Imitar o morir: ¿es el destino de la mujer
empresaria?
Forbes -
2015
Para tener éxito, la mujer debe participar en
el cambiante mundo laboral desde su feminidad, y no adoptar el estilo de
liderazgo masculino.
Seguramente conoces a alguien, tienes una
pareja, hijas o eres una mujer empresaria. Más de una vez te habrás preguntado
cuál es la llave del éxito para que una mujer construya una carrera profesional
prolífica.
Lo primero que debemos tener en consideración
es no perder de vista nuestra parte femenina en lo que se refiere al trato,
carácter flexible y actitud, pero siendo determinantes y confiando en nosotras
mismas. Al respecto, la directora general de ManpowerGroup Latinoamérica,
Mónica Flores, afirma que “la mujer debe participar en el cambiante mundo
laboral desde su feminidad, y no adoptar el estilo de liderazgo masculino para
tener éxito.”
Es necesario entender que cada persona tiene un
estilo propio para asumir el liderazgo; por ejemplo, las mujeres incentivan y
mejoran la comunicación entre los colaboradores; además, se enfocan en la
calidad y análisis, mientras que los hombres se centran en entablar una
comunicación más directa. Sin embargo, hoy en día aún se subestiman las
habilidades y el desempeño de las mujeres en el trabajo, mientras que los
hombres tienden a sobrestimar ambos; esto, según el libro Confidence code de
Claire Shipman, publicado en 2014.
La investigadora de la UNAM Gina Zabludovsky,
autora de la obra Ejecutivas y empresarias en México: diagnósticos y desafíos,
explica que actualmente existen factores que influyen directamente en la
autopercepción y la concepción social de las mujeres dentro de las empresas,
entre éstos los trámites burocráticos, los estereotipos culturales, la
competencia deshonesta, el acceso a fuentes financieras, la corrupción y la
ausencia de políticas de promoción a nivel corporativo.
Tras realizar una investigación, Bempowering
encontró que por el simple hecho de ser mujer, la gente puede asociarla bajo
estereotipos afines a una figura más maternal y condescendiente en la forma de
actuar, e incluso su método de análisis se interpreta como signo de indecisión;
cuando ésta es asertiva y asume el liderazgo, por lo general se le relaciona
con elementos como la rudeza y la agresividad, y se le tacha de controladora,
mientras que su capacidad de networker se puede confundir con el chisme.
Por otro lado, las premisas que establecían que
era necesario imitar a los hombres y competir con ellos, son parte de un
feminismo mal entendido que data de los setenta y ya no está vigente.
Así, el abismo que existe entre las
remuneraciones de hombres y mujeres, en puestos similares, comienza a tener una
tendencia a la baja, especialmente entre la población más joven. Tanto la
generación Y como la generación X tienden a crear un balance entre el trabajo y
la familia, asimilan la labor femenina con más empatía y poseen mayor
disposición a involucrarse en las actividades de la casa.
Indudablemente, hoy las mujeres jugamos un
papel de mucha relevancia en el ámbito laboral, ya que constituimos el núcleo
de población predominante con más del 50%, y hemos incrementado nuestro
promedio de escolaridad. Según datos proporcionados por el Instituto de la
Mujer, en Australia en el 2013, dos de cada tres mujeres entre los 18 y 34 años
tienen como prioridad su carrera profesional, y de acuerdo con la OCDE
(Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), los resultados
de la prueba PISA demuestran que son superiores en áreas como matemáticas,
literatura y ciencias.
Es una constante que las mujeres que estuvieron
bajo la tutela de un progenitor con altos estándares de exigencia, son más
tolerantes a la frustración, ostentan mayor capacidad para trabajar por
objetivos y poseen cualidades tales como: disciplina, coraje, sentido de
superación constante, tenacidad, perseverancia y desarrollo de recursos
propios.
El sector femenino se ha ganado el derecho de
elegir y replantearse sus propias reglas para el éxito. No hay fórmulas
mágicas, pero sí hay elementos que pueden acelerar la posición de las mujeres
en el mundo empresarial:
Definitivamente, las empresas tienen mucho que
hacer en lo que se refiere a este tema. Una herramienta poderosa para la
retención del talento puede ser la flexibilidad de horarios, además de la
posibilidad de combinar el trabajo en casa y la oficina.
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