Patagonia crece y tropieza con sus principios
The wall
street journal - agosto de 2016
Revelaciones de grupos de defensa
de animales obligan a la marca a cambiar de proveedores y establecer nuevos
estándares
VENTURA, California,
EE.UU.—Patagonia Inc. erigió un imperio de US$800 millones de indumentaria para
actividades al aire libre vendiendo a precios premium chaquetas robustas,
mochilas y ropa interior para clima frío. La empresa logró acumular una base de
clientes leales con la promesa de “crear el mejor producto, sin causar daños
innecesarios”.
Sin embargo, conforme se afianza
su crecimiento, Patagonia está descubriendo que las dos promesas entran en
conflicto.
En 2010, el grupo alemán de
defensa de los animales Four Paws dijo que halló evidencia de que las granjas
que suministraban plumas de relleno a Patagonia alimentaban gansos a la fuerza
para engordar sus hígados, que luego eran usados en foie gras.
En 2012, Patagonia descubrió que
intermediarios les estaban cobrando a trabajadores migrantes miles de dólares
por encontrarles un empleo en las fábricas de la empresa en Taiwán, una práctica
que grupos de derechos humanos consideran una forma de esclavitud.
Y a mediados del año pasado,
Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés)
publicó en internet un video en el que se veía el abuso de ovejas en ranchos en
América del Sur que vendían la lana a Patagonia.
Cada revelación tomó a Patagonia
—que se promueve como una empresa que escribe las reglas, no una que las rompe—
con la guardia baja. En respuesta, ha establecido nuevos estándares. En Taiwán,
trabajó con los proveedores para pagar compensaciones a los empleados. En otros
casos cortó lazos con firmas proveedoras y desarrolló nuevas cadenas de
suministro desde cero, incluso mientras perseguía una expansión global y
lanzaba líneas de productos.
Las ganancias de Patagonia se han
triplicado desde 2008 y la compañía mantiene una reputación de comportamiento
transparente y socialmente responsable entre sus clientes, dicen expertos de
marca. No obstante, está aprendiendo una dura lección: mantener un código de
ética estricto mientras persigue el mercado masivo es un acto de equilibrio
complicado.
Las empresas chocan a menudo con
“una desconexión gigantesca donde [los equipos de marketing] están listos para
contar la historia antes de que los equipos de operaciones y de cadena de
suministro estén listos y sean capaces de confirmarla”, dice Alexis Bateman,
investigador del Centro de Transporte y Logística del Instituto Tecnológico de
Massachusetts. “Es posible que sepan dónde está la granja, incluso que conozcan
a los granjeros, pero no saben qué pasa los 365 días del año”.
Patagonia fue fundada en 1973 por
Yvon Chouinard, un ambientalista aficionado al surfing y el montañismo que ha
escrito libros sobre prácticas empresariales social y ecológicamente
responsables y ha asesorado a otros minoristas sobre formas de mejorar la
transparencia en el abastecimiento.
“Cuando uno trata de limpiar su
cadena de suministro, no se puede creer cuán profundo tiene que ir”, dice
Chouinard.
Bajo la presidenta ejecutiva Rose
Marcario, que había trabajado antes en finanzas corporativas y firmas de private
equity, Patagonia ha añadido socios minoristas en cinco continentes, ha
invertido en comercio electrónico y ha lanzado nuevas líneas de productos.
Cara Chacón, directora de
responsabilidad social y ambiental de Patagonia, dice que en agosto del año
pasado su equipo estaba profundamente concentrado en la reparación de la cadena
de suministro de plumas cuando se enteró que PETA planeaba una campaña contra
sus proveedores de lana. En 24 horas se enteraron que el grupo publicaría un
video que mostraba el trato cruel y la mutilación de ovejas durante la esquila.
“La lana estaba en nuestro
radar”, señala Chacón. “Sabíamos que probablemente no era perfecta, pero no
teníamos idea de lo que estaba pasando”.
Las imágenes fueron grabadas en
ranchos pertenecientes a la red Ovis 21, una cooperativa de más de 160
productores en Argentina, Chile y Uruguay, dijeron PETA y Ovis 21. Esta red
provee el material usado en todos los productos de lana de Patagonia,
incluyendo suéteres, gorros y calcetines.
En cuestión de días, Patagonia
anunció la suspensión de las compras de lana de Ovis 21. Después de eso tuvo
que frenar sus planes de aumentar la producción de sus últimos artículos de
lana, incluyendo una línea de ropa interior larga que la empresa había pasado
tres años desarrollando y que había lanzado apenas un mes antes. “A la gente
realmente le encantaba el producto y nosotros básicamente dejamos de
fabricarlo”, explica Marcario.
Aunque Patagonia estaba entre los
compradores más pequeños de Ovis 21, perder un cliente tan conocido fue “un
golpe muy grande”, dice Ricardo Fenton, cofundador de la red de productores
ovinos. El video de PETA fue grabado principalmente en una estancia en
particular de la red, señala, y el gerente del lugar —que no estaba presente el
día que se grabaron las imágenes— prometió corregir esos problemas.
“Aunque no hacíamos una auditoría
específica del bienestar de los animales, estas simplemente no eran buenas
prácticas”, anota Fenton. Ovis trabaja ahora para reparar los problemas de
forma más amplia en toda la red a través de esfuerzos con el grupo de trabajo
internacional de la organización sin ánimo de lucro Textile Exchange, que
incluye a Patagonia, para desarrollar “estándares de lana responsables” en toda
la industria.
Patagonia armó un grupo de
trabajo interno para que reescribiera sus criterios para los productores de
lana y hallara nuevos proveedores. Durante el último año, Marcario se ha
reunido de forma regular con el equipo y personalmente ha aprobado estándares
para castración, esquila y partos de borregas. El personal se reunió con
expertos, incluida Temple Grandin, una especialista en manejo de ganado, y
visitó haciendas ovejeras remotas. Miembros del equipo estuvieron presentes
durante la esquila y el nacimiento de corderos en varios ranchos.
En julio, Patagonia anunció un
acuerdo con dos haciendas, en Oregón y Utah, que producirán lana para sus
calcetines. La empresa ha identificado otro proveedor para el resto de sus
productos de lana, pero aún no ha firmado contrato.
Aunque Patagonia es considerada
un líder en la forma en que responde a cuestiones sociales y ambientales, la
compañía y el sector en general deberían ser más proactivos en la eliminación
de los problemas, dice Nikki Hodgson, gerente de iniciativas empresariales de
sostenibilidad de la Asociación de la Industria al Aire Libre.
“Cuando uno no sabe qué está
pasando en su cadena de suministro, tiene mayor riesgo de este tipo de cosas”,
asevera Hodgson, en referencia a la campaña de PETA.
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