La turbulencia de los emergentes pone a prueba
la estrategia de los inversionistas
The wall street journal- jueves, 7 de enero de
2016
Cuando el fondo Oppenheimer
Developing Markets fue arrastrado por una oleada de ventas en los mercados emergentes
a fines de 2014, el gestor de portafolio Justin Leverenz se tomó unos días para
leer libros en su casa. No quería tomar decisiones apresuradas de compra o
venta.
“Eso va en contra de todo lo que
creo”, dice Leverenz, quien administra el fondo de US$29.000 millones, el mayor
de gestión activa en Estados Unidos dedicado a renta variable de mercados
emergentes.
Este año podría volver a ponerlo
a prueba. Las acciones, los bonos y las divisas de numerosas economías
emergentes se estabilizaron durante el último trimestre de 2015. Sin embargo,
muchos inversionistas prevén una reanudación de las salidas de capitales
mientras el derrumbe de los precios de las materias primas sigue su curso. Los
mercados emergentes iniciaron el año con una paliza luego de la publicación de
datos que evidenciaron el declive del sector manufacturero chino, un consumidor
clave de materias primas.
El desempeño del fondo de
Leverenz podría tener una enorme importancia, puesto que es el mayor tenedor de
muchas acciones de países emergentes y uno de los fondos de mercados emergentes
de mejor desempeño en los últimos 15 años.
La estrategia que ha aplicado al
fondo que dirige desde mayo de 2007 es seleccionar empresas que, en su opinión,
tienen un potencial de crecimiento de largo plazo y mantener las acciones en su
portafolio durante alrededor de cinco años. No funcionó en 2015, cuando su
fondo retrocedió 14%, un resultado que superó el índice de referencia, pero
inferior al de la mitad de todos los fondos especializados en mercados
emergentes, según Morningstar inc.
El culpable ha sido la
concentración en la cartera de acciones emitidas por empresas de Rusia, Brasil,
Colombia y Nigeria, cuyas monedas se han depreciado frente al dólar en los
últimos 18 meses en coincidencia con la caída de los commodities. El fondo
tiene menos posiciones en Corea del Sur y Taiwán, cuyas divisas han mostrado
una mayor fortaleza.
Leverenz dice que activos como la
cadena minorista rusa Magnit y el operador bursátil brasileño BM&F Bovespa
SA son sólidos y atribuye el magro desempeño del fondo a lo que califica como
un “colapso radical” en los mercados de divisas. “De repente, era el dueño de
muchas compañías en países cuyas monedas habían caído mucho”, cuenta.
Las salidas de dinero del fondo
superaron a los ingresos en casi US$4.000 millones en los primeros 11 meses de
2015, según OppenheimerFunds, una subsidiaria de Massachusetts Mutual Life
Insurance Co., que gestiona alrededor de US$220.000 millones.
“Es normal cuando se invierte en
mercados emergentes que los riesgos puedan venir de todas las direcciones”,
dice Patricia Oey, analista sénior de Morningstar que sigue el rendimiento de
los fondos de estos países.
Leverenz redujo en los últimos
meses de 125 a 98 la cantidad de acciones en su cartera y se concentró en
grandes posiciones en compañías líquidas como los colosos chinos Tencent
Holdings Ltd. y Alibaba Group Holding Ltd. Compró acciones de empresas chinas y
vendió las de la cervecera brasileña AmBev SA, que en su opinión se habían
sobrevaluado.
Para el fondo que gestiona
Leverenz, 2015 fue un año de extremos. Oppenheimer Developing Markets tuvo en
el primer semestre un desempeño inferior al de 80% de los fondos de países
emergentes que sigue Morningstar. En los últimos tres meses del año, su fondo
superó a 93% de aquellos enfocados en estos mercados.
Luego de la crisis financiera,
los inversionistas se abalanzaron sobre los mercados emergentes en busca de
retornos más altos cuando las tasas de interés en los países desarrollados
habían caído a casi cero. Entre 2009 y 2014, alrededor de US$1,6 billones de
fondos de los inversionistas entraron a las economías emergentes, según el
Instituto de Finanzas Internacionales. El fondo de Oppenheimer fue uno de los
principales beneficiarios, al recibir US$25.700 millones y llegar a gestionar
US$40.000 millones en 2014. No obstante, el dinero empezó a salir de los países
emergentes una vez que sus perspectivas de crecimiento se deterioraron y quedó
claro que la Reserva Federal de EE.UU. se disponía a subir las tasas de
interés.
Leverenz señala que siempre trata
de pensar de forma diferente y ver lo que otros inversionistas pasan por alto.
Antes de la crisis financiera,
cuando todos hablaban de las materias primas y el robusto crecimiento chino,
compró una serie de empresas de consumo baratas, lo que le ayudó a eludir la
peor parte de la ola de ventas durante la crisis. A menudo adquiere posiciones
grandes en compañías que cotizan en mercados poco líquidos. El fondo, por
ejemplo, es el mayor accionista de Housing Development Finance Corp., un prestamista
hipotecario de India.
El enorme tamaño del fondo le
resta flexibilidad a Leverenz respecto de los fondos de menor envergadura, que
pueden entrar y salir de mercados con menores volúmenes de transacciones, como
Vietnam, señala Steven Holden, fundador de Copley Fund Research, que sigue el
desempeño de los fondos de mercados emergentes.
Durante los últimos seis meses,
el fondo de Leverenz ha aumentado sus posiciones en muchas empresas chinas de
comercio electrónico, acumulando más de US$5.000 millones en el sector, según
Copley. También ha hecho grandes inversiones en Colombia y Nigeria, dos países
que dependen de la exportación de commodities.
Leverenz dice que está
acostumbrado a tiempos problemáticos. Ingresó a Barclays de Zoette Wedd, el
antiguo brazo de banca de inversión de Barclays PLC, poco antes de la “crisis
del tequila” en 1994, cuando un fuerte endeudamiento externo y una economía
debilitada forzaron a México a devaluar su moneda, lo que dejó el sector
financiero en ruinas y hundió al país en una recesión. Durante la crisis
financiera asiática de 1997 y 1998, lideraba un equipo de investigación sobre
acciones en Hong Kong y Taipei.
El gestor, de 47 años, dice que
no puede ofrecer un panorama muy positivo de los mercados emergentes debido al
lento crecimiento del comercio y las exportaciones. Una preocupación es la
pérdida de vigor del sector manufacturero chino. Advierte, sin embargo, que los
inversionistas no han tomado debida cuenta de los sectores de salud, comercio
electrónico y educación de China. También estima que las divisas de los
mercados emergentes pronto tocarán fondo a medida que los países mejoren sus
balanzas comerciales. En el caso de Brasil, por ejemplo, el déficit de cuenta
corriente se redujo a 3,7% del Producto Interno Bruto en noviembre, frente a 4,2%
en 2014. “Basta un par de cosas positivas para revertir la situación”, asevera.
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