Arte contemporáneo, gran
instrumento de inversión
FORBES- 10 de Agosto de 2016
Si dispones de 50,000 dólares
puedes iniciar una colección bastante decente de arte contemporáneo, que no
sólo responderá a tu gusto por el arte, pues también es un instrumento de
inversión que te puede dar jugosos rendimientos en poco tiempo.
El arte se considera un valor
refugio que no está afectado por la inflación, que tiene un gasto de
conservación bajo y que incrementa su valor con el paso del tiempo. De acuerdo
con Javier Ferrer i Serra, curador, crítico de arte y cofundador de Fifties art
gallery, tan sólo en el año 2015 se vendieron más de 11,200 millones de dólares
en subastas en todo el mundo. El mercado más grande es el de Estados Unidos.
¿Qué debes considerar para
iniciar tu propia colección de arte contemporáneo?
“Esto empieza con un carácter funcional,
para llenar un espacio. Uno busca una pieza para su casa y tiene que convivir
con ella. Esta relación funcional se convierte en una relación espiritual y
después económica”, dice Javier.
Se considera arte contemporáneo a
la producción artística después de la Segunda Guerra Mundial. Y justo el arte
de la posguerra es uno de los nichos más elevados de precio. El segundo más
elevado es el de la Escuela de Nueva York. Algunos de sus principales
exponentes: Pollock, Willem de Kooning, A. Gottlieb, H. Hofmann y Kline, entre
otros. “El arte de los años ochenta para acá también ha llegado a cotizaciones
muy interesantes. Artistas jóvenes con una cotización muy alta”, dice.
Para Javier, el arte es
aprendizaje cultural que debe desarrollarse a la par que se genera una relación
de convivencia con la misma obra. “El coleccionista se tiene que implicar en el
proceso de conocimiento. Este proceso implica relacionarse con la gente que ya
tiene piezas, debe asistir a las ferias, a los congresos y a los museos. Es tener
un estilo de vida que se relaciona con el arte contemporáneo.”
De acuerdo con el sitio
arte.about.com, las principales ferias de arte son Art Basel en Suiza, Hong
Kong y Miami, TEFAF en Países Bajos, Art Cologne en Alemania, Frieza Art Fair
en Inglaterra, ARCO en España, The Armory Show en Nueva York y FIAC en Francia,
entre otras.
“El arte contemporáneo está de
moda por varias razones: porque la producción en este momento es inmensa… La
demanda cada vez es más importante —dice— porque se ha entendido que el arte es
un valor refugio muy interesante en tiempos de cambio y también porque el arte
es un valor especulativo que jamás sufre recesión, y sí se mantiene o va al
alza.
“En un portafolio de inversión
diversificado —explica Javier—, lo que generalmente se hace es invertir una
parte en arte moderno y otra en arte contemporáneo. Este último, aunque tiene
más interrogantes, genera mayores beneficios en el corto y mediano plazos: en
el arte moderno hay menos riesgos porque son valores más consolidados, y en
arte contemporáneo son valores menos consolidados pero con rentabilidades altas
en el corto plazo.”
Los artistas que en este momento
se encuentran en una fase productiva hacen arte actual, pero no necesariamente
arte contemporáneo. “El arte contemporáneo implica una relación con el ser y el
tiempo de este momento en concreto, pero la visión que tiene es una reflexión
de las ideas de lo moderno replanteadas en el ámbito de lo contemporáneo. El
contemporáneo es como lo moderno con algunos toques de arte global, con toques
multimediáticos. El artista es más multifacético.”
Para Javier, el artista
contemporáneo es inquieto, es un profesional que por la mañana quizás hace
fotografía, por la tarde pinta y en las noches quizás haga instalación. Y justo
en ese sentido, este artista suele no ser puro, como sucedía con los artistas
del modernismo, en que la mayoría se dedicaban sólo a la pintura o sólo a la
escultura: “Picasso es el que podríamos decir que era más multimediático, pero
la mayoría se especializaba en una disciplina.”
Javier resalta tres aspectos que
una buena colección de arte contemporáneo debe considerar:
La globalización. Se debe tomar
en cuenta el arte de otras latitudes, como el arte asiático, al arte
latinoamericano y europeo. Las colecciones deben estar nutridas con una
percepción global.
Considerar también la generación
de arte en el mercado local. Considerar a los artistas mexicanos valiosos.
Las piezas deben tener una visión
curatorial, deben contar una historia y tener un motivo. En esta parte, explica
el galerista, es muy importante que el coleccionista se deje asesorar.
Un tenedor y un plato doblado ¿es
arte?
“Cada quien puede comprar lo que
le dé la gana. El coleccionista debe enamorarse de la pieza. Pero debe dejarse
asesorar por un especialista”, dice.
Para el también curador, el
artista contemporáneo se forma bajo ciertos conceptos:
El artista debe tener un universo
intelectual propio que plasme en el universo visual. Y éste deberá estar
íntimamente relacionado con la pieza.
