3 errores mortales para los emprendedores
Forbes -lunes, 19 de enero de 2015
Dar por cierta una suposición de mercado, o
confiar en una corazonada, es el primer ingrediente para el fracaso. Descubre
las tres fallas de los emprendimientos primerizos.
El porcentaje de jóvenes emprendedores en
México creció más del doble entre 2011 y 2013. Las personas que iniciaron sus
empresas entre los 18 y los 24 años representan 14.8% de los emprendedores en
México, según cifras del Monitor Global de la Actividad Emprendedora 2013. Esta
cifra era de tan sólo 6.3% en 2011 .
“Los jóvenes en México representan una gran
motor para el desarrollo y fortalecimiento de las empresas en nuestro país”,
dijo Francisco Salazar, gerente de comercialización de ClickBalance, empresa de
consultoría online para Pequeñas y medianas empresas (Pymes).
Esta relevancia, recordó Salazar, exige que se preparen cada vez más y estén
dispuestos a evitar cometer errores que los lleven al fracaso.
Errores comunes
Te presentamos los 3 principales errores que
cometen las Pymes recién nacidas según
ClickBalance y cómo evitarlos.
1.- No
validar la necesidad del mercado.
“Normalmente todo plan de negocios se basa en
supuestos, los cuales son usados para proponer toda la estructura del
proyecto”, comenta Salazar. “El problema está en que esos supuestos a veces no
se validan por medio de estudios de mercado, entrevistas con clientes
potenciales, pruebas piloto o bien con datos estadísticos relevantes”, agrega.
Dar por cierta una suposición de mercado, o
confiar en una corazonada, es el primer ingrediente para el fracaso.
Es muy importante identificar si realmente
existe un mercado para el nuevo negocio y validar, en lo posible, de qué tamaño
es. ¿Quiénes son los clientes potenciales? ¿Dónde están? ¿Qué necesidades
tienen y cuánto están dispuestos a pagar para satisfacerlas? Suponer las
respuestas no basta.
Existe una metodología denominada Lean
Startup que propone varias iteraciones
sobre un producto mínimo Viable, el cual se pone a prueba para medir la
aceptación del mercado y, mediante ajustes sucesivos, se mejora el producto
hasta llegar a tener certeza sobre la aceptación del mismo. Hacer esto aumenta
las posibilidades de éxito y disminuye drásticamente los costos de lanzamiento.
2.- Exceso de optimismo con los ingresos
Aunque matemáticamente las estimaciones de
ingresos sean correctas, esto no garantiza que en la realidad se puedas ganar
esa participación de mercado en el corto plazo.
En lugar de plantear un juego de números,
identifica los factores críticos que te llevarán a alcanzar esa participación
de mercado.
“Los jóvenes empresarios deben preguntarse:
¿Cuántos clientes significan esa rebanada del pastel? ¿Qué tienen que hacer
para llegar a todos esos clientes? ¿Cuánto va a costar? ¿Tendrán la capacidad
de entrega?”, afirma Salazar. “¿Cuánto tiempo les va a tomar? ¿Contarán con el
personal suficiente y la estructura necesaria para hacerlo? ¿Cuál podría ser la
reacción de los competidores? Todas estas interrogantes deben tener una
respuesta razonable y realista para poder ejecutar el plan y no depender ni
basarse en cifras felices”.
Identifica los factores críticos de éxito, y
deja atrás las proyecciones en Excel. Esto te permitirá poner los pies en la
tierra y dedicar la atención a lo que es importante y necesario.
3.- Gastos que rebasen lo estrictamente
necesario
“Es frecuente también que una vez que el dinero
empieza a fluir, ya sea por medio de aportaciones de capital o bien por las primeras
ventas, que los jóvenes empresarios pierden un poco el foco y las prioridades”,
recalca Salazar. “Si tienen un plan de inversión y los flujos de efectivo
presupuestados se están alcanzando, es necesario que respeten rigurosamente ese
plan y eviten adelantar la recompensa personal y gastar en cosas no
indispensables para el negocio”.
En la etapa inicial es necesario hacer un gran
esfuerzo para mantener las finanzas en equilibrio y parte del mismo consiste en
postergar las recompensas personales. Es decir que si entra un poco más de
dinero, no hay que usarlo como premio, sino como una reserva para invertir o
para amortiguar los efectos de una mala temporada más adelante. Hay que evitar
a toda costa adelantar sueldos o repartir utilidades antes de tiempo.
Aprende a distinguir y respetar el dinero del
negocio y el dinero personal, aunque seas dueño no debes nunca secar la
chequera de la empresa con gastos no programados y caprichos personales. Los
desembolsos deben ser los estrictamente necesarios y, si sobra dinero, debe ser
usado como reserva de capital para financiar el crecimiento. Esto evitará la
necesidad de pedir prestado.
El factor económico es crucial para la
viabilidad de un negocio, por lo que
debes tomarlo en cuenta y no perder de vista tus objetivos a largo
plazo. Una herramienta de administración y control de procesos siempre te será
de ayuda.
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