Súper Tazón: enseñanzas de una crisis
Forbes - martes, 3 de febrero de 2015
Los Patriotas ganaron el gran juego del
domingo, no sin grandes trabajos. La efectiva administración de la crisis,
seguramente tuvo mucho que ver en ello.
¡Inevitable! Como cada año, la llegada del
Súper Tazón de futbol americano produce cualquier cantidad de información,
comentarios y controversias que alimentan la pasión de los aficionados. El año
pasado, por ejemplo (Broncos de Denver contra Halcones Marinos de Seattle),
mucha de la información se fue sobre las figuras del mariscal de campo Payton
Manning (heredero de una reconocida dinastía futbolística) y la del corredor
Marshawn Lynch, por su espectacular forma de romper tacleadas.
Dentro del cúmulo de información y dimes y
diretes previos a este espectáculo, muchos se enfocaron en las grandes cifras:
asistentes al estadio, televidentes, costo de boletos, sobreventa, cantidad de
comida en el estadio, costo de los comerciales, y un sinfín de datos más.
Entre los temas más relevantes este año
estuvieron:
Sobre este último se escribió y comentó mucho
en todos los medios deportivos de la mayor parte del mundo, especialmente
porque no es la primera vez que a Belichick se le ha visto como un tramposo.
Para los no aficionados, el tema es que la Liga
Nacional de Fútbol Americano (NFL) confirmó que durante el partido de
campeonato de la Conferencia Americana, que ganaron los Patriotas de Nueva
Inglaterra sobre los Potros de Indianápolis (45-7), a los balones empleados en
la primera mitad les faltaba aire, lo que podría dar ventaja a los jugadores,
pues al tener menos presión es más fácil lanzarlos y atraparlos. La NFL
proporciona a cada equipo 12 balones inspeccionados antes del partido, y
durante el juego la unidad ofensiva de cada equipo utiliza sólo los balones que
le proporcionaron los funcionarios de la liga.
La crisis de comunicación de los Patriotas
Al conocerse la información, los medios de
comunicación empezaron a “seguir la nota”, buscando declaraciones de unos y
otros, pero especialmente de los dos directamente más involucrados: el mariscal
de campo Tom Brady y el entrenador en jefe Bill Belichick.
Con cada declaración, el tema se “calentaba” a
través de la confrontación, violando una regla básica del manejo de crisis de
comunicación: “no digas nada que pueda empeorar la situación”. Con cada
declaración, las cosas parecían empeorar, generando mayor tensión en cada uno
de ellos, lo que podría repercutir en la necesaria concentración para la
preparación hacia el gran juego.
Ben DiPrieto, editor del periódico Risk &
Compliance, realizó, la semana previa, una revisión a las acciones tomadas y
sintetizó: “Belichick negó saber algo sobre qué pasó con los balones
desinflados; posteriormente, en una conferencia de prensa habló sobre la
ciencia del desinflado y se refirió a una escena de la comedia Mi primo Vinny.
Por su parte, Brady dijo no saber qué había pasado con los balones.”
Luego refirió a varios expertos que estuvieron
pendientes de los acontecimientos, cuya opinión sintetizo a continuación:
Vincent Schiavone, presidente Ejecutivo del
grupo Listen Logic, una de cuyas empresas detecta riesgos a la reputación y
operacionales: “El Súper Tazón es un supernegocio, y en ese sentido todos los
involucrados están haciendo lo mejor que pueden dentro de las circunstancias.
La estrategia en esta crisis es “no digas ni hagas nada que pueda repercutir en
el Súper Tazón. Las respuestas de todos fueron suficientemente buenas –dentro
de lo mal que se frasearon– para demorar la investigación hasta después del
Súper Tazón.”
Jonathan Bernstein, presidente de su firma de
manejo de crisis expresó: “La primer conferencia de prensa de Belichick fue un
ejemplo de lo que es permanecer en el mensaje clave y evitar la especulación o
discutir sobre algo para lo que no estaba preparado. Brady dijo las cosas como
todo hombre honesto debería hacerlo; esperemos que no se demuestre lo
contrario, para evitar la crisis.”
Peter LaMotte, vicepresidente de la firma de
comunicación estratégica Levick, comentó: “Las declaraciones de Belichick y
Brady sólo crearon más dudas a los ojos del público e incrementaron el interés
en el asunto. Que Belichick, con 40 años de experiencia, expresara ignorancia
sobre el manejo de los balones fue inaceptable. De igual forma, el que Brady
refiriera que ‘esto no es ISIS’ –referido a los grupos terroristas islámicos–
contribuyó poco a la seriedad del tema.”
Control de la crisis
Con todo ello y el riesgo de perder el foco en
lo más importante, el Súper Tazón, el propietario de los Patriotas, Robert
Kraft, tomó la decisión de hablar públicamente sobre el tema, luego de dialogar
con su hijo y presidente del equipo, Jonathan Kraft, durante el vuelo a
Phoenix.
A bordo del avión escribió las líneas sobre las
que argumentaría, tras reflexionar que la investigación de la NFL estaba
afectando a muchos aficionados, y pensó, según reportó ESPN Boston: “Yo soy uno
de ellos; soy aficionado de corazón, quiero disfrutar de cada juego y quiero
dejar en claro cómo hacemos las cosas. Creo en mis muchachos, nos vamos a
divertir el resto de la semana y tendremos un gran Súper Domingo.”
En efecto, a todos sorprendió que en la primera
conferencia de prensa de los Patriotas, ya en Phoenix, el usualmente parco
propietario de la franquicia se anticipara a su entrenador para hacer una
férrea defensa de todo el equipo, justo un día después de que Belichick
esquivara responder si esperaría una disculpa por parte de la NFL.
En esencia, Kraft asumió el papel de víctima y
manifestó:
Con su sorpresiva intervención marcó la pauta
para el equipo: Belichick agradeció el apoyo y se dedicó hablar de lo único que
le interesaba, el Súper Tazón; Brady siguió los pasos de su entrenador y dijo:
“en su momento admití que me dolió, pero ya es cosa del pasado. Ahora sólo
pienso en Seattle”, y el resto de los jugadores que hablaron con los
periodistas siguieron la misma tónica.
El dueño fue tajante, no sólo con la defensa a
ultranza de su equipo, sino en “exigir” que una vez finalizada la
investigación, si no hay nada de qué culparlos, la propia NFL les pida
disculpas.
Kraft puso un alto al tema, aunque sea
transitorio, y logró formar un frente unido con Belichick y Brady, pero sobre
todo facilitó que el entrenador y el mariscal de campo se concentraran en lo
importante: ganar el Súper Tazón.
Los Patriotas ganaron el gran juego del
domingo, no sin grandes trabajos. La efectiva administración de la crisis,
seguramente tuvo mucho que ver en ello.
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