Las implicaciones globales de la corrupción en
las Islas Caimán
Forbes -lunes, 29 de junio de 2015
El dinero que se abre camino a
las Islas Caimán financia las aspiraciones y los sueños de los empresarios de
todo el mundo.
Aunque el término “paraíso
fiscal” ha adquirido matices peyorativos en los tiempos modernos, la verdad
sobre estos lugares esenciales es más que alcista. Para entender por qué
tenemos que recordar que la riqueza, a menos que se ponga bajo el colchón,
nunca está inactiva.
Lo anterior es importante sobre
todo porque es un recordatorio de la importancia de los países como las Islas
Caimán para la economía global. La riqueza resguardada allí no descansa en la
caja fuerte de un banco, sino que fluye rápidamente con el clic de un ratón en
todo el mundo a destinos vistos por inversionistas profesionales como una
opción para maximizar los beneficios de la mejor manera posible. En pocas
palabras, el dinero que se abre camino a las Islas Caimán financia las
aspiraciones y los sueños de los empresarios de todo el mundo.
De igual o mayor importancia es
que la existencia de lugares como las Islas Caimán mantiene a otros gobiernos
de todo el mundo más honestos. De hecho, siempre que existan lugares como las
Islas Caimán en donde el capital esté a salvo de las manos de los políticos, la
economía mundial estará mejor. Obligados a competir con regímenes fiscales más
ligeros como los de las Islas Caimán, los políticos tienen menos oportunidad de
echar mano de los recursos creados por otros.
Sirva lo anterior como preámbulo
a las noticias reveladas recientemente y que involucran al premier de las islas
Alden McLaughlin. En respuesta a un editorial del 3 de junio, publicado en The
Cayman Compass que fue crítico de su gobierno, McLaughlin despotricó contra lo
que considera un “imprudente y traidor ataque a las Islas Caimán y a todo su
pueblo”. McLaughlin también procedió a retirar toda la publicidad gubernamental
del periódico, copublicado por David y Vicki Legge. Aunque inicialmente fue
puesta bajo vigilancia permanente del Royal Cayman Islands Police Service, la
pareja editorial ha huido de la isla a un lugar desconocido en Estados Unidos.
Entonces, ¿qué fue lo que lo
enfureció McLauglin? Un editorial que pedía una reducción de la corrupción
gubernamental contra la que McLaughlin hizo campaña en 2013. El editorial pedía
especialmente una investigación a fondo de Jeffrey Webb, ex vicepresidente de
la FIFA y presidente de la Asociación de Futbol de las Islas Caimán. Sin
comentar sobre lo buena o mala que resulta la extralimitación aparente del
Departamento de Justicia de Estados Unidos en los asuntos deportivos mundiales,
el editorial del Compass vio la importancia del potencial de lavado de dinero
de un prominente ciudadano de las islas.
En temas más cotidianos de
gobierno, el editorial llamó a crear una política que en EU se denomina como de
“ventanas rotas”; en este caso, sobre las actividades gubernamentales que
cruzan la línea hacia la corrupción:
“Ya sea que se trate de conseguir
una calcomanía de inspección vehicular (para un coche que no es aprobado), una
exención a las normas de desarrollo, la aprobación de permisos de trabajo, el
apoyo de un determinado bloque de votantes o, supuestamente, millones de
dólares en sobornos vinculados a eventos deportivos, acechan detrás de escena
sombras de impropiedad, influencia y hermetismo.”
El Compass expuso el punto de que
una buena reputación no es algo que se gane fácilmente entre individuos o
países, así que es imprescindible que incluso los pequeños casos de corrupción
–como el tráfico de calcomanías de inspección vehicular mal habidas– se dirijan de una manera seria. Así como la
aprobación de una política de ventanas rotas en las ciudades lleva en última
instancia a la reducción de formas más grandes de delincuencia, sin duda un
enfoque de combate a los pequeños abusos de poder crea una cultura de limpieza
que hace mucho menos probables los abusos de poder gubernamentales. Todo esto
es importante para las Islas Caimán simplemente porque su excelente reputación
de sofisticado intermediario para la asignación de la riqueza mundial podría
perderse fácilmente, y con ella podría diluirse el gran impulsor de la
prosperidad de las Islas Caimán.
Aunque es justo suponer que las
relaciones de Webb con la FIFA son probablemente endémicas a un órgano de
gobierno del futbol que durante mucho tiempo ha estado funcionando fuera de los
límites de la decencia, el punto del Compass sigue siendo válido. Teniendo en
cuenta el largo plazo, el gobierno no debe enfocare en erradicar las pequeñas
cosas que definen los abusos iniciales de potencia para evitar casos aún más
grandes de comportamiento corrupto entre la clase política que,
invariablemente, terminarán siendo reveladas. El éxito y la prosperidad del futuro
económico de las Caimán depende de esto.
De igual manera, la prosperidad
del futuro económico del resto del mundo depende de la salud de “paraísos
fiscales” como las Islas Caimán. Si son vistos como corruptos, o peor, como
impunes y autoritarios capaces de intimidar a su prensa, los gobiernos
tradicionales tendrán más armas para desplumar más agresivamente a sus propios
ciudadanos. Si los creadores de riqueza del mundo carecen de lugares como las
Caimán como una opción, sus posibilidades económicas no será tan robustas.
El premier McLaughlin ha cruzado
la línea, y sus acciones deberían preocupar incluso a los individuos más allá
de las fronteras de las Islas Caimán por la señalan que mandan a los creadores
de riqueza en el mundo. Dado que la única economía cerrada es la economía
mundial, lo que sucede en las Islas Caimán tiene el potencial de generar una
onda de choque negativa en todo el mundo. Sólo puede esperarse que McLaughlin
caiga pronto.
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