Olimpiadas Río 2016: algunas
lecciones para México
FORBES-29 de Agosto de 2016
¿Qué implicaciones tiene
convertirse en una sede olímpica? ¿Qué hizo Río de cara a los juegos? ¿Qué
problemas hubo? Y ¿Qué aciertos y errores cometió Río de Janeiro que pueden ser
lecciones para ciudades de países emergentes como México?
Históricamente, ha habido todo
tipo de razones para organizar los Juegos Olímpicos, pero cada día estas
razones están más focalizadas. Ahora una ciudad que aspira a ser sede
olímpica se concentra en realizar mejoras de infraestructura, emprender
esfuerzos de desarrollo económico, convertirse en mención asidua ante el
concierto internacional y traer beneficios de largo plazo a sus habitantes.
En este sentido, vale la pena
preguntarse, ¿qué implicaciones tiene convertirse en una sede olímpica? ¿Qué
hizo Río de cara a los juegos? ¿Qué problemas hubo? Y ¿Qué aciertos y errores
cometió Río de Janeiro que pueden ser lecciones para ciudades de países
emergentes como México?
Implicaciones de Ser Sede
Olímpica
Ser ciudad anfitriona del
olimpismo puede dejar a las ciudades mejor o peor que como estaban. Por
ejemplo, las Olimpiadas de México 1968 dejaron un legado sustancial de mejoras
en infraestructura –destacablemente deportiva-, vivienda y movilidad, a cambio
de un impuesto de tenencia que sigue siendo debatido casi cinco décadas
después. Además, la obsesión por mostrar un país en orden al mundo,
precipitó el uso de la fuerza y la masacre para suprimir la oposición política.
Por otro lado, las olimpiadas
representaron para Atenas el espejismo del arribo al primer mundo, una resaca
de endeudamiento que por ahora no se puede cuantificar cuándo se terminará de
pagar y un catalizador perfecto de su crisis económica de la última década.
De acuerdo con Bruce Katz,
investigador de Brookings, existen tres beneficios potenciales que esperan los
anfitriones olímpicos:
Corto Plazo: Estímulo a la
economía de la ciudad gracias al turismo y el incremento de la actividad
económica.
Mediano Plazo: Incremento en la
estatura de la ciudad a nivel internacional y mejora en la marca-ciudad por
estar mencionada continuamente en las noticias.
Largo Plazo: Inversiones
sustanciales en infraestructura y mejoras en toda el área metropolitana. (Katz,
2016)
De acuerdo con el autor,
“múltiples estudios económicos han demostrado que la organización de unos
Juegos Olímpicos no tiene en el corto plazo un efecto positivo consistente o
significativo en las economías locales o nacionales”. (Ibid., 2016) Dado
que los efectos de organizar unos Juegos Olímpicos pasan más por las mejoras
que la infraestructura produce en el largo plazo, así como el requerimiento de
una visión alrededor de progresos económico, cívico y social, los países en
desarrollo deben estar pendientes del caso de Río.
Hay que enunciar el contexto en
el que Brasil llegó a sus Olimpiadas:
La economía no crece al ritmo
esperado.
Sus mandatarios son impopulares.
Es un país que pasó del optimismo
de pensar que está en el primer mundo al pesimismo de no hallarse en él.
Tiene una clase media más educada
que la generación anterior, que gracias a la tecnología puede conocer otras
personas del mundo con las que se identifica y comparte información sobre sus
problemas y cómo los están resolviendo.
Amplios sectores de la población
están hartos de la corrupción y buscan nuevos medios para que ésta tenga
consecuencias.
Curiosamente, esta situación es
compartida por países en desarrollo como México, Turquía, Rusia, Indonesia, entre
otros.
La Construcción del Camino a Río
La ciudad de Río de Janeiro tiene
6.5 millones de residentes y, a diferencia de otras ciudades, está asentada en
morros o colinas que además de ser accidentes geográficos, son obstáculos para
el crecimiento económico. Casi una cuarta parte de la población vive en
estos lugares, donde se encuentran las principales favelas.
“En los últimos 20 años, Río ha
implementado un modelo completo de construcción de la ciudad que se ha basado
en la gentrificación, sobornos para campañas políticas y reubicaciones forzadas.”
(Lara, 2016) La victoria de Río sobre ciudades como Madrid, Tokio y
Chicago, aunada a la anterior adjudicación del Mundial sobre Colombia y
Argentina, fue vista como la forma ideal de inyectar dinero para disminuir el
rezago de inversión en infraestructura, del cual países como México, Argentina
y Brasil no salen bien parados.
Al paso del tiempo, sobrevinieron
la crisis económica que tuvo a millones de personas protestando en las calles;
la crisis de corrupción (Lavajato) que derivó en la investigación de cientos de
funcionarios del más alto nivel y el encarcelamiento de decenas de ellos; así
como la crisis política que derivó en la impugnación de la presidenta.
