Nacidos en un barrio humilde: ¿condenados a la
pobreza?
BBC Mundo - enero de 2015
A la hora de determinar nuestro destino
económico, pocas cosas importan tanto como el barrio en el que nacimos. Todos
tenemos claro que vivir en una zona pobre reduce las posibilidades materiales
de sus residentes, por lo que el sueño de muchos es cambiarse a una zona más
acomodada de la ciudad donde habitan.
Pero un reciente estudio de los investigadores
estadounidenses Douglas Massey de la Universidad de Princeton y Jonathan
Rothwell del Instituto Brookings va más allá y presenta nuevas pruebas de que
no basta con irse del barrio precario a uno mejor.
La evidencia que recopilan encuentra que el
sitio específico en la ciudad donde una persona pasó los primeros 16 años de su
vida es determinante para los ingresos que recibirá varias décadas después,
aunque cambie de lugar de residencia muchas veces después.
Es una noticia triste para los que creen en la
posibilidad del ascenso y la movilidad social. Y también podría añadir
elementos de discusión a la controversia suscitada por propuestas en muchos
países, incluso en algunos latinoamericanos, de llevar a habitantes de barrios
pobres a vivir en las zonas más pudientes de la ciudad.
Consecuencias permanentes
Por décadas, el gobierno británico construyó
vivienda subsidiada de bajos ingresos cerca de los centros de las ciudades.
"El barrio es el punto crítico donde se
bloquean las aspiraciones de la gente para avanzar en la vida", le dice
Massey a BBC Mundo.
Más aún, es una herencia muy difícil de
escapar.
"Los barrios pobres tienden a tener tasas
más altas de desorden social, crimen y violencia. Las investigaciones muestran
cada vez más que la exposición a esta clase de violencia no tiene solamente
efectos de corto plazo sino también de largo plazo en la salud y la capacidad
cognitiva de sus habitantes", asegura Massey.
"Tiene efectos que no se borran cuando la
gente crece".
Integración
¿Cuál es la solución para evitar que el barrio
de nacimiento se convierta en una condena?
Massey lo ve en términos de acabar con la
segregación social por barrios, la misma que hace que la vida de los ciudadanos
de distintos estratos económicos acaben teniendo direcciones totalmente
contrarias.
El investigador ofrece como recomendación
"ayudar a la gente para que pueda moverse de zonas de alta pobreza a otras
áreas más de ingresos medios y altos, en donde tengan acceso a las ventajas que
ofrecen esas comunidades más pudientes".
Agrega que es posible lograr avances en ese
campo construyendo viviendas públicas en barrios más acomodados mediante
subsidios para que los pobres puedan llegar a los distritos menos deprimidos de
las ciudades.
Trayectoria de vida
El académico insiste en que ofrecerle a los
jóvenes de familias bajos ingresos la oportunidad de comenzar sus vidas en
zonas más ricas puede tener un impacto positivo grande en sus trayectorias de
vida.
Un argumento que en su momento se usó en
ciudades europeas como Londres, en donde después de la Segunda Guerra Mundial
se construyó vivienda estatal subsidiada en medio de los barrios más pudientes
de la ciudad.
En meses recientes se desató una enorme polémica
en Colombia luego de que el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, propusiera un
programa estatal piloto para llevar a habitantes pobres a un grupo de edificios
en un exclusivo distrito de esa ciudad.
Propuesta que ha sido criticada por múltiples
opositores como una medida populista y un uso poco eficiente de recursos
públicos escasos, alegando que serían mejor empleados en mejorar las
condiciones de los barrios pobres en donde vive la mayoría de los habitantes de
la capital colombiana.
La estigmatizacion
El estudio de Massey y Rothwell se basó en
información de los barrios en Estados Unidos, pero Massey le insiste a BBC
Mundo que las lecciones de su investigación se aplican a cualquier otro país en
donde se presentan altos niveles de segregación por clase.
Massey argumenta que las lecciones de su
estudio se aplican a cualquier sociedad con altos niveles de segregación.
"Es un fenómeno que se presenta
frecuentemente en América Latina", dice el profesor de la Universidad de
Princeton.
Pero que sorprende más en Estados Unidos.
"A los estadounidenses no les gusta
admitirlo, pero la clase social se está volviendo una prisión para la gente,
debido al efecto de los barrios en determinar nuestra suerte. Nuestra tasa de
movilidad social está rezagándose frente a la de otros países
industrializados", dice Massey.
"En Estados Unidos nos gusta pensar que
cualquier persona puede ir a cualquier lado basándose en sus talentos y
habilidades. Pero cada vez más esto no es el caso. El talento y la habilidad se
ven constreñidos cuando la gente está atrapada en ambientes segregados",
apunta el investigador.
¿Cuánto cuesta vivir en un barrio pobre?
Vivir en uno de estos ambientes segregados
significa frecuentemente asistir a escuelas deficientes, estar lejos de las
oportunidades laborales y cerca de los focos de violencia de nuestras ciudades.
La investigación de Massey y Rothwell
cuantifica el promedio de lo que un estadounidense en promedio deja de ganarse
si vive en un barrio pobre de ese país.
Encuentra que perderá cerca de US$900.000 a lo
largo de su vida comparado con lo que recibe en ingresos su equivalente en un
barrio acomodado.
Preocupantemente, ven este problema como una
tendencia en aumento.
"A medida que la distribución de ingreso
se ha hecho más desigual, también viene ocurriendo lo mismo con la distribución
de los barrios. La concentración de la riqueza y la pobreza ha aumentado. Los
barrios pobres se han vuelto más pobres, y se ha vuelto más difícil escapar al
estatus socioeconómico de la pobreza", indica Massey.
Por lo que incluso en Estados Unidos, nacer y
crecer en un barrio pobre cada vez más determina la suerte de las personas que
no consiguen mejorar sus condiciones muy temprano en sus vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario