¿China prepara el ‘nuevo patrón
oro’?
FORBES - miércoles, 13 de enero de 2016
El oro y su compañera, la plata, serán
reinstalados en el trono monetario, de donde nunca debió removerlos el
contubernio gobiernos-banqueros, que se enriquecieron a costa de empobrecer a
la gente y destrozar la economía con dinero fíat. El siglo de China está en
marcha.
No hay día en que no me tope con
alguien que piense que en China sólo se hacen productos pirata. Así de grave y
preocupante es la ceguera de muchos ante un gigante en ascenso, pues sólo quien
no quiere ver o de plano no quiere informarse, podría pasar por alto un cambio
de paradigma de la magnitud que se avecina.
China ya no es el país socialista
de Mao. De hecho, su vertiginoso ascenso se debe, en primer término, a haber
abrazado de forma paulatina políticas de libre mercado desde 1978, a la muerte
del caudillo. Ello le permitió sacar de la pobreza a millones de personas a lo
largo de estas casi cuatro décadas.
La planificación central, el
intervencionismo estatal que pretende dirigir los destinos de la economía,
siempre termina en tragedia. Los chinos no volverán a eso.
Sí, Beijing sigue cometiendo
errores como el de creer que con controles de capital se puede detener una
estampida y una devaluación, o que por decreto se puede evitar la explosión de
una burbuja bursátil. Pagará por sus “pecados” económico-financieros, al igual
que lo hará la capital del sistema con una crisis de divisas sin precedentes:
Estados Unidos.
Pese a ello, la realidad es que
los chinos siguen aprendiendo y avanzan lento, pero con paso firme, en sus
planes de mediano y largo plazo. En ellos está el de superar a su rival
americano y el de desplazar al dólar como divisa hegemónica. Este año, el yuan
o renminbi (RMB), su moneda, entrará a la cesta de divisas de reserva de los
Derechos Especiales de Giro del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por eso se equivocan los
analistas, periodistas y políticos occidentales que desdeñan el ascenso chino.
El “dragón” asiático sabe que
Estados Unidos y su banco central, están quebrados. Sabe también que nunca le
podrán pagar todo lo que le deben, y justo por eso continúa empoderándose por
la vía de la acumulación masiva de oro, un activo monetario que, cuando se
tiene en físico, no tiene riesgo de contraparte ni de incumplimiento de pago.
Así que mientras desde Londres y
Washington se ocupan de manipular a la baja el mercado de metales preciosos
monetarios –para dar apariencia de fortaleza al billete verde–, en Asia
continúan llenándose los bolsillos y las bóvedas de oro y plata a precios de
ganga.
El analista Koos Jansen, de
BullionStar.com, ha dado cuenta de lo subestimadas que aparecen las cifras de
demanda de oro de China, en los reportes del Consejo Mundial del Oro (WGC, por
sus siglas en inglés). Para 2014, por ejemplo, ese organismo reportó 973.6
toneladas (t), pero el cálculo de Jansen basado en estadísticas de retiros de
la Bolsa de Oro de Shanghái (SGE, por sus siglas en inglés) revela que habrían
sido al menos de 2,197 t ese año. En 2015 podrían haberse alcanzado las 2,500
t.
Asimismo, Jim Rickards –autor del
best seller Currency Wars–, reveló en exclusiva para este espacio que los
chinos acumulan oro en secreto trasladándolo por mar y tierra usando canales
militares. Nadie sabe con certeza cuánto oro ya tiene acumulado en reservas el
mayor consumidor global del metal.
Según el WGC, los chinos ocupan
la sexta posición en el ranking de tenencias áureas, con 1,722.5 t. No
obstante, la realidad es que Beijing es la que ordena lo que se debe publicar,
por lo que estas cifras no son confiables. De acuerdo con estimaciones de
Bloomberg Intelligence (BI), sus reservas de oro se encuentran al menos entre
las 3,600 y las 4,000 t. Eso colocaría a China en el segundo sitio, después de
Estados Unidos, que se supone tiene 8,133.5 t que nadie ha auditado.
Una de las rutas principales que
sigue el oro chino es Londres-Suiza(donde es refinado hasta la pureza 0.9999 y
convertido a barras más pequeñas en sistema métrico)-Hong Kong-China
continental.
De manera que a pesar de las
turbulencias presentes, el metal precioso es el as bajo la manga del “dragón”,
que tarde o temprano buscará imponer un ‘nuevo patrón oro’.
No es que vayan a respaldar la
totalidad de los yuanes en circulación, pero hay varios mecanismos que podría
implementar. Por ejemplo, Ken Hoffman de BI opina que podrían lanzar un
“billete respaldado en oro” para potencialmente estabilizar al RMB.
Por su parte, el magnate Hugo
Salinas Price considera en un artículo reciente que ante una economía global
que se paraliza, Beijing se verá obligado a “dejar de adherirse a los pactos
internacionales y a adoptar cualquier medida necesaria para darle esperanza a
su pueblo”. Para ello, su regla será “pagamos con oro lo que compramos con muy
poco oro, pero pagamos con oro. Si quieren comprarnos, paguen con oro. O ¿qué
otra cosa tienen para ofrecernos a cambio de nuestra mercancía? Si ustedes
tienen algo que nosotros queremos, pagamos con oro. Resto del mundo, háganle
como quieran”. Así será.
El resto de países tendrá que
adherirse a este sistema o sucumbir en el aislamiento. Será lo primero. La
confianza será la gran ausente en ese nuevo escenario en que el dólar será
repudiado como divisa de reserva para acercarse más a su verdadero valor: cero.
La impresión monetaria y la deuda, lo habrán enterrado en el panteón del dinero
de papel sin respaldo en oro, donde yacen todos los anteriores experimentos de
este tipo.
El rey de los metales, el
extintor de deudas por excelencia –y, por ende, el mejor restaurador de la
confianza–, será el único que pueda revivir la economía mundial y saldar los
desequilibrios comerciales.
El oro y su compañera, la plata,
serán reinstalados en el trono monetario, de donde nunca debió removerlos el
contubernio gobiernos-banqueros, que se enriquecieron a costa de empobrecer a
la gente y destrozar la economía con dinero fíat. El siglo de China está en
marcha.
Guillermo Barba-Economista de la
Escuela Austríaca y periodista mexicano, autor del blog Inteligencia Financiera
Global. Experto en mercados de oro y plata
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