El internet de las cosas ganó medalla de oro
en las olimpiadas
FORBES- 23 de Agosto de 2016
Así como nosotros mortales usamos
nuestro fitbit, entrenadores de todo el mundo están aprovechando los sensores
para monitorear y mejorar el programa de entrenamiento y alimentación de sus
atletas. No nos sorprendamos de encontrar pronto cascos, rodilleras y zapatos
que determinen o prevean lesiones.
Sin duda somos la Generación de
la Información. Nuestro cerebro procesa diariamente millones de estímulos: la
luz del día al despertar, el olor del café en la cafetera, los pajaritos trinar,
el noticiero de las seis, el baño que tomamos, el tráfico, la gente cruzando,
el camión que se nos echa encima, los nuevos episodios de Stranger Things, ¿qué
dijo Trump que lo meterá en problemas de nuevo?, ¿cuántos puntos diferenciales
ponen a Hillary a la cabeza?, las nuevas propiedades de “La Gaviota”, posts de
FB, twitter, Snapchat, Instagram…
El conteo es infinito y nuestro
cerebro hace lo mejor que puede para indexar, filtrar y procesar todo.
Como si esto no fuera suficiente,
cada 4 años lo ponemos a prueba con otro sinfín de estímulos durante las
Olimpiadas: Giselle Bündchen desfilando al ritmo de la Garota de Ipanema, los
trajes de baño de los competidores, la velocidad de Usain Bolt y al menos 25
transmisiones simultáneas en línea y por TV para que no nos perdamos ni un
minuto o detalle.
Esta vez vivimos las Olimpiadas
de la Generación de la Información y si me permiten, el juego de palabras no es
sólo por la edad de los atletas sino por la cantidad de información generada
durante ellas: bases de datos, fotos, videos, cámaras de seguridad,
broadcasting, etc.
Este ejemplo me parece
fascinante: El primer encuentro olímpico al que me tocó ir fue al Voleibol de
Playa. Era la primera vez que asistía y de repente las atletas australianas
hacen un “Desafío”: piden al juez revisar su fallo y el juez desde una tablet
lo hace, revisan las tomas de video, se repiten ¡y se retracta o confirma la
decisión! ¡Increíble! Algo similar pasó en Tenis y en Rugby…
Los deportes como los negocios,
están intentando mejorar su toma de decisiones. Esto afecta el fair play (juego
justo) pero también a los equipos y entrenadores que buscan entender mejor su
desempeño y el de los oponentes.
Esto no lo hacen sólo a través de
analizar videos, el internet de las cosas (IOT) juega un papel importante.
Así como nosotros mortales usamos
nuestro fitbit, entrenadores de todo el mundo están aprovechando los sensores
para monitorear y mejorar el programa de entrenamiento y alimentación de sus
atletas.
No nos sorprendamos de encontrar
pronto cascos, rodilleras y zapatos que determinen o prevean lesiones.
Big Data, por ejemplo, aprovecha
millones de sensores en los autos fórmula uno que monitorean, turbinas, frenos,
suspensión y además proveen información que ayuda a generar mejoras en todos
estos sistemas.
En el detrás de cámaras de los
juegos olímpicos, el Big Data desempeña un papel importante en la producción y
distribución del contenido, pero también del lado comercial.
Hoy las televisoras pueden
identificar cuáles son las competencias más “seguidas” y ajustar la pauta
publicitaria en cada uno de los países a los que transmiten. ¡Imaginen poder
ofrecer pautas “customizadas” a 3,000 millones de personas en el planeta!
¿Y qué tal del lado de los
espectadores? La tecnología también ha cambiado en el cómo se viven los juegos.
Pensemos sólo en las Apps
olímpicas, hay un centenar sólo en la iStore con resultados, programación,
reportajes, videos.
Hoy no es necesario ver la televisión
para seguir los juegos, como comprobamos en México estas últimas semanas.
Adicionalmente, Uber, Google Maps y Waze ayudan a vivir mejor las olimpiadas,
al ofrecer rutas de transporte público, así como el evitar el tráfico de las
competencias, entre otros. Las Olimpiadas disparan también el uso de las redes
sociales. Londres 2012 fue calificada como la primera Olimpiada “social” de la
humanidad. Usain Bolt se llevó la medalla de Oro Social al generar más de
960,000 menciones seguido por Phelps que ganó la plata con 830,000. ¿Será
que este año romperán sus records? Las redes sociales han facilitado la
interacción entre los atletas y sus fans e incluso, dice el rumor que hasta
Tinder incrementó su uso dentro de la Villa Olímpica. Rio 2016 ha causado
millones de publicaciones en redes sociales mucho antes de que dieran inicio
los juegos. La inestabilidad política, los miedos respecto al Zika y la
inseguridad, arrancaron meses antes perfilando estos juegos a ser en definitiva
los más sociales de la historia.
Alfredo Taborga-Idealista sin
remedio, cínico y pragmático. Mexicano orgulloso, germanófilo, viajero
incansable, amante del arte, la cocina, mi perro y marketero en EMC.
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