¿Qué ocurrirá durante los
próximos meses en los mercados de valores latinoamericanos?
América Economía - enero de 2016
Los medios de comunicación
económicos de Estados Unidos y Europa no dejan de preguntarse si el mercado
alcista vivido en los últimos años ha llegado a su fin. Analistas con
diferentes punto de vista tratan de dar respuesta a las dudas. ¿Qué ocurrirá
durante los próximos meses en los mercados de valores más importantes del
mundo? La situación en Latinoamérica es bien distinta. Allí las bolsas hace
tiempo que parecen haber entrado en un mercado bajista y la incertidumbre crece
por momentos. La fuerte caída del precio de las materias primas y la
desaceleración de China (uno de sus mayores socios comerciales) están frenando
el crecimiento de sus economías.
Desde el año 2010, las bolsas
latinoamericanas han visto cómo su valor de mercado caía en US$800.000
millones, según datos de la agencia Bloomberg. La región representa en estos
momentos un 2,1% de la capitalización bursátil mundial, frente al 5% de hace
cinco años, y en comparación con casi el 50% que suponen Estados Unidos y
China.
Los volúmenes de negociación de
los principales mercados latinoamericanos han caído con fuerza. En Brasil por
ejemplo, el dinero que se ha movido diariamente de media durante este año
asciende a US$2.200 millones, lo que supone un descenso del 44% respecto al
récord de US$3.900 millones alcanzado en 2011. En Chile, por su parte, el
descenso del volumen de la negociación ha sido del 57% desde 2011, en Perú del
48% y en Colombia del 34%.
María Concepción del Alto,
profesora de Finanzas y directora del programa Burkenroad Latinoamérica en
EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey, destaca que, en el caso
concreto de Brasil, los inversores tenían muy grandes expectativas, pero dada
su situación complicada desde el punto de vista económico y político, se han
retirado de su bolsa aproximadamente US$646.000 millones desde 2010. Al mismo
tiempo, señala que México ha sido menos castigado, pero también ha visto cómo
el valor de mercado de sus acciones caía casi US$28.000 millones en el mismo
periodo de tiempo, una pérdida que atribuye al hecho de que el famoso y
esperado “Mexican Moment” nunca llegó y al bajo crecimiento económico. “Sin
embargo México tiene otra realidad y se espera que vuelva el dinamismo en la
economía”, apunta. “Se espera que la reforma energética emprendida por el
gobierno impulse el sector del gas y de energía, lo que traerá un mayor
crecimiento. Desafortunadamente como país somos muy vulnerables a las
condiciones externas”, se lamenta.
Los inversores han dejado de
confiar en la región para invertir. Una prueba de ello es, por ejemplo, el
Oppenheimer Developing Markets Fund, un fondo que maneja US$34.000 millones de
la firma estadounidense de inversiones Oppenheimer. Este fondo de inversión ha
reducido su exposición a la región desde el 28% en 2010 hasta el 17% de este
año, de acuerdo con datos registrados por Bloomberg. Por el contrario, su
inversión en la región de Asia-Pacífico se ha incrementado hasta suponer el 38%
del total, frente al 31% de hace cinco años.
El índice bursátil más importante
de la bolsa de Brasil ha caído 33% desde 2010, el de Chile 26%, mientras que el
Colcap de Colombia ha retrocedido 42%. Si se toma como referencia un índice que
engloba las principales bolsas de la región, como el MSCI’s Latin American, se
observa un descenso del 40% en los últimos cinco años, una evolución casi
opuesta a la del índice mundial MSCI World, que ha subido 35% en el mismo
periodo de tiempo.
Factores claves. Para Matías
Braun, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez, la
clave de la desconfianza de los inversores se encuentra en las expectativas de
crecimiento sobre la región. “Actualmente China está cambiando su enfoque de
crecimiento, desde uno de exportaciones y manufacturas a uno centrado en
consumo interno y servicios. Lo anterior ha generado una caída importante en la
actividad industrial, la que utiliza como insumos muchos productos que
exportamos desde Latinoamérica, en particular materias primas”. En su opinión,
esto genera que las perspectivas de crecimiento para la región se vean
fuertemente afectadas. “Además, economías importantes como Brasil, tienen
problemas estructurales aún no resueltos, lo que genera mayores
vulnerabilidades y termina por afectar a sus socios comerciales de la región”,
explica.
El Banco Mundial anunció el
pasado mes de octubre sus previsiones económicas para Latinoamérica, en las que
apuntaba que la región no crecerá este año y que su expansión será tan solo del
1% durante 2016. “Si bien se espera todavía que 2016 sea un año de recuperación
económica, las previsiones de crecimiento también se han vuelto menos
optimistas, reflejando crecientes incertidumbres respecto de la economía
mundial, la de China en particular”, indicó el informe del organismo
internacional.
