Inversión de impacto, la
verdadera filantropía inteligente
FORBES -jueves, 14 de enero de 2016
El mundo destina cada vez más
dinero a causas caritativas, pero casi nadie piensa en invertir en los demás como
si invirtiera para sí mismo. La inversión de impacto intenta cambiar eso.
Las donaciones caritativas han
alcanzado un máximo histórico en Estados Unidos; las donaciones domésticas,
caritativas y de fundaciones van al alza. En 2014, los estadounidenses dieron
más de 350 millones de dólares (mdd) a obras de caridad, lo que representa más
del 2% del PIB del país. Entre 70% y 90% de los hogares estadounidenses donan a
alguna causa cada año, y la donación familiar promedio asciende a cerca de
3,000 dólares. Los estudios demuestran que los individuos y las familias son
más propensas a dar durante la época navideña que en cualquier otra época del
año.
Todos estos son logros notables,
pero la conversación debe enfocarse en la sustentabilidad y el impacto general
de la donación, no sólo en cuánto se donó. Si lo piensas bien, la forma
tradicional de donaciones, en la que se abre la chequera, es una forma bastante
limitada de dar, 350,000 mdd en donaciones suena a muchísimo dinero, pero en
relación con la magnitud de los desafíos que enfrentamos, es una gota en el
mar.
La filantropía tampoco hace un
muy buen trabajo midiendo el impacto real de todos esos dólares duramente
ganados. Se han destinado billones a tratar de solucionar los principales
problemas sociales, sin embargo, bajo muchos indicadores, aún estamos atrapados
en ese pantano. Desde la década de 1970, por ejemplo, la educación básica y el
rendimiento en matemáticas se han mantenido estancados; la tasa de pobreza en
Estados Unidos se ha mantenido en torno al 15%; y el ingreso promedio anual del
40% inferior de los hogares estadounidenses apenas ha cambiado.
En el futuro, ¿cómo podríamos
esperar algo diferente si seguimos haciendo lo mismo de siempre? Una debida
diligencia es tan necesaria para las donaciones caritativas como lo es para los
demás aspectos de tus finanzas personales. Es hora de que apliquemos la lógica
de mercado a nuestras donaciones filantrópicas.
Y es aquí donde hace su entrada
la inversión de impacto.
La inversión de impacto es uno de
desarrollos más emocionantes derivados del movimiento “impacto social” que
busca medir con más precisión los resultados del sector social y una
comprensión más completa de la relación entre las entradas (tu dinero) y los
resultados obtenidos. La inversión de impacto, el aprovechamiento de capital
privado para el bien social, está jugando un papel clave.
En primer lugar, los
inversionistas de impacto están motivados por la misión y el grado de impacto
social de una organización. Sin embargo, es importante destacar que los
inversionistas de impacto están motivados por las oportunidades de duplicar o
incluso triplicar los beneficios finales para obtener un rendimiento financiero
y al mismo tiempo hacer algo bueno por la sociedad. Asegurar un rendimiento
financiero ayuda a garantizar que la organización genere un impacto medible que
sea escalable y auto sustentable en el tiempo.
La escala potencial de inversión
de impacto es impresionante, considera esto: Se espera que unos 41 billones
(sí, 12 ceros) de dólares sean transferidos de los baby boomers a la generación
del milenio en las próximas décadas. Y los estudios y las encuestas indican que
el impacto social es la prioridad número uno para estos inversionistas
millennials, aún por encima de los retornos financieros. Las oportunidades de
impacto emergen como una nueva clase de activo prometedor para estos
inversionistas con conciencia social.
La importancia de la inversión de
impacto se me ocurrió hace varios años, cuando dirigía un negocio de tecnología
destinado a ayudar a las personas sordas a comunicarse más eficazmente entre
ellas y con el resto del mundo a través del servicio de video. Debido a que el
negocio era sustentable y rentable, fuimos capaces de escalar mucho más rápido
para impactar positivamente las vidas de millones de personas en todo Estados
Unidos. Si sólo hubiéramos contado con donaciones caritativas, nos habríamos
limitado por la cantidad de fondos de los donantes que podríamos haber
recaudado.
En 2013, reconociendo la
necesidad de una mayor capacidad de impacto y educación, fundé la Devid Eccles
School of Business en la Universidad de Utah, para que fuera un centro de
excelencia en el campo del impacto social emergente y ayudara a facilitar la
inversión de impacto. La misión del Centro es proporcionar una educación
experiencial a una nueva generación de inversionistas, responsables políticos,
proveedores de servicios y empresarios que están comprometidos con el
desarrollo de soluciones bien pensadas e innovadoras a problemas sociales y de
salud pública en todo el mundo. Los estudiantes proporcionan valiosos servicios
para los inversionistas de impacto etapa temprana, fundaciones, oficinas
familiares y grandes patrimonios familiares a través del análisis de casos, la
conducción diligente, la realización de estudios de mercado y la suscripción de
inversiones de impacto.
Los empresarios y el libre
mercado son la columna vertebral de Estados Unidos. Usemos la capacidad
productiva del sector con fines de lucro y canalicémoslo hacia el bien social y
ambiental.
En el mercado comercial, los
inversionistas de capital de riesgo reconocen que no todas las inversiones pueden
funcionar financieramente. Estos riesgos se calculan y tocan todo el espectro
de inversiones realizadas, crean un mercado eficiente que ha construido grandes
economías y elevado el nivel de vida que disfrutamos. Con el fin de trasladar
el enfoque del capital de riesgo a la filantropía o al “filantrocapitalismo”,
como se le ha llamado, tenemos que ser más estratégico y emprendedores en
nuestras donaciones o inversiones caritativas. Tenemos que estar preparados
para encontrar y facilitar empresas sociales escalables y potencialmente auto
sustentables, dotarles subvenciones o inversiones de impacto en fase inicial y
luego medir su éxito o fracaso, en función del impacto social que produzcan al
igual que su retorno financiero. Toda inversión puede fracasar, pero existe el
potencial de que unos pocos generen retornos financieros de gran tamaño,
cambiando radicalmente la sociedad en general.
Mientras reflexionamos sobre el
año nuevo, profundicemos en la forma como gastamos en los demás y hagámoslo
igual que como lo hacemos para nosotros mismos. La inversión de impacto
proporciona un mecanismo para hacer precisamente eso.
*James Lee Sorenson es un líder
reconocido y empresario que ayudó a desarrollar varias categorías nuevas de la
industria. En sus esfuerzos filantrópicos, Jim creó la James Lee Sorenson
Family Foundation y la Sorenson Impact Foundation, que apoya causas que
maximizan el impacto positivo en la vida y las sociedades que tocan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario