8 claves de las personas exitosas
para que fluya la creatividad
FORBES- 30 de Agosto de 2016
En esta era en la que tanta
información confunde, las buenas ideas se convierten en un bien necesario y
valioso. Son ese rayo de sol que es tan codiciado en una caverna oscura. Tanto
clientes como emprendedores batallan en ambientes atiborrados de datos y es
complicado encontrar inspiración.
Para triunfar en los negocios,
para ser una persona exitosa se necesita innovar. La innovación es el grado más
alto de excelencia y todos aspiramos a llegar ahí. Las ruedas de la continuidad
y el progreso se aceitan con cambios que introducen novedades y para ello se
necesita de un proceso de pensamiento creativo. Necesitamos ser originales —o
ser percibidos así— para ganarnos la preferencia del mercado. Lo que no es tan
popular es cómo ser únicos y como atrapar la atención de un cliente que cada
vez está más distraído y abrumado por tantas opciones.
Lee también: Fuentes de inspiración
italiana que llegan a tierras mexicanas
En esta era en la que tanta
información confunde, las buenas ideas se convierten en un bien necesario y
valioso. Son ese rayo de sol que es tan codiciado en una caverna oscura. Tanto
clientes como emprendedores batallan en ambientes atiborrados de datos y es
complicado encontrar inspiración. La demanda constante de novedades se
convierte en una exigencia cada vez más agresiva y la inspiración, ante la
amenaza, se esconde entre los rincones del cerebro y se niega a salir. Como
sucede generalmente, mientras más tratamos de forzarla, más huidiza se vuelve.
Si traemos el foco de la imaginación algo apagado o de plano sentimos que se
fundió, hay que cambiar la estrategia.
Tampoco es tan difícil. Algunos
consejos de creatividad que ocupan escritores y artistas plásticos pueden ser
de utilidad a empresarios y emprendedores.
No entrar en pánico. Primero lo
primero, hay que guardar la calma. Cuando estamos asustados, tenemos todos los
sentidos puestos en las señales de alarma y la inspiración se ve relegada. Los
estados de máxima angustia no son propicios para generar nuevas ideas. El lobo
feroz en el cuento de las novedades es el estrés, así que a respirar para
encontrar el centro.
Hay que cambiar de escenario. El
lugar común germina con mucha facilidad en nuestro lugar de confort. Para
espabilarnos hay que salir, romper la rutina, tomar rutas diferentes. Caminar,
andar en bicicleta, sentarse en otro espacio nos ayuda a ganar perspectiva y a
tomar un punto de vista diferente. Incluso, ir por un camino distinto,
estacionarse más lejos o más cerca puede dar con la clave. Tomar un café a una
hora en la que no solemos hacerlo, en un local nuevo abre posibilidades. Es
más, sacrificar la comodidad, a veces, ayuda. Cambiar es la clave.
La observación siempre ha sido
fuente de inspiración de artistas y científicos. Poner la cabeza y el
pensamiento en el entorno, en vez de estar pensando en la inmortalidad del
cangrejo puede lograr que el foco creativo se encienda. Tina Seeling, en su
taller de creatividad, hace que sus alumnos tomen conciencia del ambiente que
los rodea. Les pide que escriban, a detalle, el salón de clases. ¿Está abierta
la puerta? ¿Qué se ve desde la ventana? ¿Qué tan elevados están los techos?
¿Cuántos objetos verdes hay? ¿A qué huele? Va desde lo sensorial hasta lo
abstracto. Sostiene que, al poner atención en lo aparentemente pequeño, se abre
la puerta a la detección del problema y en consecuencia a la solución.
Mark Zuckerberg sostiene que las
mejores soluciones le han llegado al estar caminando en los pasillos de la
empresa. Algunas veces lo hace acompañado y otras, solo. La lógica es que, al
salir de la oficina, al recorrer los andadores, los espacios de fotocopiado, el
lugar donde la gente se sirve café, va con las antenas en alto. Verifica el
estado de ánimo de su equipo, oye el tono de las conversaciones y
eventualmente, capta alguna de las soluciones que estaba buscando. Sale a
caminar como un cazador de mariposas y atrapa las soluciones al vuelo como quien
las mete suavemente a una red. No busca soluciones en la grandilocuencia sino
que las encuentra entre lo cotidiano.
Ponerse en contacto con el agua.
Paulette Kauffman, autora de Bathing rituals to revitalize spirits, dice que
los estudios de flotación confirman que la inspiración es amiga del agua.
Lagos, mares, ríos han hecho magia en la vida artística de muchos virtuosos.
Arquímedes gritó ¡Eureka! Mientras estaba en la bañera. Agatha Christie confesó
haberse inspirado en la tina de baño para escribir sus misterios. El agua tiene
el poder de diluir el estrés, de limpiar la mente, desbloquear la imaginación y
hacer brotar la imaginación. ¿Cuántas ideas habrán germinado en una silla de
playa oyendo el rumor de las olas? Pero, si no hay tiempo para ir al mar, un
buen regaderazo puede servir.
Ordena el lugar en el que estás
trabajando. El caos físico invade la mente y contagia al pensamiento. En
sentido contrario, el orden y la limpieza destraban el pensamiento creativo.
Las bibliotecas llenas de papeles y gatos por doquier funcionan a pocas
personas. Los lugares en los que se incuban las ideas que huelen bien y en los
que cada cosa tiene un lugar ayudan a acelerar el pensamiento creativo.
Permiten concentrarse en lo importante y no se distraen. Un escritorio en el
que nada más se encuentra lo que se necesita, evita entretenimientos
innecesarios que quitan tiempo e inspiración.
El silencio es una incubadora
natural de inspiración. Me refiero a un mutismo en el que no hay interrupciones
y en el que el pensamiento encuentre esa libertad que tanto le negamos con
mensajes electrónicos, llamadas telefónicas, juegos, recados urgentes.
Propiciar ambientes agradables en
el que los sentidos puedan desarrollarse. Desplegar la mirada, estar en
contacto con texturas, aromas seductores, sabores atractivos y el sonido que
nos introduce a un modo creador son importantes. Aquí es necesario entender y
escucharnos. Descubrir cuál es nuestra sensación regente y estimularla.
Dice Tina Seeling que la
creatividad no es cara, es gratuita. Estoy de acuerdo, sin embargo, creo que la
extraviamos frecuentemente y en vez de ponernos a buscarla, lloramos.
Encontrarla no es tan difícil, pero hemos olvidado cómo hacerlo. Para espolear
la creatividad, tenemos que dejar de hacer las cosas como siempre y hacerlas en
forma distinta, tal como lo decía Einstein.
Pareciera que construir una
ventaja competitiva, una imagen que nos distinga, resulta algo muy complicado.
No lo es. La forma de activar la creatividad y llegar al grado de innovación se
hace escuchando a nuestro cliente potencial y entendiéndolo. Eso se logra con
mayor efectividad si dejamos la comodidad y nos aventuramos a ver las cosas en
forma distinta. Claro, no hay fórmulas
mágicas. Pero podemos adoptar algunas prácticas de gente a las que sí le han
resultado.
Cecilia Durán Mena- le gusta contar. Poner en secuencia números y
narrar historias. Es consultora, conferencista, capacitadora y catedrática en
temas de Alta Dirección. También es escritora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario