5 signos de que (quizá) debes relanzar tu marca
FORBES -25 enero de 2016
He tenido colegas que ante una
baja en las ventas de un producto, o la más mínima pérdida en la participación
de mercado, deciden categóricamente efectuar una modernización en la imagen del
producto y, por qué no, hacer un relanzamiento del mismo. Es entonces cuando se
moderniza el logotipo, se hace una inversión importante en imprimir nuevos
empaques, desarrollar campañas publicitarias y promocionales, todo para
efectuar un relanzamiento, que en la mayoría de las ocasiones sólo impacta en
el presupuesto.
Tener excusas para llamar la
atención del consumidor, contarle una nueva historia y crear de nuevo
expectativas hacia un producto de antaño es positivo; sin embargo, hay una gran
cantidad de relanzamientos que se efectúan cuando no son requeridos, y pueden
ser sumamente dañinos para la marca.
En 1996 yo era gerente de marca
de Orange Crush, un clásico refresco de naranja, muy bien reconocido por dos
sectores: en las taquerías, diferenciado por su color rojo intenso y su botella
acanalada cercana a un instrumento musical que tocan los niños en las playas
del país, y los puestos de mariscos, que le daban un uso secundario al
producto, pues utilizaban el Orange Crush para rebajar la salsa catsup.
En esa época, el mercado de
refrescos de naranja era el más importante después de los de cola, siendo Fanta
y Mirinda los más relevantes.
Fue entonces que recibimos la
directriz de muy arriba para reformular el producto, cambiarle su color clásico
por un naranja más claro (tendencia hacia lo natural), cambiar la botella y,
por supuesto, hacer un relanzamiento del producto.
La razón era la siguiente:
existía evidencia de que los productos líderes en el segmento estaban bien
posicionados entre un público infantil y juvenil, mientras Crush era consumido
en su mayoría por adultos (muchos de ellos en las taquerías).
La decisión fue difícil. Se
trataba de abandonar un segmento adulto de consumidores y salir a buscar un
nuevo grupo, más juvenil.
Fue así como reformulamos el
producto, cambiamos el sabor, el color, el logotipo y la botella. Se filmó una
campaña de TV que hacía parodia a la campaña de Mirinda (¿recuerdan a los
hombres naranjas de Mirinda?), salimos en ruta con los repartidores, hicimos
promociones al consumidor y eventos con clientes en varias ciudades del país.
Después de aplicar al pie de la
letra los más estrictos recursos mercadológicos disponibles, los resultados no
fueron alentadores. El volumen de ventas no creció, la participación entre
consumidores jóvenes no se modificó, pero, eso sí, el codiciado nicho del
adulto taquero había desaparecido.
Años después se hicieron un par
de relanzamientos más. En el último, la compañía decidió, con el pretexto de la
tendencia “retro”, regresar al clásico Orange Crush, con la botella y el color
de antes. El resultado no fue bueno: el adulto taquero había cambiado ya de
marca y de hábitos.
Posterior a tan dolorosa
experiencia siempre hemos dicho que Orange Crush es una gran marca que ha
sobrevivido a pesar de sus dueños.
Ahora bien, las marcas, como los
seres vivos, tienen signos vitales. ¿En qué momento se dan las condiciones
necesarias para relanzar un producto? Mi apreciación es la siguiente:
Cuando se observa alguna caída
importante en la recordación y calidad percibida del producto entre los
consumidores más rentables.
Cuando existe una disminución en
la participación de mercado (que implica una actividad agresiva de su
competencia).
Cuando existe evidencia de un
cambio en los usos y hábitos del producto, que impacten el volumen y
rentabilidad del mismo.
Cuando el segmento actual de
consumidores ya no es atractivo en ventas o rentabilidad.
Y la más importante de todas,
cuando existe evidencia de que el producto se encuentra en declive dentro de su
ciclo de vida, es decir, la caída en ventas es evidente y el consumidor está
migrando hacia productos sustitutos.
Si contamos con una investigación
seria (cualitativa + cuantitativa), que arroje una alerta en los signos vitales
de una marca, es cuando la alternativa de un relanzamiento puede evaluarse,
pero no cuando queremos simplemente ejercer impacto o cuando llega un nuevo
gerente de mercadotecnia que quiera hacerse notar.
Abraham Geifman-Consultor en
mercadotecnia y redes sociales. Autor del libro ‘Mercadotecnia con Salsa’.
Conferencista, docente y columnista de CNN Expansión y Merca 2.0.
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