La piel que nos da un "sexto sentido"
para orientarnos
BBC Mundo - febrero de 2015
Científicos de Alemania y Japón desarrollaron
un nuevo sensor magnético que se aplica a la piel y podría dotar a los humanos
con lo que se denomina magnetorrecepción.
Este "sexto sentido" es lo que le
permite a muchos animales detectar campos magnéticos para su orientación y
navegación.
La lámina de sensores es lo suficientemente
delgada, robusta y maleable para aplicar y adaptar a cualquier parte de la piel
humana.
Magnetorrecepción
Las aves en vuelo conocen su posición, altura y
dirección gracias a la magnetorrecepción.
Varios animales, como las palomas mensajeras,
pueden detectar el campo magnético de la Tierra.
Es un sentido que está presente en las
bacterias, insectos como las abejas y otros vertebrados como los tiburones. Les
permite detectar campos magnéticos para poder orientarse, navegar y regresar a
su lugar de origen.
Los seres humanos, sin embargo, no tienen la
habilidad de percibir ese magnetismo de forma natural.
Ahora, sin embargo, una investigación realizada
conjuntamente entre el Instituto Leibniz de Investigación sobre Estados Sólidos
y Materiales (IFW Dresde), la Universidad Técnica de Chemnitz, en Alemania, y
las universidades de Tokio y Osaka, en Japón, presenta esa posibilidad.
El equipo de investigadores, encabezados por el
doctor Denys Makarov, del IFW Dresde, lograron desarrollar una piel electrónica
con un sistema sensorial magnético que dota al usuario de un "sexto
sentido" capaz de percibir la presencia de campos magnéticos estáticos o
dinámicos.
"Imperceptible"
Esta nueva malla magnetoelectrónica tiene menos
de dos micrómetros de espesor y pesa apenas tres gramos por metro cuadrado;
puede, inclusive, flotar sobre la superficie de una burbuja.
Los sensores magnéticos pueden, además, ser
doblados a radios extremos de menos de tres micrómetros, y resistir ser
arrugados como un pedazo de papel sin perder sus propiedades sensoriales.
Colocados sobre una superficie de apoyo
elástica, como una banda de goma, se pueden estirar a más de 270% de su
longitud durante más de 1.000 ciclos sin presentar fatiga.
La versatilidad se logró al elaborar los
elementos magnetoelectrónicos sobre una base robusta de polímeros que es a la
vez ultra delgada y flexible.
Estas características son las que permiten que
los sensores se puedan adaptar suavemente sobre cualquier zona de la piel
humana, inclusive las partes más flexibles de la palma de la mano, sin que se
altere su función.
"Estos sensores magnéticos ultra delgados
con una solidez mecánica extraordinaria son idealmente adecuados para ser
colocados de manera discreta e imperceptible como dispositivos de asistencia en
orientación y manipulación", declaró el profesor Oliver G. Schmidt,
director del Instituto de Nanociencias Integradas de IFW Dresde.
Usos y aplicaciones
Los sensores permiten "sentir" o
percibir orientación con base en el campo magnético normal de la Tierra, sin la
necesidad de una brújula o un GPS satelital.
El usuario podría recibir la sensación a través
de una vibración o en algún dispositivo móvil.
Su potencial uso permitiría la navegación en la
oscuridad y hasta puede ser ampliado a las personas con discapacidad visual
para orientarse en un espacio que tenga su propio campo magnético de
referencia.
Otro amplio uso de los sensores magnéticos
sería en implantes y prótesis para conocer la posición exacta de las
articulaciones, como también en los dispositivos que monitorean la salud, según
explicó por teléfono a BBC Mundo el doctor Denys Makarov, líder del proyecto.
"Los sensores pueden detectar cualquier
tipo de movimiento, así que pueden monitorear la actividad muscular,
particularmente del corazón", expresó el doctor Makarov.
Lo más destacado, sin embargo, es que "nos
da una sensación adicional fuera de los cinco sentidos que tenemos",
afirmó Makarov.
"Extiende la posibilidad de manipular
objetos en un mundo virtual, por ejemplo, sin deformarlos en el mundo
físico".
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