó los ánimos en un país que llegó a Chile con el cartel de
candidato al título.
Entre ellas, el hecho de que las
jugadoras no actúan como chicos malcriados y fingen menos, que el dinero que
mueve el juego sea menos obsceno, que no esté contaminado por la corrupción y
que en las tribunas no haya gamberros.
(Nos llamó la atención, durante
los partidos que vimos el fin de semana, la presencia de niños de corta edad en
las tribunas: madres con sus hijos, en vez de hooligans entonando estribillos
ofensivos y arrojando proyectiles.)
Pero el elogio de Hogan no toca
el tema más delicado de las diferencias técnicas y de personalidad en los
respectivos juegos de mujeres y hombres.
Es diferente
La entrenadora italiana Carolina
Morace, que dirigió al equipo canadiense en el mundial de Alemania 2011, dice
que las diferencias culturales entre países son más pronunciadas que las
existentes entre mujeres y hombres.
"Las jugadoras italianas,
por ejemplo, hablan continuamente durante los partidos, mientras que las
canadienses apenas lo hacen."
Agregó que en Canadá debió
enfatizar la importancia de la nutrición y los límites de la preparación :
"allí muchas chicas creían que 'más [entrenamiento] es mejor', esto forma
parte de la mentalidad nacional".
Este enfoque fue resistido por la
mentalidad canadiense. Las jugadoras se quejaron de que en 2011 Morace les
prohibió la manteca de maní (un gran favorito de ellas, que los nutricionistas
de cualquier origen desaconsejan) y a eso atribuyeron el fracaso en el mundial
de Alemania.
"Una clara diferencia entre
hombres y mujeres, en todo el mundo", dice Morace, "es que los
hombres comienzan a jugar seriamente muy jóvenes, desde los cuatro o cinco años
ya aprenden aspectos técnicos y tácticos. Es por eso que suelen estar mejor
preparados para las demandas del juego de elite."
Lady Andrade y el resto de la
selección colombiana han venido evolucionando tanto técnica como físicamente.
"Los hombres también son más
rápidos", prosigue. "Es esto lo que les permite tener un promedio tan
elevado de posesión. Y cuando corren lo hacen en forma más racional, porque
tienen más experiencia en el juego".
Otra entrenadora conocida, la
inglesa Hope Powell, exseleccionadora de su país, dice que las mujeres son más
receptivas al entrenamiento pero, al mismo tiempo, no tienen una percepción
espacial tan aguda como los varones, especialmente los más jóvenes.
Agrega que las mujeres han
progresado mucho en el aspecto físico, de fortaleza y velocidad, así como en la
técnica de cabecear, por ejemplo.
"Esto hace que el juego
femenino sea más lento", dice, "pero al mismo tiempo esto deja margen
para desarrollar la habilidad, en comparación con el foco en el aspecto físico
que vemos en el juego de los varones."
Agravio comparativo
Apenas se habla, y cuando se hace
es para disminuir su importancia, sobre el rápido desarrollo de la organización
del juego femenino en muchos países.
De Inglaterra, el caso del que
tenemos datos, señalemos que el promedio de un abono anual de la Super League
cuesta £32 (US$50), mientras que su equivalente para la Premier League de los
varones llega a £508 (US$790).
Equipos como Chelsea, Arsenal,
Liverpool y Manchester City están inviertiendo en el fútbol femenino en
Inglaterra, que se refleja en el creciente interés del público.
En cuanto a asistencia popular,
los amistosos del seleccionado femenino han estado atrayendo más público a
Wembley (45.000) que algunos juegos del equipo masculino (40.181).
Para las mujeres persisten dos
agravios comparativos que las ofenden mucho: la humillante "verificación
de sexo", impuesta por la FIFA, y la obligación de jugar el Mundial en una
superficie artificial, que entorpece el juego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario