¿Cuáles son las economías más eficientes?
BBC Mundo - viernes, 30 de enero de 2015
¿Cómo sabemos si una economía es eficiente? Se
puede parafrasear un viejo proverbio y decir que todo depende de la vara con la
que se mida.
La más usada es el Producto Interno Bruto
(PIB), es decir, la suma de todo lo producido, consumido y la inversión de un
país en un determinado período de tiempo.
En el debate público y mediático raramente se
relaciona esta medida con otros factores para determinar si una economía marcha
bien o no.
Pero la realidad es que cuando se introducen
criterios como distribución o demografía, la película cambia radicalmente.
Es lo que halló el economista Andrew Smithers
del diario británico Financial Times al comparar el desempeño en los últimos 15
años de los países más desarrollados del planeta, el llamado G5 (Estados
Unidos, Japón, Francia, Alemania y el Reino Unido).
"Si la vara que mide es el PIB entonces
Estados Unidos encabeza la tabla. Si es el PIB per cápita Alemania sale
primera. Pero si se usa el PIB en relación con la población económicamente
activa, Japón es el que mejor ha andado", señaló a BBC Mundo.
El producto en bruto
El PIB mide todos los bienes y servicios de una
economía. Como su nombre indica el PIB es lo que Produce Internamente en Bruto
una nación. En bruto quiere decir que no se toma en cuenta ningún otro factor.
En base a esta medida en los últimos 15 años
Estados Unidos produjo más que el resto de las naciones del G5, seguido por
Alemania, Japón, Francia y Reino Unido.
Pero los economistas añaden el PIB per cápita
para introducir una medida –insuficiente– de la distribución promedio del PIB
respecto a la población.
Con esta medida, Alemania sale primera, Japón y
Estados Unidos se disputan el segundo lugar, Francia queda en cuarto y Reino
Unido nuevamente en el fondo de la tabla.
La medición más sutil es la tercera, que
vincula la eficiencia económica con la productividad de la población
económicamente activa.
Economía de los viejos
Japón tiene una de las poblaciones con más
rápido envejecimiento. Como se sabe la inmensa mayoría de las economías del
mundo –desarrolladas y no desarrolladas– están experimentando un fenómeno de
vertiginoso crecimiento de la expectativa de vida paralelo a una caída de la
tasa de natalidad.
A principios del siglo XX el promedio de vida
mundial era de 31 años. Hoy es de 70. Según la Organización Mundial de la
Salud, Japón es el país que lidera la expectativa de vida: casi 85 años.
Es también el país con la tasa más baja de
nacimientos. Este doble fenómeno tiene un fuerte impacto económico porque
aumenta la masa de personas que no trabajan (jubilados, menores) en relación a
la población económicamente activa (generalmente entre los 16 y 65 años) que
son los que sostienen el crecimiento de un país.
Como raramente se utiliza esta vara por su
mayor complejidad, se ha popularizado la idea de que Japón es una economía
estancada que ha vivido dos consecutivas décadas perdidas.
En términos de PIB esto es relativamente
cierto. En los 80 Japón crecía a casi un 6% anual. En los últimos 24 años ha
acumulado varias recesiones y tasas de crecimiento por debajo del 1% o 2% del
PIB.
Eficiencia del estancamiento
Alemania lidera las estadísticas de PIB per
cápita. El panorama cambia si se toma en cuenta que la población económicamente
activa de Japón ha decrecido en un 0,5% anual en los últimos 15 años, mientras
que la de Estados Unidos ha aumentado en un 1,1% anual en el mismo período.
Con esta vara Japón es el más eficiente porque
produce más con menos gente. Una vez ponderado el crecimiento del PIB con este
elemento se tiene que Japón tuvo un crecimiento económico por persona en edad
laboral de más del 1% mientras que Estados Unidos quedó segundo con un 0,8%,
seguido de Alemania, Francia y Reino Unido.
"Un grave error en los análisis económicos
es que generalizan sin tomar en cuenta las peculiaridades de cada país. Las
fuertes diferencias demográficas de los países son fundamentales para entender
qué pasa con sus economías. La productividad y el empleo son otros dos factores
esenciales para juzgar si una economía funciona bien", señala Smithers.
¿Producimos bien o mal?
Los franceses pueden argumentar que su economía
es más productiva que la británica. El año pasado no trajo buenas noticias
económicas para Francia.
Mientras que la primera mitad del año la
economía registró una expansión nula del PIB, en la segunda creció un magro
0,3%.
En comparación, Reino Unido fue un modelo de
éxito. Según el FMI, el PIB británico en 2014 superó el 3%, razón esgrimida por
la prensa local, muy sensible a la histórica rivalidad con su vecino, para
declarar la superioridad del modelo económico anglosajón.
Claro que los franceses pueden argumentar que
su economía está en mejor estado si se toma en cuenta otra medida que, según
muchos especialistas, es una prueba más contundente sobre la eficiencia
económica: la productividad.
Según Anthony Hilton, economista y autor de
"City within a state", esta comparación por productividad da
resultados sorprendentes. "Entendida como el valor añadido por trabajador
por hora, la productividad francesa es superior a la británica e incluso mayor
que la estadounidense. Con menos horas de trabajo por año que los
estadounidenses y muchas más vacaciones los franceses resultan más productivos.
Esto no quiere decir que el modelo francés no tenga problemas. El alto nivel de
desempleo es uno. Pero ayuda a poner perspectiva en estas comparaciones",
señala Hilton.
Empleo
¿Significa esto que el PIB que tanto publicitan
los gobiernos cuando les conviene no sirve para nada?
No, siempre que se sepa bien qué es lo que
mide. El PIB mide el tamaño de una economía y si este tamaño crece o no.
Como señala el economista austríaco Frank
Shostak, si un gobierno se embarca en la construcción de una pirámide crecerá
el PIB aunque no se añada mucho al bienestar de su población o a la eficiente
asignación de recursos de su economía.
Pero si bien el PIB no crece, difícilmente haya
mejoras en una medida crucial del bienestar de una población como es el empleo.
Según Francois Lequiller, autor de
"Comprendiendo las cuentas nacionales", y asesor del Departamento de
Estadísticas de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo), el
crecimiento es un factor necesario, aunque no suficiente de un buen desempeño
económico.
"Con más PIB hay más empleo. El empleo es
un indicador fundamental del bienestar nacional. Pero también el hecho de que
aumente el volumen de bienes y servicios a los que tiene acceso la población
debe considerarse un beneficio", indicó a BBC Mundo.
Considerada la eficiencia económica con la vara
del empleo Francia es menos eficiente que el Reino Unido porque su desempleo es
mayor (11,1%), pero Japón con una tasa del 3,6% es mucho más eficiente que
Estados Unidos, el Reino Unido o Alemania que tienen entre 5 y 5,8%.
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