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lunes, 31 de octubre de 2016

magnates chinos

Los magnates chinos se apoderan de clubes de fútbol europeos


El Confidencial -   octubre de 2016
"Si me pongo en la piel del aficionado, pienso que es arriesgado. Ojalá les vaya bien, no tiene por qué ir mal, aunque a nosotros la experiencia nos diga lo contrario". Es la reflexión de Sonia Díaz, presidenta de la Asociación de Peñas Racinguistas, ante la venta de un club de fútbol a capital extranjero. El Racing de Santander pagó 'el pato' de ser el primer equipo en lanzarse, en 2011, a las bondades del inversor extranjero. Hoy es cada vez más frecuente encontrarse en los palcos de los estadios a presidentes o propietarios procedente del otro lado del planeta.
Chen Yansheng, Wang Jianlin o Jiang Lizhang son grandes empresarios chinos con una particularidad en común. Los tres tienen en propiedad o controlan un número elevado de acciones de un equipo de fútbol español. Grandes magnates como ellos ya no invierten sólo en yates, viviendas de lujo o coches deportivos. Ahora, también lo hacen sobre el terreno de juego europeo. En los últimos años las grandes fortunas de Estados Unidos y Asia han iniciado una carrera para hacerse con el control de un club en apuros.

Los pudientes empresarios del sudeste asiático han fijado su vista en los clubes de la clase media de las grandes ligas con problemas económicos o en saldos. Como se desprende del análisis de los datos del accionariado de los clubes europeos, la Premier League es la competición que, antes y en mayor medida, ha sido ‘conquistada’ a golpe de talonario.

También la liga española es objeto de deseo de las grandes fortunas. El último ejemplo es la posible venta del Celta a un grupo inversor chino con el que su presidente, Carlos Mouriño, negocia desde hace varias semanas. El club de Vigo sería el cuarto equipo de la LaLiga Santander que cae en manos chinas, tras la reciente venta del Español, el Granada y la inversión del grupo Wanda en el Atlético de Madrid.

Un cuarto de la veintena de clubes que forman la Primera División Española están en manos de capitales extranjeros. Cuatro de ellos controlados total o parcialmente, como en el caso del Atlético, por capitales provenientes del Sudeste Asiático. El Málaga CF, por su parte, está controlado desde hace ya 7 años por el jeque qatarí Al Thani, que en más de una ocasión ha anunciado su intención de venderlo.
"En los últimos años el fútbol profesional español está experimentando una metamorfosis. Saneamiento económico, alineación del sector en una misma dirección, seguridad jurídica, por eso surge el interés del capital serio", afirma el director general Corporativo de La Liga, Javier Gómez. La posición de la organización es "estimular la llegada de capital al sector, tenga la nacionalidad que tenga, ya que lo importante no es el origen de los inversores, sino su seriedad y nivel empresarial".

En este sentido, la posible venta del Celta no es habitual, de acuerdo a los casos recientes, ya que se trata de un club saneado, apetecible para cualquier magnate. El presidente de la Federación de Peñas del Celta, José Méndez Castro, asegura que tienen "miedo". "El holding, empresa o particular que venga, hará sus negocios y, si no salen bien, bastante mal lo hemos pasado hace poco durante los cinco años que estuvimos en Segunda", explica.

Todavía queda poso del miedo que infundieron en su día el extravagante millonario ucraniano, Dimitri Piterman, que dejó tocado y hundido al Racing de Santander y al Deportivo Alavés, así como los cantos de sirena y promesas incumplidas del indio Ali Syed, que acabaron de enterrar al Racing. A día de hoy, sólo cuatro clubes como Real Madrid, Barcelona, Athletic y Osasuna están exentos de una posible venta sin la opinión de sus socios. Al no tratarse de sociedades anónimas deportivas, ya que no se acogieron en su día a la ley aprobada por el Gobierno en 1990, la última palabra la tiene su hinchada.
La 'Premier' no es británica
La liga española se ha liberalizado en los últimos años. Es una competición atractiva por su potencial y activos para estas grandes fortunas pero que todavía se encuentra a años luz de la inversión que reciben los clubes de la Premier League de capitales extranjeros. En Inglaterra, 14 de los 20 equipos que compiten en la primera categoría del fútbol inglés pertenecen a fortunas extranjeras.
Desde el Leicester que deslumbró el año pasado, dirigido por el tailandés Aiyawatt Srivaddhanaprabh, hasta la familia Glazer que regenta el Manchester United. Un fondo incapaz de rentabilizar sus inversiones en fichajes y que, de forma recurrente, provoca que un sector de la afición porte los colores verde y dorado de la fundación del club en señal de protesta contra su gestión. Las islas donde se inventó el fútbol parecen ahora un paraíso para hacer negocios y especular en torno a un balón. Al contrario que en España, la mayoría de los billetes que entran en la Premier, para dotar de liquidez a los clubes, llevan la cara de George Washington impresa. Arsenal, Liverpool, Crystal Palace y Swansea son algunos equipos en manos estadounidenses.

