Diego ya sabe que tiene a Mascherano más... el 10
Daniel Arcucci LA NACION
El primero, contra Escocia, porque fue el primero. El segundo, contra Francia, porque fue contra Francia. El tercero, contra Venezuela, porque fue el debut en el país y por los puntos.
Cada uno de esos partidos, ante rivales de niveles indiscutiblemente diferentes -alguno, como el francés, relevante, y otro, como el venelozano, decepcionante- ha tenido para la selección argentina, sin embargo, un valor igual: el de unpequeño ladrillo que se agrega sobre el otro en una obra en plena construcción.
Y lo que se va levantando, de a poco, como una pared, es la confianza de y en Diego Armando Maradona al frente de este proceso, que tiene como meta final lo que sucederá dentro de poco más de un año, en Sudáfrica, y que no nació precisamente con un aval unánime.
Tal vez por eso, ganar confianza es tan importante como ganar puntos, y viceversa, que no hay tiempo ni espacio para hacer lo uno sin lo otro.
Maradona, que como jugador lo demostró todo, sabe que como entrenador aún no hizo nada. Y así como un día contestó que no tenía miedo de que se le "cayera la corona" , respondiéndonos a los que pensábamos que lo que Diego ponía en juego al asumir como DT era el mito Maradona, en el tiempo que lleva al frente del equipo ha tomado decisiones que demuestran que no sólo asumió con responsabilidad el desafío, sino también con convicción todos los riesgos.
En el principio de todo, cuando la historia comenzaba, eligió a su capitán y acuñó la frase: "La selección es Mascherano y 10 más", dijo. Y así como en los partidos anteriores el Jefecito demostró estar a la altura, los primeros 25 minutos de juego contra Venezuela no hicieron más que actualizar aquella definición.
En el medio de todo, cuando la historia alcanzó su primer momento de controversia y de tensión, eligió a Messi y le susurró la frase: "La 10 es tuya, nadie mejor que vos para llevarla", le dijo. Y con el número simbólico en la espalda, la Pulga demostró que es la llave para abrir la puerta del del desequilibrio necesario y del talento distinto.
"No saben cómo los envidio, manga de hijos de p..." , arengó a sus jugadores, en el cierre de la primera charla técnica, antes de que salieran a jugar contra Escocia.
"La gente los va a ver ganar a ustedes" , arengó a sus jugadores, en el cierre de la última charla técnica, antes de que salieran a jugar contra Venezuela.
En el Monumental, se sabe, la gente volvió a cantar " Que de la mano / de Maradona / todos las vuelta vamos a dar" . De la mano de Maradona ya van Mascherano y... El 10. El resto se va sumando, de a poco, como ladrillos en la pared de la confianza.
Daniel Arcucci LA NACION
El primero, contra Escocia, porque fue el primero. El segundo, contra Francia, porque fue contra Francia. El tercero, contra Venezuela, porque fue el debut en el país y por los puntos.
Cada uno de esos partidos, ante rivales de niveles indiscutiblemente diferentes -alguno, como el francés, relevante, y otro, como el venelozano, decepcionante- ha tenido para la selección argentina, sin embargo, un valor igual: el de unpequeño ladrillo que se agrega sobre el otro en una obra en plena construcción.
Y lo que se va levantando, de a poco, como una pared, es la confianza de y en Diego Armando Maradona al frente de este proceso, que tiene como meta final lo que sucederá dentro de poco más de un año, en Sudáfrica, y que no nació precisamente con un aval unánime.
Tal vez por eso, ganar confianza es tan importante como ganar puntos, y viceversa, que no hay tiempo ni espacio para hacer lo uno sin lo otro.
Maradona, que como jugador lo demostró todo, sabe que como entrenador aún no hizo nada. Y así como un día contestó que no tenía miedo de que se le "cayera la corona" , respondiéndonos a los que pensábamos que lo que Diego ponía en juego al asumir como DT era el mito Maradona, en el tiempo que lleva al frente del equipo ha tomado decisiones que demuestran que no sólo asumió con responsabilidad el desafío, sino también con convicción todos los riesgos.
En el principio de todo, cuando la historia comenzaba, eligió a su capitán y acuñó la frase: "La selección es Mascherano y 10 más", dijo. Y así como en los partidos anteriores el Jefecito demostró estar a la altura, los primeros 25 minutos de juego contra Venezuela no hicieron más que actualizar aquella definición.
En el medio de todo, cuando la historia alcanzó su primer momento de controversia y de tensión, eligió a Messi y le susurró la frase: "La 10 es tuya, nadie mejor que vos para llevarla", le dijo. Y con el número simbólico en la espalda, la Pulga demostró que es la llave para abrir la puerta del del desequilibrio necesario y del talento distinto.
"No saben cómo los envidio, manga de hijos de p..." , arengó a sus jugadores, en el cierre de la primera charla técnica, antes de que salieran a jugar contra Escocia.
"La gente los va a ver ganar a ustedes" , arengó a sus jugadores, en el cierre de la última charla técnica, antes de que salieran a jugar contra Venezuela.
En el Monumental, se sabe, la gente volvió a cantar " Que de la mano / de Maradona / todos las vuelta vamos a dar" . De la mano de Maradona ya van Mascherano y... El 10. El resto se va sumando, de a poco, como ladrillos en la pared de la confianza.
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