Así, los Juegos de Río pasaron de la ilusión al desencanto, representando para
el imaginario popular el dispendio gubernamental y la arrogancia política.
A pesar de las polémicas y quejas
por las obras elegidas, de las molestias de la construcción y los retrasos, de
los sobrecostos que aparecieron sobre la marcha, de las controversias políticas,
de los conatos de bronca que hubo por el desalojo de favelas, y del incremento
en la percepción de la desigualdad, se puede considerar que las mejoras para
que la ciudad de Río fuera anfitriona de las Olimpiadas la harán una ciudad de
mayor bienestar para su población y más atractiva para los turistas.
Entre las mejoras, algunas de las
cuales se pueden ver gráficamente aquí, hay que destacar:
Instalaciones Deportivas: Se
construyó el Parque Olímpico en la antigua favela de Vila Autódromo, que después
de los juegos será explotado por empresas de bienes raíces. Además hay
otras instalaciones que serán permanentes y se les dará uso después de la justa
olímpica, como la Carioca Arena 1 (acondicionada de basquetbol a centro de
entrenamiento olímpico para 12 deportes), Arena 2 (de instalaciones de judo y
lucha a centro de entrenamiento), la Arena 3 (del tae-kwon-do y esgrima a una
escuela especializada en deportes con capacidad para 850 estudiantes), el
Velódromo Olímpico de Río (que pasará de ser un centro de ciclismo a un centro
de alto rendimiento), el Centro Olímpico de Tenis (que pasará a ser el centro
oficial para la práctica del tenis de Brasil), y la Arena Futura (que pasará de
recibir el balonmano a ser desmantelada para que sus materiales se usen en la
construcción de 4 escuelas). (Casey, 2016)
Transporte: Los habitantes de Río
requerían alrededor de 30% más de tiempo que los habitantes de otras ciudades
brasileñas en trasladarse, lo cual incrementaba costos, estrés e
improductividad. El plan de transporte fue de lo más ambicioso para recortar
dichos tiempos: Se abrió la línea 4 del metro, se construyeron 160 km de
carriles exclusivos para autobuses, se construyeron 4 túneles y un tren ligero
VLT de 27 km. Con todo ello, se conectarían más de 60% de los habitantes de Río
a través de fácil acceso al transporte. Además se expandió el puerto principal.
(Kane, 2016)
Vivienda: Los 3,600 departamentos
de la Villa Olímpica se convertirán en una zona residencial de lujo. Además,
con mucha controversia se construyó la favela de la Barra da Tijuca, que
alojará a unas 550 familias que fueron forzadas a abandonar la antigua favela
de Vila Autódromo, que es donde se construyó el Parque Olímpico. Ya en el
agregado, desde 2009 se construyeron 75,000 unidades de vivienda popular,
aunque algunos críticos han señalado que se perdieron el mismo número de
unidades para construir los proyectos olímpicos. (Jacobs, 2016)
Desarrollo Social: Se está
terminando la construcción de 400 escuelas y clínicas de salud. Por otro lado,
hay un proyecto en desarrollo para que las personas de ciertas favelas se muden
a departamentos de interés social.
Atracción de Inversión: El sector
privado pagó el 40% del total de las obras, mediante Proyectos Público-Privados
(PPPs) que tuvieron políticas como la venta de derechos aéreos e incentivos
fiscales por participación en obras. Entre ellas se destaca el primer campo de
golf completo en Río. (Jacobs, 2016) Por otro lado, más de 20
corporativos estarán en el proyecto Porto Maravilha, que ha causado
controversia por posible corrupción, pero también porque tendrá cinco torres
Trump.
Cultura: Se renovó drásticamente
el Museo de Arte de Río, cuya obra estuvo a cargo de la firma Bernardes
Jacobsen, y se erigió el Museo del Mañana, por ahora prácticamente vacío, que
fue encomendado a Santiago Calatrava.
Corrupción, Caso Aparte
De acuerdo con el Banco Mundial,
para los países en desarrollo, “la construcción está considerada como una de
las industrias más corruptas: se usan comúnmente grandes pagos para ganar o
modificar contratos y evadir las regulaciones. El impacto de la
corrupción va más allá de los pagos de soborno, pues donde más se hace sentir
es en la mala calidad de la construcción e infraestructura, en los bajos
rendimientos económicos y el pobre presupuesto para mantenimiento.” (Kenny,
2007)
Las obras para las Olimpiadas de
Río se comenzaron a adjudicar al poco tiempo de ganar la sede olímpica y antes
de la explosión de los escándalos de corrupción. Por la Operación
Lavajato, 16 grandes compañías constructoras están siendo investigadas o
procesadas, y algunas han entregado su solicitud de bancarrota, lo que ha
derivado en 675 mil empleos perdidos en el sector en los últimos 2 años.