El artista debe tener una
trayectoria, un sentido y un discurso.
Debe saber incorporar ese
discurso a la realización práctica y técnica.
Se debe considerar el balance del
trabajo del artista, que sea prolífico, constante y que lleve una línea. Esto
no significa que deba pintar lo mismo.
Cuando no existe una buena
perspectiva o realización técnica porque se trata de objetos del orden
cotidiano (como el tenedor y el plato doblados) incorporados al museo y que
ahora tienen una nueva lectura, entonces es elemental conocer la historia del
artista y descubrir si el concepto es superior a la obra y si ha seguido ese
concepto. “Para el artista, todavía la realización técnica es muy importante:
el que pinta tiene que pintar bien, el que dibuja tiene que dibujar bien, lo
mismo para el que hace fotografía. Hay gente que desenfoca sacando fotos, ¡pero
qué desenfoque! Y es cuestión de realización técnica, de hacer un seguimiento
correcto a su propia idea.”
¿Y el precio?
“El precio es un valor relativo.
El mercado está sujeto a la oferta y la demanda. Si yo cuelgo un cuadro y digo
que vale 200,000 pesos y alguien llega y me lo compra, a partir de ese momento
hemos puesto un precio”, dice.
Para Javier, quien también valúa
obra de artistas jóvenes, se debe considerar el precio de dignidad. Si la obra
que a él le interesa tiene las características que le interesan para
promoverlo, a partir de ahí se genera un precio de dignidad. Un salario justo
para el artista y para el galerista. Otra referencia son los remates de
subastas de las grandes zonas de arte moderno y contemporáneo. Éstas ofrecen una
referencia de los límites normales del precio de las obras. Los remates también
son indicativo del precio precedente y posterior de una obra.
La mayoría de las obras de arte
contemporáneo que se venden tienen un límite aproximado de 15,000 dólares. El
grueso del mercado adquiere una obra con el objetivo de ser funcional, es
decir, que llene un hueco en la sala o en el comedor de una vivienda.
El tipo de piezas que más se
venden son la pintura, la escultura y después la fotografía. Esta última ha
cobrado relevancia porque el uso de dispositivos móviles permite exponerse por
mucho más tiempo a imágenes. Y la manera de observar a la fotografía ha cambiado:
“Aplicaciones como Instagram o Facebook han hecho que la fotografía tenga un
peso distinto.”
Otra razón por la que tiene mayor
auge es que tiene un precio menor al de la pintura y la escultura. Estos
factores hacen que la fotografía sea puerta de entrada para quien quiere
iniciar una colección de arte contemporáneo y tiene un presupuesto reducido.
Consejos
Para iniciar una colección se
debe…
Establecer un presupuesto anual.
Marcar una línea sobre qué se
quiere coleccionar.
Investigar a los artistas que
representan determinadas líneas o segmentos.
Consultar a un asesor.
¿Quién debe asesorar?
“Es muy importante no fiarse del
primero que llega, porque si es capaz de venderte lo mismo un departamento que
una obra de arte o un bolso, pues entonces ¿qué clase de asesor es ése? Esto
les ha pasado a muchos coleccionistas en México”, dice.
El asesor, explica, debe tener
una trayectoria e infraestructura, por ejemplo, una galería. Esta figura debe
dominar diversas disciplinas, debe presentar sus textos curatoriales y de los
aspectos más importantes, debe enfocarse en el arte y no vender otro tipo de
productos. El asesor tendrá suficiente información para tomar mejores
decisiones en lo que tiene que ver con inversiones, gestión de patrimonio y de recursos.
Ofrecerá orientación para definir el criterio y concepto de la colección, así
como información sobre cómo conservar, catalogar mejor las obras y
registrarlas.
“Quizá lo que compraron hoy en
50,000 pesos, a la vuelta de medio año vale un millón de pesos. Las obras que
uno inicia comprando valen menos de 20,000 dólares. Puedes comprar obras de
10,000 dólares y comprar cinco obras al año. Para esto ya con 50,000 dólares
tienes resuelto un primer paquete”, dice.
Para Javier Ferrer i Serra, quien
también impartirá un diplomado para coleccionistas en el Hotel St. Regis de la
Ciudad de México, el grueso de las colecciones nacen con una razón funcional y
poco a poco incrementan su tamaño: “El problema de esas colecciones es la
segunda y tercera generación, porque si colecciono arte creo un patrimonio
familiar. Y tengo que educar a mis hijos en el tema del arte y explicarles lo
que estamos formando. Es muy importante que el que va a generar ese patrimonio
platique con los herederos y que sean conscientes de lo que están adquiriendo”,
concluya.
Ruth Mata Ferrusquía-Lo suyo son
los casos de éxito. Le fascinan esas historias que contagian entusiasmo y que
pertenecen a gente valiente que decidió hacer lo que más le gusta en la vida.
Optimista de hueso colorado.
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