El gran (y polémico) negocio de los agentes
deportivos
Forbes - viernes, 26 de junio de 2015
Los futbolistas son las estrellas dentro de la
cancha, pero fuera de ésta son el business de los agentes, personajes que
pueden llegar a convertirlos en sus empleados. Empresas como Onze Sports
apuestan a formalizar este intermediarismo.
El futbolista Lampros Kontagiannis es defensa
central, mexicano de origen griego, y tuvo su estreno como profesional en
2008, y durante ocho meses no tuvo noticias de su representante. Nunca le hizo
una llamada y por terceros se enteró que el Club América hizo un pago del que
le correspondía un 10%, pero el cual nunca recibió.
Ahora juega en el club Melgar de Perú y forma
parte (como el primer fichaje) de la cartera de Onze Sports, la agencia de
intermediación (como denomina la FIFA a estas empresas) que intenta ser la
referencia en el mercado mexicano, donde hay al menos 800 futbolistas
profesionales.
El osado que pretende posicionar a Onze Sports
en el país es Alfredo Rosales, su director general.
Rosales es un empresario mexicano que junto con
sus socios ha invertido 9 millones de pesos (mdp) en casi cinco años para que
la agencia compita contra otras firmas promotoras por las transacciones de
jugadores, pero sobre todo haga frente a dos personajes que han dominado en
los últimos 20 años la representación de futbolistas y entrenadores en México:
Guillermo Lara y Carlos Hurtado.
Onze Sports cuenta con 40 futbolistas entre
nacionales y extranjeros y su apuesta es a largo plazo. “Tendremos jugadores
en el próximo Mundial de Rusia 2018”, dice Rosales de 35 años, quien dedica 60%
de su tiempo a atender llamadas telefónicas y contestar correos.
Onze Sports nació del insomnio. Alfredo no
recuerda la fecha, pero comenta que en 2010 decidió dejar el club América
(trabajaba en el área de Mercadotecnia) y una noche, sin poder conciliar el
sueño, se levantó para diseñar el boceto de lo que hoy es su agencia. Luego, en
una comida familiar, involucró a Bernardo Fernández del Castillo (director
jurídico) para empezar el proyecto.
Lo que intenta Onze Sports (y sus otros
competidores como RP Futbol, Icon Star, Versus o Pro Manage) es ser el número
uno en el movimiento de piezas de la doceava liga más valiosa del mundo en
plantilla de futbolistas, valuada en 657 millones de dólares (mdd).
¿Por qué es importante para los jugadores tener
un agente o una agencia de representación en el futbol moderno? Andrés
Cárdenas Ortiz, quien es el especialista en contratos de la agencia, dice:
“Zlatan Ibrahimovic (uno de los 10 jugadores más valiosos del mundo), se dio
cuenta que necesitaba a alguien que trabajara con él cuando fue la
transferencia más alta del Ajax, pero era el peor pagado, ¿cómo el fichaje más
caro no es de los que más cobra?, eso pasa porque nadie negoció su contrato
correctamente”.
El business de los intermediarios, agentes o
promotores en México no tiene la mejor fama, pero desde los años 80 su
presencia ha sido determinante en el futbol nacional y ahora se vive, según
Alfredo, una etapa de transición sobre cómo era el negocio y cómo será en el
futuro.
A diferencia de los agentes deportivos
tradicionales, que únicamente se encargaban de firmar un contrato con los
jugadores o entrenadores, Onze Sports también asesora en asuntos de imagen y
marketing, financieros, legales o fiscales. En cambio, los grandes agentes que
operan a título individual y sin ningún tipo de institucionalización, acomodan
a sus clientes y nada más.
Pero los llamados ‘consolidados’ les llevan
mucha ventaja, como Carlos Hurtado, quien vive en Miami y posee una fortuna
tal vez mayor a 30 mdd. Puede no haber punto de comparación entre el poder
económico de los agentes, pero lo que le importa a Rosales es competir por los
clientes.
El mundo al revés
En alguna ocasión Mario Carrillo, entrenador
mexicano de futbol, comentó a la cadena ESPN que Carlos Hurtado, uno de los
promotores más añejos en nuestro futbol, le llamó para pedirle que fuera el
técnico de Las Águilas del América, pero con una condición: “Me dijo que el
club no iba a pagarme a mí, sino a él y a su vez él me pagaría un buen
salario”, refirió.
Según las reglas del mercado, una agencia o
representante de un jugador cobra un 10% del contrato o salario del
deportista. Pero algunos abusan de su posición y afectan a los deportistas.
Entre los vicios se pueden enumerar algunos: que los futbolistas no reciban
los bonos que les corresponden por ser transferidos de un club a otro, tener en
ocasiones que pagar de su salario un porcentaje al entrenador en turno porque
lo mantenga en la plantilla o incluso ser dejados en el olvido por los
promotores que en otro momento los buscaban incesantemente para
representarlos; como le ocurrió al ahora cliente de Onze Sports, Kontagiannis.
El también agente de jugadores, ahora llamados
intermediarios, Mauricio García de la Vega, dijo públicamente hace un par de
años: “No nos quieren, el medio ambiente nos hace la fama de villanos, pero no
es tal. El mercado demanda y nosotros negociamos. Es cierto que en México
reinan algunos promotores, pero se puede trabajar. Al menos la última
transacción que hice, Moisés Muñoz al América, fue sin presiones de nadie, a
pesar de que Carlos Hurtado y Guillermo Lara tienen mucha influencia en todos
los equipos”.