(Biller, 2016) Las 5 compañías más grandes bajo investigación tenían
contratos de infraestructura olímpica por $11 mmdd y una de ellas es Odebrecht
SA, el conglomerado de ingeniería más grande de Latinoamérica.
Lecciones de Río para ciudades
mexicanas
Como se ha visto aquí, los Juegos
Olímpicos son un gran pretexto para acelerar obras de infraestructura que
mejoren el bienestar de la población, aunque simultáneamente, no es necesario
organizar las Olimpiadas para cosechar los efectos que éstos tienen en una
ciudad.
La infraestructura libre de
corrupción es un agente de mejora para atraer inversión, incrementar la
participación pública, perfeccionar los procesos de planeación, rehabilitar
áreas de la ciudad, reducir la desigualdad, revalorizar las áreas en decadencia
de una ciudad, incrementar la educación y acelerar el crecimiento económico.
Aprendizajes de lo que sí hizo
Río
Entender qué problema se está
tratando de resolver: Más allá de las complejidades olímpicas, Río hizo un
diagnóstico donde definió con claridad qué no tenía que hacer, qué sí tenía que
hacer y en qué orden de prioridades.
Invertir en infraestructura es
más importante que invertir en estadios: Por cada dólar invertido en
instalaciones olímpicas, se invirtieron $3.6 dólares en infraestructura “de
legado”, que trae beneficios tangibles a la población.
Enfocarse en la Accesibilidad: Se
han enfocado en identificar lugares de destino valioso como centros de empleo,
de estudio, parques, comerciales, y de vivienda, para que las personas se
muevan lo más rápidamente posible. A partir de la inauguración de las obras de
transporte público, el uso de vehículos disminuyó un poco.
Planear las construcciones para
usos múltiples y de largo plazo: Algunos edificios serán reacondicionados para
uso permanente, mientras que los materiales de los edificios no permanentes
serán desmontados y usados en infraestructura comunitaria.
Usar las PPPs como palanca de
desarrollo para proyectos más grandes: Los PPPs fueron artífices para costear
los juegos y por ende, han sido catalizadores para revitalización urbana,
creación de valor y mejora del bienestar de la población.
Promover la reconcentración
urbana: Contrario a la gentrificación, la planeación buscaba que la ciudad
creciera hacia arriba, que se le diera valor a activos subutilizados y a que se
le diera nuevo vigor y atractivo a zonas céntricas, que antes eran de alta
concurrencia.
Aprendizajes de lo que no hizo
Río
Tomar en cuenta los factores
ambientales en la toma de decisiones: A pesar de que durante los Juegos se
transmitió el mensaje de sustentabilidad y cuidado del planeta, el camino hacia
las Olimpiadas estuvo falto de criterios ambientales en la toma de decisiones.
Disminuir la corrupción: La
asignación de contratos a modo o vía fast-track, así como los sobrecostos con
poca transparencia fueron práctica habitual en el camino a los Juegos. Si bien
existe molestia con la corrupción, los brasileños se resignaron a haber perdido
mucho dinero en prácticas corruptas, que probablemente nunca se sepa cuánto
fue, pero también en general les gustaron los cambios de Río.
Entender los alcances con la
escala adecuada: El plan olímpico de Río fue en proporción, igual de ambicioso
que el de China al celebrar sus Juegos Olímpicos en Beijing. Con la crisis
económica, Río tuvo que aprender dolorosamente que organizar una Olimpiada con
costos por las nubes puede matarte, cuando la solución más práctica y viable
era costearla con prudencia.
Gestionar las emociones
nacionales: La presión que Río se echó encima fue asfixiante para la ciudad y
la región. En el marco del boom económico y de las crisis subsecuentes, el país
carioca pasó de de la euforia desbordada a la decepción profunda.
Atacar la desigualdad es clave:
Si bien la rehabilitación de Río derramó recursos para las zonas más pobres y
ricas, el sentimiento de la mayoría de la población es que se otorgó mucho más
dinero a las zonas ricas, lo cual se ha desatado críticas de hipocresía,
insensibilidad y de oportunidad desaprovechada.
Con estas lecciones inherentes a
las ciudades en desarrollo, se ilustra que se puede llegar a los efectos
verdaderos de unos Juegos Olímpicos a través de diferentes caminos.
Esperemos que en esta época en la que la infraestructura está de capa caída en
México, el compromiso con la infraestructura para los desarrollos económico y
social no termine siendo una aspiración olímpica.
Javier Arreola-Ingeniero,
emprendedor y becario Carlos Slim en la U. George Washington. Aprendí de
energía en la Brookings Institution. Analizo el liderazgo de México en el mundo
y busco traducir tecnicismos al lenguaje cotidiano.
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