Relevancia de Inteligencia
Artificial Responsable
FORBES- 6 de octubre de 2018
El acelerado desarrollo de
soluciones de Inteligencia Artificial -en el que estamos inmersos- conlleva un
mundo de oportunidades en todos los ámbitos de nuestra vida.
Durante el último año, en
diversos foros relacionados con distintos temas de actualidad, se ha venido
registrando una discusión creciente en torno a las preocupaciones éticas que
genera una revolución tecnológica y social como la que habilita la IA,
particularmente en la prospectiva del desplazamiento laboral.
En este sentido, ha venido creciendo
también en frecuencia e importancia la discusión sobre la aplicación práctica y
concreta de una perspectiva ética al campo de la innovación, el desarrollo y la
implementación de soluciones de Inteligencia Artificial potencialmente
disruptivas, allí donde se están aplicando a la transformación de los procesos
de interacción entre humanos y máquinas.
En este contexto, Accenture
desarrolló un enfoque específico de Inteligencia Artificial Responsable,
orientada a la alineación de las iniciativas de IA en las organizaciones con
sus valores centrales y principios éticos. Las iniciativas de IA pueden y deben
realizarse con esta visión: con una mirada integradora de los beneficios que se
pueden producir por igual a consumidores, empleados, empresas, ciudadanos,
gobiernos y a la sociedad toda.
Iniciativas de IA en concordancia
con esta visión, permiten a las organizaciones que las impulsan cultivar la
confianza tanto de sus stakeholders, como del conjunto de la sociedad en la que
se insertan.
Hablando en términos prácticos,
la metodología IA Responsable se traduce en la arquitectura e implementación de
soluciones centradas en la persona humana. A través de la aplicación
disciplinada de design thinking, enfocando la reflexión a cuestiones éticas
fundamentales en cada contexto, para clarificar un conjunto de principios
enfocados a la generación de valor, bajo los cuales se desplieguen las
iniciativas de IA.
La Inteligencia Artificial
Responsable está fundamentada en el compromiso con principios fundamentales:
rendición de cuentas, equidad, honestidad, centralidad de la persona humana y
transparencia. El enfoque de IA Responsable aborda el imperativo de:
Gobernar: Definir el marco
adecuado para permitir que la IA se desarrolle al máximo de su potencial,
siempre basada en los valores fundamentales de la organización, los principios
éticos y la rendición de cuentas.
Diseñar: Diseñar y desplegar IA
con la confianza de todos los involucrados (asegurando privacidad,
transparencia y seguridad). A través de un diseño integrado, centrado en la
persona.
Monitorear: Supervisar y auditar
el rendimiento de la IA de cara a métricas clave basadas en la generación de
valor, incluyendo además perspectivas tales como la responsabilidad de la
construcción y gestión de lógicas algorítmicas cuyos efectos no deseados se
deben anticipar y minimizar; excluyendo sesgos de comportamiento y asegurando
la ciberseguridad de las soluciones manera integral.
Es esencial que los líderes de
las organizaciones aborden de manera proactiva los problemas críticos que
plantea la Inteligencia Artificial, creando nuevos modelos y enfoques con una
filosofía de Inteligencia Responsable.
Mirando hacia el futuro
inmediato, lo que nos debe preocupar cuando valoramos la irrupción vertiginosa
de la Inteligencia Artificial no es el desplazamiento del empleo, sino nuestra
incapacidad para pensar en el empleo del futuro y habilitar a las personas a
través de educación y capacitación para aprovecharlo; no es el efecto de la IA
en el comportamiento humano, sino nuestra incapacidad para orientar las
soluciones de IA a servir al ser humano y empoderarlo en cualquiera de sus
roles: ciudadanos, consumidores, trabajadores.
En este contexto, es imperativo
vigorizar los códigos de ética de nuestras organizaciones y adaptarlos a las
diversas formas en que la IA transformará las operaciones de las empresas y la
interacción entre las personas (y con IA); y es esencial pensar en la nuevas
normas y estándares de adaptación y autoevaluación que requeriremos para
mantener la competitividad y al mismo tiempo la competitividad en el entorno
disruptivo de un desarrollo y adopción acelerada de la Inteligencia Artificial
en todos los ámbitos.
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