Se vale aprender fuera de la
empresa familiar
FORBES- 3 de julio de 2017
Tal vez pienses que tu mejor
trabajo se encuentra en la empresa de tu familia, pero ¿y si buscaras empleo en
otro lugar? Muchos expertos coinciden en que la respuesta es un rotundo sí.
Cuando éramos pequeños, quizá
nuestros padres nos llevaban a la empresa familiar a convivir con el personal y
realizar tareas sencillas. Crecimos junto con el negocio, forjando un lazo
emocional hacia esas personas y ese lugar que formaron parte importante de
nuestra niñez… o quizá temiendo el (mal aplicado) castigo de papá o mamá de
“mandarnos a trabajar” si nos portábamos mal.
Independientemente de nuestra
experiencia, si vimos a nuestros padres felices con lo que hacían, disfrutando
su trabajo y ayudando a hacer crecer el negocio, es probable que nuestro sueño
fuera trabajar allí cuando llegáramos a ser mayores.
Hoy, si estás a punto de o acabas
de graduarte, es momento de obtener tu primer trabajo, aquél que siempre has
soñado. ¿Convendría que lo buscaras fuera de la empresa de la familia? Muchos
expertos coinciden en que la respuesta es un rotundo sí.
Incluso van más allá y
recomiendan que tus primeros dos o cinco años de carrera los hagas en una
compañía diferente. De esta manera adquirirás experiencia, te harás más
disciplinado, podrás forjar tus propias experiencias sin ser percibido como “el
hijo del dueño”, y evitarás que los demás sientan que te aprovechas de tu
parentesco para obtener mejores beneficios. Además, el trabajar en otra
compañía te llenará de ideas y visiones nuevas que podrás implementar en la
empresa familiar cuando finalmente te integres a su fuerza de trabajo.
Si optas por este camino, no es
necesario que te desvincules totalmente de la empresa familiar, ya que podrías
participar en definir el rumbo del negocio siendo parte del Consejo de
Administración o de algún comité; así podrás realizar tus proyectos personales
y al mismo tiempo formar parte del gobierno corporativo de la compañía. ¡Te
conviene mantenerte al día de su caminar!
Lo más sano es que tu empresa familiar
mantenga un protocolo de ingreso, pues el objetivo principal debe ser mantener
el espíritu, valores y sello de su fundador, pero también que entre sus filas
se encuentren las personas más adecuadas para cada puesto. Si tus estudios
profesionales son afines al rubro de la empresa, pero además puedes sumar tu
experiencia al haber laborado en otro lugar, tu presencia posterior en la
empresa familiar será muy beneficiosa para su crecimiento y sustentabilidad.
Bien lo dijo el retórico
estadounidense Harry Emerson Fosdick: “Ningún Niágara puede producir energía
hasta que no es colocado en un túnel. Ninguna vida crece en grandeza hasta que
es enfocada, dedicada y disciplinada”. Te recomiendo vivir esa experiencia,
formar tu propio criterio y luchar por destacar fuera de la sombra de tus
padres. Verás que, al final, estos años lejos de la empresa familiar rendirán
muchos más frutos de los que tú podrías imaginar. ¡Mucho éxito!
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