Los patrocinadores adoptan un perfil más bajo
en los Juegos Olímpicos
The wall street journal- agosto
de 2016
La presencia corporativa es más
tenue y los anunciantes estarían devolviendo algunas entradas.
Para los Juegos Olímpicos de
Londres de 2012, McDonald’s Corp. creó el restaurante más grande en la historia
de la compañía: un edificio de casi 3.000 metros cuadrados con sillas
acolchadas, pisos de madera reciclada y balcón con vista al Parque Olímpico.
El McDonald’s del Parque Olímpico
de Rio ocupa una fracción de esa superficie. El llamado quiosco o puesto de
postres no tiene asientos y sólo sirve helados.
Esta decisión de la empresa
muestra una característica distintiva de los Juegos de Rio: la presencia
moderada de los principales patrocinadores olímpicos.
Las calles de Rio de Janeiro no
están llenas de autobuses envueltos con los nombres de marcas, y tanto las
vallas publicitarias como las promociones de los patrocinadores se pierden en
la inmensidad de la colorida ciudad.
En el Parque Olímpico, pequeños
logotipos de Coca-Cola Co. adornan mesas y menús, mientras que los bares
consisten de un carrito atendido por una o dos personas, con cajas de gaseosas
calientes apiladas.
“No he visto demasiada
comercialización de patrocinio olímpico”, dijo Rob Prazmark, presidente de 21
Sports y asesor del Comité Olímpico Internacional, o COI. “Son unos Juegos muy
conservadores”.
De hecho, funcionarios olímpicos
y otros dicen que los patrocinadores no están utilizando todas las entradas que
tienen a su disposición, y que incluso están devolviendo algunas.
En Rio, los auspiciadores han
enfrentado varios desafíos, dicen los expertos, incluyendo una economía en
crisis, profundos cambios en las estrategias de marketing, y el hecho de que
los eventos estén distribuidos a lo largo y ancho de una gigantesca metrópolis
en lugar de concentrarse en un solo Parque Olímpico, como ocurrió en Londres.
“Se siente con menos fuerza
porque las cosas están muy extendidas”, dijo Shawn McBride, vicepresidente
ejecutivo de deportes de Ketchum Sports & Entertainment, que representa a
patrocinadores como Procter & Gamble. “Creo que cuando uno sale de estas
concentraciones olímpicas siente que está en una gran ciudad, no que está
inmerso en los Juegos Olímpicos”.
Esta sensación se ve agravada por
un fuerte giro hacia el marketing digital y de medios sociales, que tiende a
ser menos visible que el marketing tradicional.
“No hay duda que más dólares de
marketing están yendo a la experiencia de las redes sociales, en contraste con
gastar varios millones en un anuncio en el Parque Olímpico”, dijo Michael
Payne, ex director de marketing del COI.
La presencia menos prominente de
los grandes patrocinadores de los Juegos Olímpicos es también un reflejo de su
sensibilización a la inestabilidad política y los problemas económicos de
Brasil. “Las cosas están bien, pero no son excesivas porque la realidad es que
eso sería bastante insensible” hacia el contexto general, dijo McBride.
Varios grandes patrocinadores
dijeron que su presencia en Rio es similar a la que tuvieron en otros Juegos
Olímpicos y rechazaron la idea de que las preocupaciones sobre la seguridad y
la salud pública les hayan obligado a limitar sus planes.
Además del puesto de postres,
McDonald’s tiene un restaurante de servicio completo en la Villa Olímpica,
donde residen los atletas. David Zlotnik, portavoz de la compañía, dijo que
ésta cuenta con 33 restaurantes permanentes en Rio pero que eligió operar
únicamente esos dos puntos de venta olímpicos porque los eventos están
demasiado lejos entre sí y solo 45% de ellos tiene lugar en el Parque Olímpico
de Rio, dijo.
La decisión no tuvo nada que ver
con la economía local, agregó Zlotnik. En cambio McDonald’s quiso poner énfasis
en una operación casi única para Brasil, donde cuenta con 2.500 puestos de
venta de conos de vainilla, postres y batidos McFlurry.
Un portavoz de Coca-Cola —empresa
que patrocina los Juegos Olímpicos desde 1928—, dijo que sus esfuerzos de
marketing en Rio han sido “típicos’’ en comparación con Juegos anteriores.
Coca-Cola tiene una exhibición al
aire libre en el Parque Olímpico que incluye botellas conmemorativas de
aluminio dorado y pantallas destacando el tradicional papel de la compañía como
auspiciadora de los Juegos. También organiza conciertos en un antiguo almacén
pintado con el color rojo de Coca-Cola en la renovada zona portuaria de Praça
Mauá.
Coca-Cola no ha realizado ningún
cambio ni reducido su programa de hospitalidad para los invitados, dijo el
portavoz. Pero a diferencia de varios Juegos Olímpicos anteriores, la empresa
no está celebrando su reunión de la junta en Rio para coincidir con los
eventos. El portavoz dijo que el directorio de Coca-Cola se ha saltado uno que
otro encuentro Olímpico.
El mes pasado, la empresa de
bebidas estadounidense dijo que desplegaría íntegramente su campaña de
marketing de los Juegos Olímpicos en sólo 50 países, frente a más de 100
durante los Juegos de 2012 en Londres.
Coca-Cola también ha tenido mala
suerte con los atletas que patrocina. En julio, el golfista estadounidense
Jordan Spieth se retiró de los Juegos argumentando motivos de salud. Coca-Cola
planeaba comercializar su presencia en Rio, donde el golf ha vuelto a ser
deporte olímpico por primera vez desde 1904. A la nadadora estadounidense Missy
Franklin, que es una de las promotoras de la marca de jugo Minute Maid de
Coca-Cola, le ha costado destacarse en Rio después de haber ganado cuatro
medallas de oro en 2012.
Algunos patrocinadores han sido
más visibles. Bridgestone tiene anuncios en el aeropuerto y en las rutas de
autobuses y carreteras. Visa Inc., cuyas tarjetas de crédito son las únicas
aceptadas en los Juegos, tiene una modesta campaña publicitaria en toda la
ciudad.
Los auspiciadores también
utilizan los Juegos para agasajar clientes y hacer negocios. General Electric
Co., un importante patrocinador que suministra equipos eléctricos y otro tipo
de infraestructura a los Juegos, espera atender a unas 800 personas en Rio,
incluyendo ejecutivos de GE, directores, familiares y clientes corporativos,
dijo un portavoz de la compañía.
Pero incluso este aspecto de los
Juegos parece ser más limitado. El portavoz de los Juegos Olímpicos de Rio,
Mario Andrada, dijo la semana pasada que los patrocinadores no estaban ocupando
algunos asientos reservados, sobre todo en vóleibol de playa. El funcionario
atribuyó esto a la frustración por las largas filas y la escasez de comida en
los eventos.
Los principales patrocinadores
han incluso devuelto entradas de alta demanda como las finales de natación,
dijo Prazmark.
“Nunca he visto esto, nunca”,
agregó Prazmark, que ha trabajado en la comercialización de los Juegos
Olímpicos por 30 años. El ejecutivo dijo que las reservas corporativas de
asientos y hoteles fueron hechas hace más de un año, pero que muchos clientes
optaron por quedarse en casa preocupados por la agitación política, la
incertidumbre económica y el virus del zika.
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