Brasil, la mayor economía
sudamericana, sufrirá una contracción del 2,58% este año y de 0,6% el próximo,
según el Banco Mundial. En contraste, espera que el Producto Interior Bruto
(PIB) de México, Colombia, Perú y Uruguay aumente a tasas superiores al 2%.
Del Alto explica que el desempeño
de las bolsas latinoamericanas está muy ligado a la evolución económica de
Estados Unidos, al precio de las materias primas y al tipo de cambio de sus
monedas. De este modo, pone como ejemplo a México, cuya depreciación del peso
implicará pérdidas para muchas empresas, y donde el fuerte abaratamiento del
petróleo ha provocado una caída de los ingresos del Estado, con lo que el
gobierno ha tenido que hacer ajustes en sus gastos y eso podría impactar
negativamente en la construcción de infraestructura, que es un motor del
crecimiento del país. “El desempeño del PIB de cada país, de EE.UU. y de las
señales de la Reserva Federal en materia de tasas de interés afectan a todas
las bolsas de la región. En términos generales, son muy sensibles a las
variables macroeconómicas y, al igual que otros mercados de valores, cualquier
evento mundial les afecta por la globalización”, argumenta.
Los precios de las materias
primas han caído de forma generalizada durante los últimos meses después de que
terminara el auge de los últimos años, lo que los expertos han llamado el fin
del “súperciclo”. El petróleo y el oro tocaron sus máximos en julio de 2008 y
septiembre de 2011, respectivamente. Algo parecido a lo que le ha sucedido al
metal de hierro, que acumula una racha negativa desde enero de 2011 que ha
provocado una pérdida de su valor hasta el momento del 70%. De hecho, la gran
mayoría de los productos naturales están en mínimos de varios años: el índice
de materias primas de Thomson Reuters se encuentra en su nivel más bajo desde
la recesión mundial de 2009
Cambio en la dirección del
dinero. Según Braun, “los flujos de capital durante este año se han dirigido a
mercados que han mostrado una mejora en los fundamentos, en particular, Europa
es el mercado de renta variable que ha recibido más dinero”. Explica que “esto
coincide con una mejora en el canal del crédito y los indicadores de actividad
en la región, a lo que se ha sumado un mayor estímulo monetario por parte del
Banco Central Europeo (BCE)”.
Del Alto, sin embargo, cree que
el dinero que está saliendo de las bolsas latinoamericanas se dirige
especialmente a la primera economía del mundo. “Una parte importante se fue a
Estados Unidos, principalmente a la bolsa del Nasdaq, que creció en forma anual
compuesta casi 15% desde 2010. El capital también se ha refugiado en las bolsas
de Japón y China, principalmente, y, en menor medida, en Europa, ahora que ya
se ha vuelto a estabilizar esa región geográfica”, apunta.
Previsiones. En cuanto a la
evolución de los mercados de valores latinoamericanos para los próximos meses,
los expertos no ven la situación fácil, dadas las dudas que existen sobre el
desempeño de la actividad en la región. “En estos momentos es muy incierto el
panorama, las señales económicas no son tan claras dada la desaceleración de
China y los conflictos geopolíticos en Medio Oriente”, expone Del Alto. “No se
espera que Brasil tenga una recuperación pronto. Por el contrario, considero
que México y Colombia son los países que pueden repuntar primero de la región”,
añade. En el caso concreto de México, la segunda economía más importante del
área, avisa de que “los problemas de corrupción ya están preocupando a los
inversionistas y el gobierno no muestra una clara intención de enfrentar este
problema de forma más fuerte”. Además, opina que en términos de valoración de
las acciones, se consideraba al mercado mexicano caro en sus múltiplos, con lo
que las cotizaciones han sufrido un ajuste y, si los precios de las materias
primas siguen sin mejorar, las empresas cotizadas seguirán mostrando debilidad.
Braun no se aventura a hablar del camino que
tomarán las acciones, pero recuerda que las estimaciones para el crecimiento en
la región en los próximos años siguen mostrando una actividad menos dinámica
que durante la década pasada. “A pesar de ello, es esperable ver algo de
recuperación en la medida que las economías se adaptan al shock de los menores
precios de materias primas”, sostiene. “Las economías que no tienen problemas
estructurales y cuentan con mejores estabilizadores, como tipo de cambio
flexible, política monetaria expansiva y espacio fiscal, probablemente serán
las que se encuentran en mejor pie para enfrentar este contexto. Dentro de
estas destacamos a Chile y México”, concluye.
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