Obra bien y te irá bien
FORBES- 10 de abril de 2017
La corrupción es un monstruo que
asfixia la economía de muchos países. Para lograr escapar, a los empresarios
nos toca crear políticas que permitan laborar dentro de una cultura libre de
sobornos.
Para que una empresa en cualquier
mercado del mundo tenga una oportunidad de prosperar, el ambiente ideal debe
ser uno basado en el libre mercado; y para que exista un libre mercado, el sector
público debe luchar constantemente contra uno de los peores enemigos de la
economía: la corrupción.
Sin embargo, en los últimos años
hemos visto un aumento de este cáncer en nuestro país, que ha llegado hasta las
más altas esferas del poder; los que cometen este “pecado” militan en todos los
partidos, haciéndole honor al infame dicho mexicano de que “el que no transa,
no avanza”.
Nuestro objetivo como país, pero
también como empresarios, debe ser luchar contra este lastre que aumenta la
inseguridad y desigualdad, impide la sana competencia y traba el avance de
nuestra economía. Pero, ¿cómo podemos ir en contra de esta triste corriente?
Poniendo el problema en evidencia
La Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico es un organismo de cooperación
internacional compuesto por 35 estados que buscan coordinar sus políticas
económicas y sociales. Una de sus principales misiones de esta entidad es
observar que sus miembros establezcan prácticas para eliminar la corrupción.
Por su parte, la Convención de
las Naciones Unidas contra la Corrupción es el instrumento más poderoso en la
lucha contra este mal que afecta a las empresas de todo el mundo; sus 167
estados miembro (entre ellos, México) se han comprometido a aplicar medidas
contra su práctica. Nuestro país, por ejemplo, creó el Sistema Nacional
Anticorrupción, cuyo objetivo es mejorar los procedimientos de prevención,
investigación y sanción de los actos corruptos, buscando que los órganos de
sanción sean profesionalizados y estén bien preparados para llevar a cabo sus
funciones.
Hasta hace poco tiempo, el
concepto de corrupción sólo abarcaba el sector público; sin embargo, los
gobiernos han reconocido que no pueden solos contra el problema. Es
responsabilidad de nosotros como empresas ser aliados importantes para lograr
un cambio en este tema, y es por eso que el décimo principio del Pacto Global
de la ONU por la Transparencia Internacional dice textualmente: “Los negocios
deberán actuar en contra de la corrupción en todas sus formas, incluyendo la
extorsión y el soborno”.
Nuestra función como empresas
Amigo fundador o directivo,
seguro deseas que la reputación de tu empresa familiar sea perfecta, pues esto
atraerá las inversiones y protegerá a tus accionistas, ¿verdad? Entonces,
combatir la corrupción debe ser una de tus principales tareas; al hacerlo, te
diferenciarás del resto al no participar en el desigual juego de sobornos y
“mordidas”, manteniéndote en la legalidad y protegiendo el nombre de tu
compañía.
¿Qué riesgos existen si no
controlamos la corrupción desde adentro? Muchos, de hecho; desde legales (por
el riesgo de incurrir en dádivas y sobornos, lavado de dinero y tráfico
ilegal), hasta de reputación (al ser acusados de malas prácticas), de seguridad
(una empresa que ha dado su primer soborno podría enfrentarse a chantajes más
frecuentes que una que se niega a participar desde el principio) e incluso
financieros (el desvío de recursos podría aumentar los costos de tu empresa
hasta en más del 20%)… simplemente es insostenible permitirnos que nuestra
empresa se preste a este tipo de prácticas.
¿Por dónde comenzamos?
El Pacto Global de la ONU nos
sugiere una serie de medidas para apoyar la lucha contra la corrupción; éstas
se deben enfocar en acciones internas, externas y colectivas.
Acciones internas. Introduce
políticas y programas anticorrupción y anti-soborno en tu negocio. Como líder,
debes dar un ejemplo claro de lo que se espera de tus empleados, procura que el
Código de Ética de tu empresa familiar estipule sin lugar a dudas su compromiso
por la tolerancia cero a las acciones corruptas (acércate a la Cámara de
Comercio de tu ciudad, o a organismos como Transparencia Internacional si
requieres de asesoramiento); y entrena constantemente a tu personal, dando
seguimiento permanente para que la cultura ética de tu empresa se consolide.
Acciones externas. Mantén a tu
entorno informado sobre tus avances contra la corrupción a través de un
Comunicado Anual sobre el Avance, compartiendo tus experiencias y buenas
prácticas. Fomenta la cultura de la transparencia; informa a tus accionistas y
las personas interesadas sobre las prácticas que han implementado para luchar
contra la corrupción, así como los posibles estudios de caso que hayan llevado
a cabo durante el año.
Acciones colectivas. Colabora con
empresas dentro de tu misma industria, y también en otras. En ocasiones, la
corrupción no puede ser combatida de manera individual por una empresa, ya que
forma parte de su cultura local; forma parte de los Pactos de Integridad e
Iniciativas de Transparencia que puedan llevarse a cabo en tu región, y crea
una estrecha red empresarial donde todos los integrantes busquen el bien común
y se cuiden las espaldas unos a otros.
El Programa Anticorrupción
En términos sencillos, el
Programa Anticorrupción de tu empresa es una guía formal que destaca el compromiso
de su dirección por tener una tolerancia cero hacia la corrupción. Debe estar
disponible públicamente, y contener las políticas y procedimientos detallados
de acciones a seguir para lograr erradicar este mal de nuestro entorno.
Para crearlo, debes hacer una
investigación completa de las leyes que aplican en México (y otros países si tu
empresa es transnacional); el programa debe adaptarse a la naturaleza de tu
empresa (¿en qué áreas es más posible el riesgo de corrupción? ¿Cuáles son las
preferencias de tus empleados para recibir las capacitaciones necesarias?).
Mario Rizo Rivas-Socio Director
de Salles, Sainz – Grant Thornton, S.C., en Guadalajara y Puerto Vallarta.
Contador Público Certificado por el IMCP. Conferencista, autor de los libros
'El Sucesor' y 'Todos Ganan', y maestro en Impuestos.
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