En el caso de la liga italiana y francesa, sólo los grandes clubes han podido atraer las fortunas de los magnates extranjeros. Al PSG y el Inter se unió a última hora del último cierre de fichajes el Milan. La negociación entre Berlusconi y la sociedad china Haixia Capital se alargó más de lo esperado, por lo que el club italiano no ha podido incorporar nuevas caras a su plantilla. Otro caso llamativo en Italia es el del Udinese, controlado por el empresario originario de Udine, Giampaolo Pozzo, que también es dueño del Watford inglés y, hasta hace unos meses, del Granada CF.
Asia y el fútbol inglés
El fenómeno, en el fútbol británico, ha llegado hasta la Championship, la segunda división. Aquí once de los veinticuatro equipos pertenecen a empresas o particulares que no son originarios de las islas británicas. La mayoría de ellos son asiáticos, como los propietarios de clubes importantes en la historia del fútbol inglés como los archienemigos Aston Villa y Birmingham.
'Los Villanos' de Birmingham, la segunda ciudad más poblada de Reino Unido, son un caso paradigmático. El club, un histórico de la Premier, descendió el año pasado tras varias temporadas erráticas. Con sus activos devaluados se convirtió en la presa perfecta para Tony Xia. Este empresario chino se hizo con el club por 76 millones de libras y lo incorporó a su multinacional Recon Group, que opera hasta en seis sectores diferentes como el de la energía o las tecnologías de la información. Su objetivo, además de hacer negocio, es devolver al club a la élite del fútbol inglés. De momento, está lejos de los puestos cabeceros.
Alemania, la excepción
La alemana es la única de las cinco grandes ligas donde se ha instaurado el proteccionismo ante los capitales extranjeros. En Alemania existe una normativa por la que el club debe poseer al menos el 50% más una de sus participaciones. Aunque sí existen inversiones de empresas, éstas nunca pueden tomar el control del club.
Con los equipos de fútbol teutón sucede algo parecido a lo que ocurre con Real Madrid, Barcelona, Athletic y Osasuna en España. Algunas excepciones de clubes controlados por compañías son el Wolfsburgo, cuyo propietario es Volkswagen, y el Bayer Leverkusen, dirigido por la farmacéutica Bayer.


¿Y si sale bien?

"Quien venga intentará rentabilizar su inversión y la única manera de conseguirlo es hacer al Celta más grande", se tranquiliza Méndez, el presidente de la Federación de Peñas con el que ha hablado este periódico. Aunque tiene dudas de que "conozcan el tema deportivo a la perfección", se fía de que "el actual presidente siempre ha dicho que venderá el club al mejor proyecto y no al mejor postor".
La Liga, por su parte, no tiene ningún miedo. "Que aparezcan inversores no tiene nada que ver con perder la esencia de los clubes. Al contrario, un mayor crecimiento del sector implica que puedan llegar y se puedan retener a los mejores jugadores del mundo", asegura el director general corporativo de la competición.
Quienes, como las peñas del Racing, han pasado por una situación parecida, no comparten el punto de vista oficial: "El fútbol se ha desmadrado con el tema del dinero y se ha perdido el trato del aficionado con el club. El magnate no siente los colores, su principal objetivo es hacer negocio", resume Sonia Díaz.

Al margen de las reticencias o la confianza en estos 'señores del dinero', lo cierto es que, de acuerdo a los movimientos de los últimos años, los aficionados tendrán que aprender a convivir con ellos.

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