Latinoamérica vive un periodo
"sombrío" de inversiones extranjeras
EFE - jueves, 25 de junio
de 2015
Latinoamérica ha entrado en un
periodo "sombrío" en inversiones extranjeras directas, con un marcado
descenso en los flujos dirigidos a las industrias extractivas, anunció hoy el
Organismo de Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Esta tendencia, que puede
persistir, debe ser la oportunidad para reflexionar sobre la experiencia que
dejan veinte años de corrientes de inversiones foráneas que ayudaron a impulsar
un crecimiento económico que ahora se ralentiza en la región, según el informe
anual sobre inversiones de la entidad.
La progresión sostenida de las
inversiones entre 2010 y 2013 en el conjunto de Sudamérica, Centroamérica y el
Caribe sufrió un parón el año pasado, al disminuir un 14 por ciento, hasta los
159.000 millones de dólares.
El secretario general de la
UNCTAD, Mukhisa Kituyi, explicó en una rueda de prensa en Ginebra que hay
varias razones que explican ese comportamiento de las inversiones extranjeras,
como la disminución del 72 por ciento de las fusiones y adquisiciones
transfronterizas en Centroamérica y el Caribe.
En ambas regiones, las
inversiones representaron entradas por 39.000 millones de dólares en 2014, lo
que supuso una disminución del 36 por ciento y la "vuelta a valores
normales" de inversiones tras los niveles inusitadamente altos registrados
un año antes.
Otra razón esencial para este
bajón de las inversiones ha sido la caída en los precios de las materias
primas, lo que a su vez redujo el atractivo de las actividades extractivas en
Sudamérica.
En el conjunto de países
sudamericanos, las inversiones disminuyeron en 2014 -en un 4 por ciento- por
segundo año consecutivo y totalizaron los 121.000 millones de dólares.
Todos los grandes receptores de
inversiones extranjeras directas, con la excepción de Chile, registraron un
crecimiento negativo.
En Brasil, el descenso de los
flujos fue ligero, pero ocurrió por tercer año consecutivo. Pese a todo, fue el
primer destino de inversiones en la región, con entradas por 62.000 millones de
dólares el año pasado (-2%).
Esa aparente estabilidad, sin
embargo, oculta diferencias importantes pues las inversiones en el sector
primario disminuyeron un 58 por ciento, lo que estuvo compensado por aumentos
en la manufactura (5%) y los servicios (18%).
Chile fue el mayor inversor
directo en la región, con un incremento del 71 por ciento de sus inversiones,
que sumaron los 13.000 millones de dólares.
A su vez, Chile recuperó su
posición como segundo mayor destino de inversiones en Latinoamérica, que
aumentaron un 38 por ciento el año pasado en este país, hasta los 23.000
millones de dólares.
México se ubicó como el tercer
mayor receptor de inversiones extranjeras directas, a pesar de que las entradas
se redujeron casi a la mitad (23.000 millones de dólares), por una disminución
marcada en las ventas transfronterizas.
En relación al recorte de
inversiones en la industria extractiva, los principales afectados fueron
Argentina (-42 por ciento), Perú (-18 por ciento) y Venezuela (-88 por ciento).
A pesar de una caída del 21 por
ciento en el caso de Colombia, este país mostró estabilidad gracias al aumento
de inversiones en manufacturas, finanzas, transportes y comunicaciones.
En Panamá, las entradas se
mantuvieron en torno a los 5.000 millones de dólares, después del auge
provocado por la ampliación del Canal de Panamá.
En la vecina Costa Rica, las
corrientes inversoras disminuyeron un 21 por ciento, hasta los 2.100 millones
de dólares, por el cierre de una fábrica de Intel y de las operaciones
comerciales del American Bank.
Por su parte, República
Dominicana consiguió un aumento del 11 por ciento en las corrientes de
inversiones extranjeras directas, que se cifraron en 2.200 millones de dólares,
en parte gracias a mayores recursos dirigidos a las zonas francas.
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