Medios y diplomacia en la era digital
dw.com - viernes, 19 de junio de 2015
¿Qué papel juegan las redes sociales en la
política? ¿Cómo afecta a los medios el flujo permanente de información en la era
digital? Sobre todo esto se discutirá en Bonn, durante el 8. Global Media
Forum.
Cuando Barack Obama publica en Twitter, cada
uno de sus mensajes llega a 60 millones de personas que lo siguen en este
medio. El presidente de EE. UU. encabeza la lista de los dignatarios mundiales
que se han integrado a esa red social. A mucha distancia, le sigue el papa
Francisco. Si uno suma los seguidores de sus cuentas de Twitter en nueve
idiomas, el sumo pontífice alcanza una cifra de 20 millones de seguidores. En tercer
sitio aparece el primer ministro de India, Narendra Modi, con cerca de 13
millones de seguidores.
Internet y las redes sociales se han convertido
en un instrumento importante de la política y la diplomacia. Más de 170 jefes
de Estado y de Gobierno tienen cuentas personales en Twitter. Los ciudadanos
también se involucran intensamente en la actividad política, al compartir
informaciones, imágenes y videos de manera masiva en las redes sociales. La
revolución digital ha alcanzado a la política, y la transforma de manera
profunda.
Revolución en la era digital
La relación entre los medios y la diplomacia en
la era digital es el tema central del Global Media Forum (GMF), que Deutsche
Welle organiza por octava vez. A lo largo de tres días, más de 2.000 participantes
de 130 países viajarán a Bonn para asistir al evento que constará de 40
conferencias. Los temas son muy diversos; por ejemplo, ¿cómo contrarrestar el
mal uso de internet para divulgar propaganda extremista? ¿Qué riesgos en
materia de seguridad traen consigo los conflictos por recursos naturales como
el agua o el petróleo? Una animación computarizada mostrará cómo puede
influenciar a determinados conflictos el flujo de información sobre los mismos.
En otra conferencia se hará una reflexión acerca de cómo la crisis en Ucrania
no es solo un asunto de armas, sino que también ha llegado a ser una guerra
propagandística.
Ralf Nolting es uno de los dos directores
generales de DW Media Services, institución encargada de organizar la
conferencia mediática para Deutsche Welle. Para él, el Global Media Forum
cierra la brecha que suele existir entre los expertos, los medios y los
usuarios. “En numerosas conferencias especializadas hemos escuchado que los
expertos resaltan la importancia de que las conclusiones del Global Media Forum
lleguen a un mayor público”, dice.
“Si juntáramos el alcance de todos los medios
que participan en el Global Media Forum, nos sorprendería el número de personas
a las que podemos llegar en todo el mundo a través de los multiplicadores que
asistan al encuentro de Bonn”, señala.
El organizador del GMF celebra la participación
de dos invitados especiales al 8. Global Media Forum: Vitali Klitschko,
exboxeador profesional y actual alcalde de Kiev, y Scilla Elsworthy, quien
pronunciará un discurso durante la ceremonia de clausura. “Ella ha sido
nominada tres veces para el Premio Nobel de la Paz y es fundadora del Oxford
Research Group. Es una persona que lucha por que los líderes políticos y
económicos reflexionen y hagan lo necesario para preservar la vida en nuestro
planeta”, afirma Nolting.
Premios por la libertad
Como cada año, en el marco del Global Media
Forum serán entregados los premios Best of Blogs (The Bobs), de Deutsche Welle.
Entre otros, resultó galardonada la bloguera Rafida Bonya Ahmed, de Bangladés.
Ella continúa el trabajo de su esposo, Avijit Rot, que fue asesinado
brutalmente en febrero pasado. Además, por primera vez se entregará el premio
Freedom of Speech (libertad de expresión) al bloguero saudí Raif-Badawi,
actualmente preso. Badawi lucha desde hace años por una mayor libertad de
opinión en su país. En el sitio “Liberales Saudíes Libres”, retrata las
injusticias políticas y sociales presentes en Arabia Saudí. El bloguero fue
arrestado por primera vez hace siete años, bajo el cargo de “publicar una
página de internet que se mofa del islam”. En mayo de 2014, la Justicia saudí
condenó al hombre de 31 años a recibir 1.000 latigazos, a pasar diez años en
prisión, y a pagar una multa equivalente a 200.000 euros.
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