Juegos Panamericanos: ¿la próxima crisis para
Toronto?
Forbes - viernes, 26 de junio de 2015
Ciudades y países que organizan juegos
internacionales los promueven como imanes de desarrollo, pero lo que suele
quedar al final son pesadas deudas. ¿Eso le depara a la ciudad de Toronto con
la inminente celebración de los Juegos Panamericanos? Al tiempo.
Jean Drapeau fue alcalde de Montreal por casi
30 años, y cuando murió, en 1999, los contribuyentes no habían terminado de
pagar los Juegos Olímpicos de 1976, el gran proyecto de este célebre abogado.
Aquella justa de los años 70 en Montreal fue
proyectada con un costo de 124 millones de dólares (mdd), pero la ciudad
contrajo una deuda de 2,400 mdd que se tardó tres décadas en pagar. Según un
estudio de la Universidad de Oxford, los Juegos Olímpicos de Montreal tuvieron
un sobrecosto de 796%, el más alto de la historia.
Con errores de cálculo, ¿por qué una ciudad se
empeña en tener uno de estos grandes eventos?, ¿por qué Toronto decidió recibir
los Juegos Panamericanos este verano?
Los sobrecostos parecen ser la norma. La última
sede de estos juegos, Guadalajara, aún tiene una deuda de 320 mdd relacionada
con el evento deportivo, en la que gastó 1,343 mdd.
Según cifras de la Organización Deportiva
Panamericana, la instancia encargada de regir el deporte en el Continente,
Toronto invertirá este año 1,145 mdd aproximadamente y Canadá, como todas las
naciones y todas las ciudades que son sede de un mega evento de esta
naturaleza, se ha empeñado en sólo hablar de las bondades que, asegura, traerá
la justa deportiva.
De acuerdo con la Universidad de Oxford, los
beneficios pueden clasificarse en dos tipos. Los tangibles: venta de boletos,
generación de empleos, turismo, y los intangibles: promoción de la ciudad,
orgullo, promoción del deporte, intercambio cultural.
Desde 2002, el país de la hoja de maple cuenta
con una herramienta para medir la repercusión que tienen estas justas
internacionales en las localidades que las organizan. Se llama: STEAM (Sport
Tourism Economic Assessment Model), un sistema diseñado para analizar el
impacto económico. A decir de Rick Traer, CEO de Canadian Sport Tourism
Alliance (CSTA, la dependencia que ha desarrollado esta herramienta), el
software ayudó para que diferentes ciudades canadienses recibieran 4,000 mdd
por turismo.
Ni Montreal 1976, ni Vancouver 2010, tuvieron
la posibilidad de contar con algún tipo de ayuda externa que sirviera de
semáforo para prever los sobreprecios, ni para asegurar los beneficios
financieros que podrían obtenerse. “Es un modelo que se hizo para calcular el
retorno de inversión ante altos costos de los eventos”, comenta Traer al
explicar qué es STEAM.
El sistema requiere de ciertos datos para dar
su resultado, como el gasto de visitantes, el presupuesto del comité
organizador e inversión en infraestructura (cifras que se obtienen de los
números oficiales del gobierno canadiense y de los organizadores de las justas
deportivas). Con esos datos, la herramienta es capaz de arrojar conclusiones
como: cuál es la contribución que tendrá el evento deportivo para el PIB local
y su impacto económico en la ciudad, pero también da la posibilidad de conocer
números de generación de empleos.
Pero STEAM no toma en cuenta algo que siempre
ocurre en la organización de mega eventos y que sí analiza el estudio Will the
Toronto 2015 Pan Am Games really benefit public health? (¿Beneficiarían
realmente los Juegos Panamericanos la salud de las finanzas públicas?),
realizado por la Universidad de Toronto este año: el aumento del costos.
El documento afirma que, en promedio, los
cifras han aumentado 179% de 1984 a la fecha, tanto en Juegos Olímpicos como en
Juegos Panamericanos. Sin ese renglón, ¿podrá STEAM evitar otra catástrofe como
Montreal 1976?
La teoría de firmar un cheque en blanco
Rick Traer ha tenido, además de su puesto
actual en la CSTA, participación en dependencias como la vicepresidencia de
FIBA Américas (organismo de basquetbol regional).
Y también tiene presente lo que sucedió hace 40
años, cuando su país organizó los Juegos Olímpicos de Montreal. “Tenemos 50
eventos internacionales al año y somos honestos con ellos (los
administradores de ciudades sede) sobre las consecuencias y expectativas de la
justa cuando aplicamos el modelo”, comenta.
Pero la responsabilidad no es algo que sea
común en las naciones que reciben un mega evento deportivo. “El simple hecho
de que las ciudades estén interesadas y hagan la presentación de una candidatura
para unos Juegos Olímpicos puede costar hasta 100 mdd”, relata el especialista
en negocios deportivos, Andrew Zimbalist, profesor de economía en Smith
College.
Mauricio Hernández Lodoño, experto en dirección
deportiva de la Escuela Nacional de Deporte en Cali, Colombia, reflexiona que
“una candidatura es lo mismo que firmar un cheque en blanco, desde el comienzo
se sabe que el valor (costo) total será mucho mayor al acordado en la
negociación”.
Los 1,343 mdd que teóricamente costarán los
juegos de este año, según detalla el diario Toronto Sun, terminarán en una
cifra cercana a 2,570 mdd, lo que convertirá a estos juegos en los
Panamericanos más costosos de todos los tiempos.
Algunas naciones o ciudades organizan este tipo
de eventos con la finalidad de desarrollar industrias, como el turismo en el
caso de Canadá. O, por ejemplo, Turquía, que quizá lo haga con el interés de
mostrarse como una nación abierta al mundo y ser integrada a la Unión Europea,
comenta Traer.
Pero en muchas ocasiones el deseo de ser el
foco del mundo, al menos por unos días, tiene consecuencias letales. Por
ejemplo, para los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004 se tenía proyectado que el
evento tuviera un costo de 1,600 mdd aproximadamente, sin embargo la cifra
final fue de 16,000 mdd, de acuerdo con el reporte final del Comité
Organizador. Cuatro años más tarde, la ciudad de Beijing, en China, se lanzó al
ruedo con un proyecto que supuestamente le costaría 1,600 mdd, pero que le
terminó costando 40,000 mdd.
Peor aún, en ocasiones los mismos
organizadores o el gobierno terminan por reconocer que hicieron un gasto en
instalaciones que ya no serán útiles después de las competencias. Para los
Juegos Olímpicos de Invierno en 2006, el gobierno de Turín destinó 108 mdd para
una pista de trineo y la propia vicepresidenta de la justa, Evalina
Christillin, le dijo al diario estadounidense The Wall Street Journal: “No
puedo mentirle, obviamente la pista de trineo no se va a utilizar para nada
más, es puro costo”.
También está el caso del ex pronosticador del
Tesoro Federal de Australia, Graham Matthews, quien comentó sobre los Juegos
Olímpicos de Sídney 2000: “Si bien el haber sido sede olímpica nos llenó de
orgullo y optimismo, realmente es difícil determinar si esa breve burbuja publicitaria
produjo un efecto favorable y duradero para el turismo.”
Algunas instalaciones como el Cubo de Agua, que
fue señalada como una de las mejores obras de arquitectura de la modernidad y
donde se desarrollaron las pruebas de natación en los Juegos Olímpicos de China
en 2008, es “subutilizada”.
Por casos como esos, el economista
especialista en deporte Andrew Zimbalist lanza una alerta: “Los planificadores
de los mega eventos deben de diseñar infraestructura que sea utilizada durante
mucho tiempo y que se integre constructivamente a la ciudad o la región sede”.
