¿Qué países de América Latina son los más democráticos?
BBC Mundo - martes, 20 de enero de 2015
América Latina "es incapaz de progresar en
la democratización" y sólo dos países de la región -Uruguay y Costa Rica-
califican como "democracias plenas", según un informe de The
Economist Intelligence Unit (EUI) realizado para la BBC.
El estudio intenta cuantificar con un índice
que va de 0 a 10 el estado de la democracia liberal en 165 estados
independientes y dos territorios.
Los países son clasificados en cuatro categorías:
aquellos que cuentan con "democracias plenas", los que son
"democracias imperfectas", aquellos que tienen modelos
"híbridos" y los "regímenes autoritarios".
Para llegar a sus conclusiones, los
investigadores evaluaron no sólo el clásico acceso a las urnas, sino cinco
factores más: proceso electoral y pluralismo, libertades civiles, funcionalidad
del gobierno, participación política y cultura política.
"Elegimos estos criterios para dar una
definición más fuerte, amplia y sólida que no sea solo tener elecciones y tener
respeto a las libertades civiles", le explica a BBC Mundo Irene Mia,
directora regional de Latinoamérica en EIU.
Y bajo esos parámetros, América Latina
experimentó una regresión respecto del índice del año anterior.
"A pesar de la democratización en América
Latina en las décadas recientes, muchos países de la región cuentan con
democracias frágiles", se lee en el informe.
Sin embargo, entre los expertos no hay consenso
sobre cómo definir –ni menos, medir- la democracia.
"Estancamiento"
Uruguay es el país latinoamericano más
democrático, según el informe.
De acuerdo con el estudio de EIU, en América
Latina "los niveles de participación política son generalmente bajos y la
cultura democrática es débil".
La mayor parte de los países de la región,
según el estudio, ha logrado establecer "elecciones libres y justas"
y el respeto a las libertades civiles.
De hecho, en ambos factores, Latinoamérica se
posiciona mejor que sus pares de Medio Oriente, África y Europa del Este.
Pero el proceso democrático está estancado,
asegura el documento.
Democracias plenas
La región "es incapaz de progresar en la
democratización", señala el estudio. Uruguay y Costa Rica con la
excepción, con índices de 8,17 y 8,03 respectivamente, lo cual permite
incluirlos en la categoría de "democracias plenas".
Estas, según el IEU, se entienden como países
donde no sólo las libertades civiles y políticas básicas son respetadas, sino
que son la base de una "cultura política que conduce al florecimiento de
la democracia".
En términos generales, la democracia plena
mejor evaluada, con el número uno del índice, es Noruega, con 9,93.
Del otro extremo, en América Latina Cuba (3,52)
y Haití (3,82) son los peor evaluados.
Ambos países son considerados por el informe de
EIU como "regímenes autoritarios".
Sin embargo, el concepto de "democracia
popular o participativa", como define el gobieno cubano su propio sistema
político, no es comparable al concepto de "democracia liberal", bajo
el cual se entiende el índice.
De todo el listado, el país menos democrático
es Corea del Norte, con un índice de 1,08.
Las imperfectas
Chile (7,80), Brasil (7,38), Panamá (7,24),
Argentina (6,84), México (6,68), Colombia (6,55), Perú (6,54), El Salvador
(6,53) y Paraguay (6,26) están consideradas por el índice como
"democracias imperfectas".
Esta categoría abarca aquellos estados que, según
el estudio, tienen elecciones libres y justas, libertades civiles básicas
respetadas, pero presentan debilidades en otros aspectos como gobernabilidad,
bajos niveles de participación y una cultura política poco desarrollada.
Chile es considerada por el índice como una
democracia imperfecta.
Sin embargo, los límites entre las categorías
del informe son difusos, según le explica a BBC Mundo Francisco Panizza,
profesor e investigador de London School of Economics (LSE) y experto en
Democracia y Derechos Humanos en América Latina.
"Muchos otros índices ponen a un país como
Chile como una democracia plena (...). No existen las democracias perfectas,
pero yo diría que países como Chile, Brasil, Uruguay, son democracias en
general de buena calidad", señala el experto.
Híbridos y autoritarios
El índice de EIU identifica una última
categoría a la que denomina "regímenes híbridos".
En estos sistemas existen, según el estudio,
irregularidades sustanciales en las elecciones que usualmente las alejan de ser
libres o justas, el gobierno presiona a los partidos de oposición y cuentan con
serias debilidades más prevalentes que las democracias imperfectas.
Además, en esos países, el Estado de Derecho es
débil y el poder judicial no es plenamente independiente.
El EIU enmarca en este grupo a Ecuador (5,87),
Honduras (5,84), Guatemala (5,81), Bolivia (5,79), Nicaragua (5,32) y Venezuela
(5,07).
Venezuela tiene un índice de 5,07 y es
considerado un regimen híbrido.
Sin embargo, según el profesor de London School
of Economics, el punto de división entre democracias imperfectas y regímenes
híbridos "no está hecho con demasiado rigor".
Por ejemplo, en el caso de Bolivia, asegura
Panizza, "en muchos sentidos el gobierno de Evo Morales profundizó la
democracia al integrar y dar participación a amplios sectores excluidos de la
sociedad, como los indígenas".
"En Ecuador no cabe duda de que la
reelección de Correa reflejó muy claramente la popularidad que tiene el
presidente Correa en Ecuador", dice el académico.
Cuba es el país de América Latina con peor
evaluación, según el índice.
Otros países como Nicaragua, Guatemala y
Honduras "tienen problemas en lo que tiene que ver con la neutralidad del
Estado, la vigencia del Estado de Derecho y uso de la libertad de prensa, pero
aun así las elecciones siguen siendo libres y sin coerción, por lo que no
podría hablarse de regímenes híbridos".
Riesgos
El informe advierte que existen riesgos que
afectan a la democracia en general en la región.
"El crimen descontrolado en algunos países
–particularmente la violencia y el tráfico de drogas- así como la corrupción,
están teniendo un impacto corrosivo sobre la democracia en América
Latina", explica el informe.
Pero estos no son los únicos peligros.
"Los problemas más graves para la
democracia en la región siguen teniendo que ver con las debilidades
institucionales de los Estados, los continuos niveles de desigualdad
socioeconómica y los bajos niveles de educación", le explica a BBC Mundo Francisco
Panizza, profesor e investigador de London School of Economics (LSE) y experto
en Democracia y Derechos Humanos en América Latina.
Un índice más preciso debiera contemplar
también estos factores, apunta Panizza.
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