China se encuentra detrás de los
problemas de América Latina
The Wall Street Journal. - miércoles, 20 de
enero de 2016
Se solía decir que cuando Estados
Unidos se resfriaba, América Latina le daba la influenza completa. Hoy en día,
China ha sustituido al país norteamericano como el principal motor de la suerte
(o desgracia) económica de gran parte de la región. Cuando China estornuda,
América del Sur tiene fiebre.
La caída global de los precios de
las materias primas como consecuencia de la desaceleración china ha golpeado a
América Latina más que a ninguna otra región, causando una contracción de casi
1% en la producción económica el año pasado, según el Banco Mundial. Este año
no se ve mucho mejor, con proyecciones de crecimiento nulo para toda la región.
“Va a ser un año difícil, y una
prueba de la resistencia de estas economías”, advierte Carlos Arteta,
economista del Banco Mundial y coautor del informe de perspectivas globales del
organismo.
Aun así, existen grandes
diferencias entre los países de la región. Se prevé que el crecimiento sea
moderado a bueno en México, América Central y el Caribe, comparado con
Sudamérica, que sufre una recesión. El país con el mejor desempeño sería
Panamá, con una expansión de 6,2%.
Nada simboliza la suerte
cambiante de la región como los Juegos Olímpicos de este año, que se llevarán a
cabo en Rio de Janeiro. Cuando la ciudad obtuvo la sede en 2009, Brasil
disfrutaba de un auge y se suponía que el evento coronaría su ascenso al mundo
desarrollado. En cambio, Brasil está sumido en una profunda crisis económica y
política.
Incluso dentro de Sudamérica, hay
una gran diferencia entre las perspectivas de países que ahorraron una mayor
parte de sus ganancias del auge de los commodities, como Chile, Colombia y
Perú, y las de los derrochadores, como Brasil, Venezuela y Argentina, los
cuales enfrentan una combinación tóxica de crecientes déficits, inflación y
tasas de interés.
“El tema clave es la
divergencia”, dice Bill Adams, economista internacional de PNC Financial
Services Group, en Pittsburgh. “Hoy vemos una divergencia bastante dramática
entre México y países como Brasil, para no mencionar a Venezuela”.
México probablemente registre un
crecimiento más robusto este año, de 2,8% comparado con 2,5% el año pasado,
principalmente gracias a una continua demanda estadounidense de sus
exportaciones, estima el Banco Mundial. Los bajos precios del petróleo, no obstante,
socavarán la capacidad del gobierno de gastar y limitarán los potenciales
beneficios de la histórica apertura de su sector energético.
El Banco Mundial prevé que la
economía de Perú crezca 4,5% y la de Colombia, 3%. Venezuela, en cambio, se
contraería 4,8%, tras el declive estimado de 8,2% el año pasado, mientras que
la economía brasileña caería 2,5%, continuando la recesión de 3,7% de 2015,
indica el organismo.
Las diferencias en los
presupuestos son pronunciadas. Perú, que tuvo superávits durante gran parte del
auge de los commodities, ahora registra un déficit fiscal de 2,1% de la
producción económica anual. Brasil, en tanto, enfrenta una brecha
presupuestaria de 10% del Producto Interno Bruto y tiene una calificación de
“chatarra” en su deuda soberana.
El caso de Venezuela es aún peor:
el déficit fiscal se estima en cerca de 25% de su PIB. El banco central está
imprimiendo dinero para tapar el agujero, lo que podría llevar a la inflación a
1.000% este año, de acuerdo con Bank of America.
Una sorpresiva buena noticia
podría ser Argentina, donde el nuevo presidente, Mauricio Macri, ha actuado con
rapidez para desmantelar años de políticas económicas populistas de su
predecesora, Cristina Fernández de Kirchner y su fallecido esposo, Néstor.
Macri ha levantado los controles de divisas, eliminado la mayoría de los
impuestos a las exportaciones agrícolas, anunciado una inversión de US$500
millones para producir hidrocarburos de esquisto y comenzó a reformar la
desacreditada agencia oficial de estadísticas.
En una clara muestra del nuevo
pragmatismo de Argentina, Macri asistirá al Foro Económico Mundial de Davos, la
primera vez que un mandatario argentino se hará presente desde la visita en
2003 del entonces presidente, Eduardo Duhalde.
El retorno de Argentina a la
principal cumbre del capitalismo sugiere que América Latina podría estar
entrando en un período de mayor pragmatismo, algo que se esperaba desde hace
mucho.
“La lección de esto es que estos
países necesitan hallar formas de identificar fuentes de crecimiento endógenas
que no dependan de condiciones externas”, señala Alberto Ramos, economista jefe
de América Latina en el banco de inversión estadounidense Goldman Sachs.
“Durante los años buenos no vimos suficientes reformas, y algunos lugares
retrocedieron”.
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