Trastorno bipolar: un lugar entre la depresión
y la manía
Infobae - febrero de 2025
Es una afección en la cual una persona
atraviesa períodos de depresión y otros en los que está extremadamente feliz o
malhumorado o irritable. Además de estos altibajos en el estado anímico,
también pueden aparecer cambios extremos en la actividad y los niveles de
energía. Hoy, a esta enfermedad se la conoce como trastorno bipolar aunque,
durante mucho tiempo, se la llamó psicosis maníaco-depresiva.
"Se trata de un cuadro médico psiquiátrico
que afecta al humor de las personas que las lleva a un plano positivo máximo,
en el que el paciente se desnaturaliza por su euforia, su insomnio,
excitabilidad, grandilocuencia, megalomanía, en la que siente que todo lo puede
y todo lo sabe. Esta etapa puede durar semanas o algunos meses para después
caer, al poco tiempo, en un cuadro depresivo que puede ser intermedio o muy
negativo en el que se establece una depresión orgánica muy fuerte, incluso con
ideas suicidas en la que hay que ayudar y tratar al paciente para que pueda
volver a su condición normal", indica a Infobae el doctor Miguel Ekizian,
médico psiquiatra y psicoterapeuta.
Más allá de los cambios de humor
Aunque puede estar precedida por un evento
psicológico disparador, esta patología es de causa orgánica. El trastorno
bipolar es una afección cerebral en la que se produce una alteración de los
mecanismos bioquímicos que regulan las emociones y el humor. "Una vez que
se instala, se activa ese regulador biológico que empieza a fallar y debemos
ayudarlo desde distintas fuentes para que vuelva a funcionar con
normalidad", asevera el experto.
Según datos de la Organización Mundial de la
Salud, este cuadro afecta al 4% de la población, tanto a hombres como mujeres
alrededor de los 20 a 25 años en adelante. "Por tratarse de una enfermedad
crónica, la que la palabra "curar", al igual que en casi toda la
medicina, cada vez se usa menos ya que la persona puede estar controlada
gracias a la ayuda médica para que pueda estar bien y sostener ese estado en el
tiempo", agrega Ekizian.
La enfermedad a la medida del paciente
Hay diferentes tipos de énfasis clínicos del
trastorno bipolar. Una vez iniciado, cada persona lo desarrolla de manera
diferente. Hoy se pueden detectar estadíos que los llaman el "espectro
bipolar". Hay sujetos que básicamente "suben y bajan" por igual.
Otros por cada episodio de euforia, que puede durar semanas y hasta meses y que
presentan grandes momentos depresivos. A otros se los llama cicladores rápidos,
porque alternan períodos realmente cortos entre un estado y otro.
Herramientas para combatirla
El trastorno bipolar es, entonces, una
patología psiquiátrica que tiene una base orgánica. Al consultar al
especialista sobre los métodos de tratamiento para contener a la persona
afectada, el médico psiquiatra señala que "hay mucho por hacer".
Gracias al aporte de la ciencia, hoy se puede atemperar, amenizar y hacer que
estas diferencias en el humor sean más pequeñas y acerquen al paciente al
equilibrio. Para ello, "contamos con la droga madre que es el litio y un
arsenal terapéutico integrado por el ácido valpróico, la carbamazepina, el
topiramato, la lamotrigina y el gabapentin, entre otros, que son un conjunto de
fármacos que permiten un sostén psíquico y biológico que permiten que el
paciente medicado pueda estar bien y rendir de la mejor manera en sus distintos
quehaceres cotidianos", señala Ekizian.
Según el médico psiquiatra, distintas
personalidades del arte y de la política que han padecido la enfermedad de
alguna manera y lo hicieron público, colaboraron para que se conozca más y sea
más natural detectarla.
"Quien padece este cuadro, es una persona
como cualquier otra y puede recibir ayuda para controlarlo y ordenarlo, ya que
de lo contrario, alterará seriamente su conducta"
El universo del paciente
Respecto al tratamiento, el especialista reconoce
la importancia de pensar en los tres aspectos que conforman al ser humano.
"Somos una triple unidad conformada por un espíritu, una mente y un cuerpo
funcionando en situación, en la que resulta tremendamente importante trabajar
de modo conjunto con la familia, relacionándose con los padres, la pareja y los
hijos del paciente. Muchas veces trabajamos con el entorno de la persona que
padece un trastorno bipolar porque nos ayuda a que el paciente aprenda a
advertir precozmente los cambios en el humor para poder tratarse a
tiempo", destaca.
Uno de los errores más grandes es suspender la
medicación sin la indicación médica. Esto hace que se pierda el equilibrio que
aportan los fármacos que ayudan a que el cerebro, la mente y la forma de
comportarse del paciente puedan estar nivelados y en armonía.
Buscar un propósito
"También podemos trabajar desde lo
espiritual, porque es fundamental encontrar el sentido de la vida y el
propósito de por qué vivimos. En ese sentido es importante saber que Dios nos
ha puesto con un sentido en esta vida y que, a través del mismo podemos ser
útiles para nosotros mismos y para los demás", puntualiza Ekizian.
"Hay que trabajar mucho este concepto
espiritual y también la psicoeducación a nivel mental para conocer nuestra
mente, yendo al pasado para poder ordenarlo, no porque allí esté la solución,
sino para mirar para adelante a partir de allí buscando mejores conductas y
equilibrio con los seres con los que el paciente se relaciona", agregó.
Desde lo físico, es muy positivo cuidar el
cuerpo, tenerlo en ritmo, evitar el sedentarismo y darle un sentido. También es
muy importante la posibilidad del "insight", es decir mirarse para
adentro, para aprender desde lo positivo a acompañar cada día de la mejor
forma.
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