Rosales comenta que el proceso de profesionalización
de los clubes de la Liga MX y Ascenso ha traído algunos cambios. “Ha permitido
que los equipos y jugadores hagan negocios con ellos (los agentes), además de
que se han creado áreas que antes no existían y, como consecuencia, cada vez más
algunos personajes que son muy criticados (Lara y Hurtado) tienen poca
influencia”.
Aunque también asegura que algunos equipos
llamados “grandes” ni siquiera cuentan con un departamento de inteligencia
deportiva que los acerque a la profesionalización —pese a que no da nombres,
ese club es Cruz Azul. En las instituciones que se manejan como se solía hacer
hace 30 años, las nuevas agencias tienen dificultades para trabajar.
Actualmente, a escala mundial hay 2,792
agencias de representación en el mundo, 5,054 agentes de jugadores y 102 países
están bajo las normas que dicta la FIFA en esta materia, según la consultora
alemana Transfermarkt.
Los intermediarios en el mundo han tomado
protagonismo, al igual que los entrenadores o jugadores. El más afamado de
todos es Jorge Mendes, quien tiene en su cartera a los futbolistas más famosos
del orbe y a algunos entrenadores, a personalidades de la talla de Cristiano
Ronaldo o José Mourinho. El agente portugués es capaz de recibir durante una
comida hasta 160 llamadas, tiene tres teléfonos móviles y una fortuna superior
a los 100 mdd. Sabe hacer negocios como nadie.
Lo cierto es que no hay ninguna liga
importante donde no haya la presencia de agencias de intermediarios o agentes
para negociar el traspaso de jugadores, entrenadores o equipos enteros.
Adiós al viejo modelo
Roberto Nurse nació en Cuernavaca, Morelos, en
1983. Se hizo futbolista profesional y casi toda su carrera la construyó en el
futbol de ascenso de nuestro país. Pero no es cualquier jugador: hasta hace
seis meses era el futbolista mejor pagado de la Liga de Ascenso y milita en el
equipo campeón que ascendió hace unas semanas: Dorados de Sinaloa.
Nurse representa uno de los casos de éxito de
Onze Sports. “Es un futbolista que no ha sido reconocido en Primera División
por estereotipos, tuvimos buena química y no sólo logramos un buen contrato,
también investigamos que él tenía origen panameño y fuimos al país a hablar
de él. Logramos que jugara en la selección centroamericana”.
Roberto ahora no aparece en el sitio web de la
agencia como uno de sus jugadores, pero representa uno de los pasos más
exitosos en la corta vida de una empresa nacida hace cinco años y que, tras dos
años de inversión y uno de sustentabilidad, ya piensa en tener utilidades.
“Claro que nos hemos equivocado con algunos ( jugadores), pensamos que sería
una buena apuesta y fallamos”, dice Rosales, pero prefiere omitir el nombre de
esos “errores”.
Actualmente, el proceso de la representación de
jugadores vive un periodo de transición, porque todavía operan figuras como
Guillermo Lara o Carlos Hurtado, pero también hay quienes intentan fortalecer
una empresa regulada y registrada.
“Lo primero que hacemos es ir a los campos de
futbol, de los Sub- 17 y Sub-20, seguir a un chico y luego charlar con él.
Muchos jugadores vienen de un contexto social complicado, sin papá o mamá,
padres divorciados, violencia intrafamiliar, alcoholismo y nosotros tomamos el
caso y ayudamos al jugador en lo que podemos”, dice el director de la empresa.
A decir de Cárdenas Ortiz, el proceso para
“fichar” a un jugador puede llevarse entre tres meses y un año. Los contratos
son de dos años en un principio, pero luego se empiezan a tejer relaciones de
largo plazo.
En una de las citas con Forbes México, en la
Universidad Anáhuac del Sur, Rosales se presenta apresurado a la entrevista,
pero en la escala de prioridades Onze Sports, el retraso está más que
justificado.
“Vengo llegando de Guadalajara porque no te
puedo decir, pero estamos a punto de firmar a un jugador de la Selección
Mexicana de Futbol”, comenta. Lo que no sería poca cosa, porque significaría el
primer golpe fuerte después de cinco años de trabajo”, comenta el director de
la compañía.
Otro de sus casos de éxito (por lo que
representó el contrato, más no por el aspecto deportivo), es Silvio Torales, el
paraguayo que llegó este semestre a Pumas y, aunque no fue una pieza
fundamental en el equipo, Onze Sports le consiguió un contrato con un salario
mensual de más de 200,000 pesos, según pudo investigar Forbes México.
“Los jugadores deben de entender que con un
buen torneo no es suficiente para hacer un contrato maravilloso, debe existir
la constancia, dice Andrés Ortiz. Lo que nosotros les decimos es que ellos se
preocupen por todo lo deportivo, no por lo que está afuera, porque ese es
nuestro trabajo”.
La agencia recibe correos electrónicos de
jugadores de todo el mundo. Por ejemplo, cuenta Andrés que una vez le llegó uno
con un video de la India, en el que un muchacho está dominando el balón fuera
de su casa. Millones sueñan con ser futbolistas y formar parte de esta
industria.
Rosales dice que el periodo de transición que
vive el proceso de profesionalización del futbol mexicano les beneficia,
“porque cuando llegue por completo, nosotros ya estamos ahí”.
Por lo pronto, la competencia sigue entre el
viejo modelo, en el que los promotores controlan equipos completos y la llegada
de jugadores, y el nuevo, en el que empresas como Onze Sports aspiran a
controlar el nuevo mercado que vale 657 mdd.
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