¿No te va bien el trabajo en equipo? Puedes estar fallando
en esto
América Economía - agosto de 2016
¿Cuántas veces te has sentido amenazado por tu propio equipo?
¿Tienes miedo de opinar por temor a equivocarte y ser juzgado? Éstas y otras
interrogantes son las que surgen al interior de los equipos desunidos,
disfunciones que llevan a la empresa al fracaso.
Patrick Lencioni, consultor especializado en la optimización
de trabajo en conjunto, asegura que trabajar en grupo tiene cinco obstáculos
naturales: la ausencia de confianza entre los integrantes del equipo, el temor
al conflicto, la falta de compromiso, evasión de responsabilidades y la falta
de atención en los resultados.
Estos errores son expuestos en su obra Las cinco
disfunciones de un equipo. Para acompañar al líder en el ardua tarea de
concientizar a su equipo, el autor describe una serie de actividades que
permitirá a los equipos cohesionarse y caminar hacia un mismo rumbo.
La primera disfunción se da cuando los miembros del equipo
no están dispuestos a abrirse ante los otros para aceptar errores y
debilidades, pilares sobre los cuales basarán la confianza. Cuando se tiene la
seguridad de que sus respectivas vulnerabilidades no serán utilizadas contra
ellos, “el resultado es que (los empleados) pueden centrar completamente su
energía y atención en el trabajo y dejan de actuar deshonestamente por
estrategia o por mantener cuotas de poder”, explica Lencioni.
Huir o evadir el conflicto no sólo sucede en las relaciones
afectivas, también en las situaciones del trabajo. Aunque discutir no siempre
es malo, Patrick establece que “los equipos que se entregan al conflicto
productivo saben que su único propósito es producir la mejor solución posible
en el espacio más breve de tiempo”.
Como tercera disfunción, la falta de compromiso merma el
desempeño del equipo y éste sólo se logra cuando, al tomar una decisión, hay
claridad y aceptación. El experto explica que cuando se consideran genuinamente
las opiniones de todos sobre alguna situación en concreto, se provocará la
disposición a apoyar la decisión final.
Evitar responsabilidades es el cuarto error dentro de los
pequeños grupos. Patrick dice que la responsabilidad es la disposición de sus
miembros a pedir cuentas a sus compañeros sobre desempeños y conductas que
pueden perjudicar al equipo. “Los miembros de equipo que se sienten
particularmente cercanos unos a otros a veces vacilan si tienen que pedirse
cuentas, precisamente porque temen perjudicar una valiosa relación personal.
Irónicamente, esto hace que la relación se deteriore”.
Pero la disfunción mayor de un equipo, aclara el autor, es
la tendencia de los miembros a ocuparse de algo distinto a las metas colectivas
del equipo. “Desgraciadamente para estos grupos, ninguna cantidad de confianza,
conflicto, compromiso o responsabilidad puede compensar la falta de deseos de
triunfar”.
Ejercicios de confianza
1. Historias personales. Consiste en que los miembros del
equipo, durante una reunión, contesten brevemente una lista de preguntas acerca
de sí mismos.
2. Eficiencia del equipo. Los miembros del equipo
identificarán la aportación más importante que cada uno de sus compañeros hace
al equipo y también el área que deben mejorar o eliminar por el bien de éste.
3. Total intercambio de impresiones. Se requiere que los
participantes hagan juicios específicos e intercambien; críticas constructivas
entre sí, en las cuales se identificarán fortalezas y debilidades sin ninguna repercusión.
Conflictos saludables
1. Excavar. Los miembros de equipos que tienden a evitar
conflictos deben asumir a veces el papel de excavadores, quienes extraen
desacuerdos ocultos dentro del equipo y los sacan a la luz.
2. Autorización sobre la marcha. Cuando los que están en
pleno conflicto se están incomodando con el nivel de la discordia, el líder
deberá interrumpir el debate y recordar a todos que lo que están haciendo es
necesario.
3. El papel del líder. La clave es que demuestren mesura
cuando la gente se sumerge en un conflicto y que permitan que la solución
ocurra naturalmente.
Logra consenso
1. Cascada de mensajes. Al término de cada reunión, un
equipo puede revisar expresamente las decisiones clave que ha adoptado ese
encuentro y acordar qué hay que comunicar a los empleados.
2. Fecha límite. Una de las mejores herramientas para
asegurar el compromiso es el uso de fechas precisas para las decisiones y su
respeto con disciplina y rigidez.
3. Análisis de contingencia. El equipo deberá suponer el peor
escenario para una decisión que está tratando de adoptar. Esto le permitirá
reducir el temor.
Responsabilidades
1. Publicación de metas y estándares. Una buena manera de
facilitar que los miembros de un equipo se pidan cuentas mutuamente es aclarar
públicamente lo que el equipo necesita lograr, quién tiene que cumplir qué y
cómo debe comportarse cada uno para tener éxito.
2. Revisiones periódicas. Los miembros del equipo se deben
comunicar regularmente entre sí sobre cómo les parece que están trabajando sus
colegas, según las metas y estándares.
3. Recompensas al equipo. Se deberán desplazar las
recompensas del rendimiento individual al logro en equipo; porque no es
probable que un equipo tolere tranquilamente fracasar porque uno de sus
miembros no está cumpliendo.
Resultados
1. Declaración pública de resultados. Se recomienda anunciar
públicamente el éxito que se pretende alcanzar, pues los equipos estarán
dispuestos a comprometerse con un deseo apasionado —incluso desesperado— para
conseguir esos resultados.
2. Recompensas basadas en resultados. Una forma efectiva de
que los miembros de un equipo enfoquen la atención en los resultados es
vincular sus recompensas, especialmente las económicas, al logro de resultados
específicos.
3. El papel del líder. Los líderes deben ser desinteresados,
objetivos y reservar el reconocimiento para aquéllos que hacen aportes al logro
de las metas del grupo.
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