Paradigmas tecnológicos: la empresa y la nueva
economía
Forbes -jueves, 22 de enero de 2015
“La nueva economía no es la economía de las
empresas que producen o diseñan Internet; es la de las empresas que funcionan
con y a través de Internet…”
Entre los múltiples aspectos que la tecnología
ha modificado, en el mundo empresarial se dibujan diversos escenarios que nos
han llevado a revisar cómo están reaccionando las organizaciones ante el cambio
tecnológico. Partamos de dos vertientes: las empresas que deben adaptarse y las
empresas que nacieron digitales rompiendo con paradigmas establecidos.
Sin distinciones particulares de sectores,
industria y su orientación a los negocios (B2B) o a los consumidores (B2C),
revisemos el primer caso. El creciente uso de la tecnología para la operación
convencional de las empresas fue tomando fuerza con esquemas de productividad,
optimización y automatización. Diversas ofertas de hardware, software,
almacenamiento, administración y conectividad; el auge de Internet y de las
comunicaciones unificadas. La ola de innovación difícilmente permitió a las
empresas una reingeniería integral; algunas hicieron esfuerzos aislados y con
poco conocimiento; otras invirtieron en infraestructura y otras hicieron lo
básico. Con el tiempo, algunas se han adaptado, otras tantas están en el
proceso y aquellas que no reaccionaron, incluso han desaparecido.
Una nueva forma de pensamiento
El cambio tecnológico en las empresas implica
una nueva forma de pensar, pues impacta transversalmente a toda la
organización. El que compra la tecnología, el que la usa, el que la implementa
y quien recibe el producto o servicio final. Anteriormente, estos cambios eran
propios de un par de áreas, pero actualmente se extiende a toda la
organización. La gestión de dichos cambios debe ser administrable en todos sus
ámbitos para garantizar una operación eficaz. Las estructuras deben
evolucionar, los procesos se deben mejorar y los modelos de negocio tienen que
cambiar de acuerdo al panorama global. El factor humano, por su parte, juega un
papel fundamental, pues, a su vez, la empresa se conforma por diversos perfiles
y generaciones que implican un cambio más.
Hablando de industrias particulares hemos
mencionados ya aquellas que se vieron abrumadas por la aparición de Internet y
no dieron ese paso llamado innovación: música, video, telefonía y televisión, por
nombrar algunos ejemplos.
El CIO tiene que pensar 2.0 para transitar el
cambio tecnológico que hoy es una constante en el mundo de los negocios; la
tecnología es sinónimo de competitividad. La gestión del cambio es un factor
obligatorio para las empresas que se encuentran en continua renovación, misma
que no parará por la propia velocidad de la tecnología.
Los negocios disruptivos
El otro lado de la moneda son aquellas empresas
que operan conectadas; desde su operación hasta su personal y un modelo de
negocio disruptivo. Empresas de diversas industrias pero comunicadas en un 90%
con esquemas colaborativos y flexibles. Su conexión 24/24 permite su
funcionamiento y un escenario innovador para los jóvenes ávidos de nuevas
experiencias laborales; a los consumidores los escucha y les ofrece lo que
piden a través de diversas formas y canales digitales. En este tipo de
empresas, las oficinas son del pasado y el celular, en cambio, es una extensión
virtual de ésta.
Por otro lado están aquellos negocios 100% basados
en Internet, modelo para muchos inconcebible hace unos años; para quienes veían
a Internet como una herramienta y no un medio; como algo transitorio y no
permanente e infinito. Así nacieron negocios cuya infraestructura vive en la
nube; ofrecen servicios nuevos o incluso existentes, pero de una manera
innovadora. Esto sin duda implica una amenaza creciente en el mercado
empresarial. Un ejemplo es Uber, red de transporte que conecta a los pasajeros
con conductores a través de una app alrededor de todo el mundo. Algo tan simple
convertido en un negocios de millones de dólares que simplemente cambió su
forma de ver los negocios y aprovechar las oportunidades que brinda la
tecnología y la misma globalización. No por nada Uber ya enfrenta pugnas
legales en Europa y en otros mercados se vislumbra ya como una amenaza.
En la industria tecnológica, Google, Facebook y
Twitter ya se han consagrado. Detrás de éstas, las startups y el mundo de
incubación altamente prioritario en Silicon Valley, donde la compraventa de
empresas prometedoras es el negocio del día a día.
Manuel Castells, sociólogo y profesor
universitario reconocido en tecnologías de la información y comunicación,
afirma: “La nueva economía no es la economía de las empresas que producen o
diseñan Internet; es la de las empresas que funcionan con y a través de
Internet. Ésa es la nueva economía y eso es lo que está ocurriendo en todo el
mundo.”
El camino que se ha recorrido en materia de
innovación en las empresas implica una constante reinvención. Sin embargo, a su
vez ofrece alternativas para subirse a la ola tecnológica y ser parte de la
nueva economía tecnológica.
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