El estudio del departamento de Economía de la
Universidad de Chile, Lecciones para organizar los Juegos Panamericanos,
redacta como una de sus conclusiones principales lo siguiente: “Los costos de
los grandes eventos deportivos superan los beneficios económicos tradicionales
y en algunas oportunidades el déficit ha sido considerable para el país, como
ocurrió en Montreal 1976 y Atenas 2004”.
El caso de Guadalajara, hace cuatro años, es el
más importante en cuanto a endeudamiento para unos juegos regionales. Este
2015, la ciudad renunció a organizar el Mundial de Natación del 2017 como una
lección de los Panamericanos del 2011, donde el estado todavía sigue pagando la
justa continental.
“Todavía estamos resolviendo los pendientes de
las deudas de los Juegos Panamericanos. Ustedes saben de aquel crédito de más
de 1,200 millones de pesos (mdp) para pagar a proveedores, tengo el problema
todavía de la inversión de las Villas Panamericanas porque no se previó y hubo
mala planeación. Ese es dinero de los jaliscienses”, comentó el gobernador de
la entidad, Aristóteles Sandoval el 18 de febrero pasado en un acto público
para dar a conocer la cancelación del evento de natación.
Con todos estos antecedentes, se le pregunta a
Rick Traer si STEAM puede ayudar a Toronto con los sobrecostos de los
Panamericanos y ayudar para que la ciudad tenga un evento financiero sano: “Te
puedo decir que ahora las ciudades canadienses somos responsables”. Así defiende
un proyecto y software que presume le ha dejado a su país 4,000 mdd como
derrama por el turismo deportivo.
Sólo suposiciones
Toronto promete un legado en instalaciones
deportivas como el centro Acuático, la Unidad deportiva Panamericana, el
velódromo y el estadio Panamericano, según el documento oficial del evento.
Pero además se anticipa la asistencia de al menos 250 mil visitantes durante
los juegos, con una derrama económica de más de 250 mdd.
Pero los beneficios que puede tener la justa
deportiva más importante en el Continente, previo a los Juegos Olímpicos de
Brasil en 2016, son motivo de debate en el país sede.
El estudio de la Universidad de Toronto, Will
the Toronto 2015 Pan Am Games…? describe las ventajas, pero también las
desventajas de organizar los juegos. “Hay datos contradictorios sobre las
aportaciones que pueden dejar”, indica.
Por ejemplo, detalla que entre los ‘beneficios’
están la ocupación de las instalaciones deportivas y que los juegos impulsarán
la actividad física en la región. “Pero no hay datos concretos de que un evento
pueda provocar mayor activación física de la población y en las instalaciones
deportivas no tienen acceso todos, además están en una zona donde no hay acceso
para todos en la región”, advierte.
Rick Traer comenta que lo ideal es que un mega
evento “tenga la posibilidad de transformar una ciudad, como ocurrió en los
Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992”. Y agrega que el proyecto que él
encabeza “entiende los riesgos financieros que tiene un evento de esa magnitud
(Panamericanos) y ayudamos a que el riesgo sea mucho menor”.
La conclusión del estudio de la Universidad de
Toronto indica que “el legado de los Panamericanos no precisamente tiene que
beneficiar a toda la población, por eso es necesario un proceso de planeación
y organización para que tenga un impacto a largo plazo y no sólo un gasto
innecesario”.
Jean Drapeau, quien fuera alcalde de Montreal
por casi 30 años, lleva consigo la etiqueta del “Gran Error”, que es como se
conoce al Estadio Olímpico de 1976, que terminó por costar 1,500 mdd, el
segundo más caro de todos los tiempos, sólo superado por el nuevo Estadio de Wembley
(en Inglaterra).
El político que presumía que sus gestiones
estaban libres de corrupción y burocracia y que estaban dedicadas a la gente,
terminó por contraer una deuda que se terminó de pagar en 2006.
Al final de los Panamericanos de Toronto se sabrá
si, esta vez, la ciudad sede llegó a la meta.
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