Club de los 3,000 hits: enseñanzas de
mentalidad de maestría
FORBES-12 de Agosto de 2016
Si trabajas con mentalidad de
maestría, tu enfoque está en el presente, en mejorar, en ajustar, en contribuir
a tu equipo. Y las marcas, los resultados, son consecuencia de ese trabajo,
respeto y amor a tu profesión.
Cada deporte tiene ciertos
récords, que debido a la complejidad para alcanzarlos son reservados a unos
cuantos que –a través de carreras de alto desempeño y con la constancia como
marca distintiva– forman selectos clubes.
En el beisbol, uno de éstos es el
Club de los 3,000. El número hace referencia a los 3,000 hits alcanzados por un
bateador a lo largo de su carrera en temporada regular.
¿Qué tan difícil es pertenecer a
este club? Son 119 años desde el primer jugador que llegó a la marca, Cap
Anson, en 1897, y apenas otros 28 jugadores habían logrado ingresar al club
hasta el pasado domingo 7 de agosto, cuando los aficionados al beisbol
presenciaron el ingreso del miembro número 30: el japonés Ichiro Suzuki.
¿Cómo medimos el éxito?
Antes de ir a su historia, la
pregunta obvia: ¿por qué es tan complicado alcanzar la marca de los 3,000 hits
para un bateador?
Bueno, si nunca te has parado a
batear, te platico que es mucho más complicado de lo que se ve en la
televisión. En el terreno todo sucede mucho más rápido: cuando el pitcher lanza
la pelota a 145 km/hora (algunos alcanzan velocidades de 150 km/h), el bateador
tiene apenas un cuarto de segundo para ver el lanzamiento, juzgar su velocidad
y ubicación, decidir qué hacer y comenzar el movimiento del swing; entonces el
bat debe encontrar a la pelota y darle dentro de un diámetro de 2.54 cm tomando
el centro del bat como referencia. Para un cuadrangular debe de ser dentro de
1/8 de esos 2.54 cm.
Si batear se tratara nada más de
reaccionar a lo que ves, sería casi imposible. Así que el bateador debe añadir
la intuición para darse mejores probabilidades de éxito.
¿De dónde nace la intuición,
tanto en el beisbol como en cualquier profesión? La intuición viene de la
experiencia previa, de la atención, la conciencia y el aprendizaje hacia
futuro. Para el bateador, la intuición viene de aprender de cada turno
(experiencia), del estudio de videos, de incontables prácticas de bateo, de
afinar cada día, cada semana, cada mes, cada temporada.
Cada evento te da información. El
estudio de las tendencias de cada pitcher te ofrece probabilidades matemáticas
para elegir qué hacer en cada lanzamiento que recibes, dependiendo de la situación
del partido. Es un duelo tanto mental como de habilidades.
No todos tienen la disciplina ni
el acercamiento al juego requeridos para ser exitosos en el arte del bateo.
Aun así, con todo ese trabajo, un
buen bateador conectará de hit 3 veces de cada 10 intentos (un promedio de
bateo de .300). Así de complicado es batear.
Clave: Cuando ves un resultado
como un aprendizaje, y eres capaz de entender el contexto, tanto desde donde se
tomaron las decisiones, lo ignorado, lo que ayudó y lo que no, y usarlo para en
el futuro tener mayores posibilidades de éxito, estás trabajando desde una
mentalidad de maestría.
Lo que te funcionó antes no te
asegura que funcione hoy
Suzuki comenzó su carrera en
Japón, donde jugó durante 7 años.
Cuando los Marineros de Seattle
lo contrataron, había una gran expectación, sobre todo por el público en Japón.
Suzuki tenía la opción de llegar como estrella o como un novato de 27 años.
Optó por lo segundo y poner su energía en observar, aprender y adaptarse.
Ichiro observó desde el inicio que los pitchers en Estados Unidos tenían un
diferente acercamiento que los lanzadores en Japón. Era la pretemporada y
comenzó entonces a trabajar, de manera metódica, en tareas específicas en la
caja de bateo, con el fin de medir su estilo con los lanzadores de las Grandes
Ligas. Muchos de sus batazos resultaban en rolas de poca fuerza hacia tercera
base. Muchos comenzaron a dudar, y varios escritores criticaron a Seattle por
haber contratado a un japonés de talla pequeña. Pero Ichiro observaba, aprendía
y hacía ajustes. Su visión iba más allá del resultado inmediato.
