¿El ciberespacio es el escenario
bélico del Siglo XXI?
FORBES- 26 de abril de 2017
El ciberespacio se ha convertido
en un nuevo teatro bélico. Para que Internet continúe siendo un espacio abierto
y libre, necesitamos seguridad y combate al cibercrimen.
“No podemos resolver problemas
pensando de la misma manera que cuando los creamos.”
Albert Einstein
El ciberespacio es el nuevo
Estado de Bienestar de nuestro siglo, donde millones de personas pueden acceder
a oportunidades de aprendizaje, información, entretenimiento, y comunicación.
Pero el ciberespacio y sus
bonanzas no están libres de amenazas. Por ejemplo, a nivel mundial casi 82% de
las empresas sufren al menos un ataque informático cada año; y se espera que
las pérdidas económicas causadas por el cibercrimen sumen 3 trillones de dólares
hacia 2020 (2016 State of Cybersecurity Study, ISACA). Los otrora casi
románticos hackers ya no espían, ahora destruyen o lucran con sus ataques.
En ese aspecto, el ciberespacio
se ha convertido en un nuevo teatro bélico, tanto como antes lo fueron el aire,
el mar o la tierra. Para que Internet continúe siendo un espacio abierto y
libre, necesitamos seguridad y combate al cibercrimen.
El ciberespacio no conoce
fronteras físicas. Por ello, el reto de combatir al cibercrimen es global. Brad
Smith, presidente de Microsoft Corporation, llamó recientemente a crear una
“Convención Digital” y la creación de una Agencia que asegure su cumplimiento,
en la misma forma en que en 1949 los países adoptaron la cuarta Convención de
Ginebra. Una “Convención Digital” podría establecer normas explícitas sobre la
seguridad, estabilidad y paz en el ciberespacio.
El reto es también
multidisciplinario. Por ejemplo, la ONU, a través de la UIT, publica
bianualmente el Índice Global de Ciberseguridad, que analiza el desarrollo de
los países en cinco categorías: legal, medidas técnicas, medidas
organizacionales, infraestructura, y cooperación internacional.
Veamos la situación de México: en
el más reciente Índice Global de Ciberseguridad disponible (2014), México ocupó
la posición 18 de 29 a nivel mundial, y la 9 de 18 para la región americana (se
trata de un índice numérico, donde varios países pueden compartir la misma
posición).
En buena medida, esta situación
de “media tabla” parece provenir de la principal carencia que identificó el
reporte en ese momento: “No existe un mapa de ruta para la gobernanza nacional
de ciberseguridad en México” (Sección 1.3.2. del apartado Country Cyberwellness
Profile).
En efecto, el Programa para la
Seguridad Nacional 2014-2018 de México reconoce que “la existencia de una
acotada cultura de seguridad de la información es quizás la principal
vulnerabilidad del país actualmente”, y anticipa la necesidad de desarrollar
“una política de Estado en materia de ciberseguridad y ciberdefensa…”
En mi opinión, dicha política de
Estado debe promover una Estrategia Nacional de Ciberseguridad, que impulse una
convención digital internacional; la adhesión de México al Convenio de Budapest
para tipificar los ciberdelitos; el establecimiento de un robusto modelo de
gobernanza con un procurador especial y una Agencia Nacional; la creación de
tribunales especializados; campañas de educación en civismo digital; la
actualización del marco jurídico, fortalecimiento de la infraestructura
crítica, adopción de estándares, y la creación de un consejo plural con
participación del gobierno, industria, academia y sociedad civil. En este
sentido la reciente Misión de Asistencia Técnica de la OEA para la creación de
la señalada Estrategia resulta promisoria al menos para crear un diálogo
abierto sobre los componentes y alcances de la misma.
Es imprescindibles y urgente
consolidar una política de Estado contra el cibercrimen, construyendo un
entorno digital que nos permita capitalizar los beneficios de la Cuarta
Revolución Industrial, preservando un Internet abierto, libre y seguro, así
como derechos universales subyacentes, como la libertad de expresión y de
acceso a la información como premisas básicas. Es tiempo de pensar este
problema de manera diferente a la ilusión romántica del nacimiento y desarrollo
del ciberespacio.
*Jorge J. Vega Iracelay es
experto, investigador y profesor universitario en Tecnología y Sociedad.
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