Guerra del petróleo: Irán quiere su cuota y
genera un nuevo frente dentro de la OPEP
El Economista - miércoles, 3 de junio de
2015
Justo en el momento en el que la Organización
de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) parecía que estaba ganando la guerra
iniciada contra los productores estadounidenses de fracking, un nuevo frente se
ha abierto en sus propias filas.
Este viernes 5 de junio se celebra la próxima
cumbre de la organización, en la que se determinará el nivel de producción.
Esta reunión tendrá lugar tan solo tres semanas antes del cumplimiento del
plazo para llegar a un acuerdo internacional sobre el programa nuclear de Irán.
De levantarse las sanciones, el gobierno de
Teherán calcula que puede añadir, en un plazo de apenas seis meses, 1 millón de
barriles diarios más a un mercado petrolero ya sobreabastecido.
Ese millón de barriles no estaba en las cuentas
de la OPEP, que en su anterior reunión, celebrada en noviembre pasado, no lo
tuvo en cuenta para apostar por mantener su cuota de mercado en lugar de
recortar la producción para provocar una subida de los precios. Actualmente, la
OPEP está produciendo más petróleo que nunca en los dos últimos años, con el
objetivo de que otros países donde el coste de extracción es mayor, como EEUU,
no sean competitivos.
Maniobras en la OPEP
El problema es que la vuelta de Irán al mercado
incrementará la competencia en el mercado, algo que se notará tanto dentro de
la OPEP como fuera. "Se están dando
muchas maniobras para posicionarse dentro de la OPEP en este momento",
explica Ole Hansen, responsable de estrategia de materias primas en Saxo Bank.
"Los saudíes están aumentando la
producción y todos los demás que pueden hacerlo en la OPEP también. Si la OPEP
no está dispuesta a reducir la producción para darle cabida a Irán, debe buscar
reducciones de los productores fuera del grupo", añade.
Todos los analistas y expertos consultados por
Bloomberg esperan que la organización mantenga su objetivo de producción de 30
millones de barriles diarios en la reunión de esta semana en Viena. Pero en
realidad, la OPEP lleva bombeando una cantidad superior a la fijada en sus
objetivos desde hace un año, una señal de su determinación de no ceder un solo
barril de cuota de mercado a otros países.
Irán quiere su cuota
Irán, que llegó a ser el segundo mayor
productos del grupo y que actualmente es el quinto, está totalmente decidido a
"restablecer la cuota de mercado perdida", según aseguró el ministro
del Petróleo, Bijan Namdar Zanganeh, el pasado 6 de mayo en Teherán. El
ministro, además, añadió que la OPEP debería adaptarse a una mayor producción
por parte de Irán.
Por el momento, la estrategia iniciada hace más
o menos un año está dando resultados: el número de plataformas petroleras de
perforación activas en los Estados Unidos ha caído un 60%; la producción de las
formaciones de esquistos estadounidenses se redujo en mayo por primera vez
desde febrero de 2011; y los productores recortaron sus planes de inversión en
miles de millones de dólares.
Por el contrario, Arabia Saudí, el mayor
productor de la OPEP y artífice de su estrategia, está desplegando el nivel más
alto de plataformas en por lo menos dos décadas y operando con la capacidad de
producción ociosa más baja en aproximadamente tres años.
A la espera del programa nuclear
Una mayor producción de Irán y de su vecino
Irak podría incrementar la competencia dentro de la OPEP por los mercados
asiáticos, donde la demanda crece más rápido, y pondría a prueba la unidad del
grupo. Asimismo, pone en peligro el rally que vive el petróleo, que ha subido
un 60% desde enero, cuando tocó mínimos de seis años.
Mientras, todo queda pendiente de las
negociaciones nucleares sobre Irán. El país y seis potencias globales que
incluyen a Estados Unidos, Rusia y China se proponen finalizar para el 30 de
junio los términos y los detalles de un acuerdo que reduzca el programa nuclear
de Irán a cambio de una flexibilización de las sanciones. Precisamente, la
reanudación de las discusiones está prevista para esta semana en Viena, y aunque
el acuerdo es posible, todavía quedan puntos por resolver.
Las potencias e Irán ya llegaron a un principio
de acuerdo en abril, y de confirmarse ahora en junio lo más probable es que las
sanciones se levanten gradualmente. Esto haría que el ?nuevo? petróleo iraní no
afectara realmente al mercado hasta el año que viene, según las previsiones de
Société Générale.
En el mejor de los casos para la OPEP, el
impacto del petróleo iraní sería absorbido por un incremento de la demanda,
según esta entidad. Es más, se podría ver como una nueva escalada en la
estrategia, ya que expulsaría a más productores con mayores costes que Irán y
la propia OPEP.
De fondo, hay otro problema: Yemen. Arabia
Saudí, de mayoría suní, está enfrentada con Irán, de mayoría chíi por mantener
la hegemonía en Oriente Medio, cuyo principal foco de tensión está situado
ahora en Yemen. Irán apoya a los rebeldes a los que se opone Arabia Saudí.
Además, Teherán apoya al gobierno de Irak, de mayoría chíi. "Los saudís
probablemente no van a hacerle un hueco", explica Francisco Black,
investigador jefe de materias primas en Bank of America. "No hay mucha
amistad entre ambos".
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