Ese año (2001), Ichiro Suzuki
bateó para un promedio de .350 y ganó el reconocimiento de Jugador Más Valioso
en la Liga Americana de las Grandes Ligas. Tres años después, con un promedio
de bateo de .372, rompió el récord de George Sisler, de 257 hits en una
temporada, récord establecido en 1920 y que era una de las marcas más antiguas
en el beisbol.
Ese aprendizaje constante le
permitió durante 10 años batear arriba de 200 hits (otro récord de la liga).
Clave: Lo que te funcionó en el
pasado, en otra empresa o en otro equipo, no te garantiza que funcione de
nuevo. El análisis del contexto, de la gente a tu alrededor, es importante para
un líder.
Autenticidad, enfoque, propósito
y amor al juego
Suzuki siempre ha dicho que
quiere jugar hasta que tenga 50 años. Hoy tiene 42 y sigue contribuyendo para
los Marlins de Miami. Y a fin de mantenerse en una forma que le permita jugar,
Suzuki se enfoca en dos cosas: su cuerpo y sus herramientas de juego.
En este escrito hablaré de las
herramientas de juego, y de una en particular: sus bats.
La forma en que cuida sus bats es
particularmente interesante, y necesitamos remontarnos a 1999, cuando aún
jugaba en Japón, para comprender la filosofía y respeto que hay hacia la
profesión.
En aquella ocasión, después de
haber sido “ponchado”, y mientras caminaba de regreso al dugout, la frustración
se convirtió en enojo llevándolo a romper su bat. Pocas horas después, ya con
la mente más calmada, Ichiro Suzuki escribía una carta al artesano que
elaboraba a mano sus bats. En la carta se disculpaba por haber destruido el
producto de su trabajo, manifestando el respeto que tenía por el proceso y
habilidad requerida en la elaboración de los bats.
El respeto hacia la profesión y
el trabajo de otras personas lo manifiesta en la forma en que lleva sus bats de
un lado a otro. Normalmente los jugadores los meten en bolsas cuando no los
usan, pero Ichiro Suzuki los guarda dentro de un estuche a prueba de golpes,
que además deja la humedad afuera.
Para un detallista como él,
regular la humedad del bat es crucial, pues se nota en el tacto y en el impacto
con la pelota. El mismo artesano que hacía sus bats en Japón, sigue
fabricándoselos hoy en día, todos con las mismas dimensiones y peso.
Siempre tiene 4 disponibles, de
forma que si uno ha absorbido demasiada humedad, lo regresa al estuche y saca
otro para su siguiente turno.
Previo al juego lo puedes
observar sintiendo cada uno de los bats, dándoles pequeños golpes y escuchando
el tono que hacen, seleccionando cuidadosamente su herramienta.
Ichiro Suzuki tiene su muy
particular estilo de bateo, y cada ritual refleja algo importante para él, y a
la vez le da una autenticidad no forzada, que es celebrada por jugadores y
fans.
Orientación de maestría
La marca de los 3,000 hits nunca
ha sido su motivación detrás de la disciplina y entrenamiento que ha requerido
para mantenerse en el beisbol.
Si trabajas desde una mentalidad
de maestría, es una marca que no está en tu mente cuando inicias tu carrera. Tu
enfoque está en el presente, en mejorar, en ajustar, en contribuir a tu equipo.
Las marcas, los resultados, son consecuencia de ese trabajo, respeto y amor al
deporte (profesión), así como de muchas pequeñas cosas sucediendo.
Ichiro Suzuki es un maestro en
los pequeños detalles.
Cuando personas con estas
características van alcanzando e imponiendo récords, la gente a su alrededor
–sin importar si son jugadores de equipos rivales, aficionados o reporteros– lo
celebra, pues entiende los valores y principios ligados al evento que
enriquecen no sólo al deporte, sino a las personas asociadas a él.
El Club de los 4,000
Hay nada más 2 jugadores en el
Club de los 4, 000 hits: Pete Rose (4,256) y Ty Cobb (4,191).
A diferencia de Ichiro Suzuki,
ellos jugaron toda su vida en las Grandes Ligas.
Si uno considera los hits
conseguidos en Japón, Ichiro sumaría 4,279… y contando.
Jean-Paul Chevalier-Mis pasiones
han sido la naturaleza, los deportes, la creación de equipos, la influencia de
los líderes en la gente y los caminos que seguimos como personas al crecer en
la danza constante de evolución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario