Los ricos confiesan los enormes
problemas que sufren por tener dinero
El Confidencial - jueves, 28 de
enero de 2016
Los cuentos de hadas se han
encargado durante nuestra infancia de advertirnos de unas cuantas cosas con las
que había que tener cuidado. Internarse solo en un bosque, por ejemplo, era
peligroso. Pero lo cierto es que la mayor parte de nosotros no vio un bosque
peligroso en ningún momento de su niñez urbana. Al mismo tiempo, sin embargo,
esos cuentos e historias contenían reflexiones y advertencias más serias,
dedicadas a los adolescentes y los adultos. 'Barbazul', sin ir más lejos,
podría tener varias lecturas psicológicas y no pocas reinterpretaciones
feministas. Sin embargo, el clásico entre los clásicos de los mensajes dentro
de nuestra sociedad capitalista era sin duda ese confuso “el dinero no da la
felicidad”.
Confuso porque, por otro lado, se
nos estaba diciendo más o menos lo contrario. Formulado de manera práctica, en
plan autoayuda, vendría a ser: “Cómo sortear los problemas que acarrea tener
mucho dinero y ser feliz (sin dejar de tenerlo)”. La literatura y sobre todo
las películas (al cabo, nuestros cuentos de hadas) han abundado en el tema
hasta la náusea. En el ámbito “para todos los públicos" los ejemplos son
innumerables, desde 'Pretty Woman', con ese Richard Gere que vende empresas a
trozos pero no es feliz, hasta la más clásica 'Vacaciones en Roma', donde la
joven heredera comprende que la vida “está en otra parte”, pero debe asumir sus
responsabilidades. En más crudo, filmes como 'Scarface: el precio del poder',
'Wall Street', 'La hoguera de las vanidades' y otros mil más, han diseccionado
esa situación que definía aquel viejo culebrón venezolano, 'Los ricos también
lloran'.
Y eso es lo que se hace también
en este hilo de 'Reddit', que podría titularse “Los nuevos ricos también
lloran”, y que cita testimonios de primera mano de gente muy joven que ha
alcanzado fortuna viniendo de la clase trabajadora. El resultado, si bien pedestre,
parece indicar que tener dinero, en efecto, es puro veneno para las relaciones
personales, al menos para su construcción; cierto es que ninguno ha preferido
regalarlo. “En general ser rico está bien y lo recomiendo, pero…”, dice uno de
los entrevistados. Así pues, ser rico es mejor que ser pobre –eso lo
intuíamos–, pero, supuestamente…
1. Añade preocupaciones
“Me preocupo más por el dinero
ahora que me sobra”, afirma una de estas personas, residente en Londres. “Tengo
algo más de veinte años y una fortuna de unos cuantos millones de libras, pero
vengo de una familia normal, incluso podría decirse que pobre. Tener una
cantidad significativa de dinero te puede convertir en un ser bastante ansioso
y paranoico, incluso cuando lo tienes todo invertido en valores seguros. Si
tienes dinero, tienes dinero que perder. Y te preocupas por ello. Ésa es la
mecánica”.
2. Provoca dificultades con
familia y amigos
Los problemas de todos los
entrevistados para mantener una relación normal con familia y amigos del mismo modo
en que lo hacían antes de ser ricos son significativas. “De un modo u otro,
afecta”, explica un joven millonario.” Por ejemplo, algunas personas se
sentirán ofendidas si tratas de pagar cosas por ellos. Ese tipo de gente jamás
aceptaría dinero excepto si fuesen muy cercanos y se tratase de un caso muy
serio. Mientras otros, la mayoría, estarán esperando exactamente lo contrario:
que sueltes dinero todo el tiempo, simplemente porque son familiares o porque
fueron amigos tuyos en algún momento”. Otro de los participantes comparte una
anécdota que ilustra el segundo caso: En una boda la sobrina de un amigo le
pasó la cuenta de toda la cena, de unas siete mil libras, considerando que era
normal que pagase porque "es médico y por tanto es rico". "Consideran
que si eres rico y de la familia es tu deber pagar todo lo que necesiten”.
3. Nunca sabes si se te valora
por ti mismo
El núcleo del problema, por
supuesto, no es ya que se pague o no se pague, sino la incapacidad de saber si
la gente te valora por tu propia personalidad o si simplemente ven en tu cara
el signo del dólar. “Todo el tiempo tengo la impresión –relata otro testigo
adinerado, y angustiado– de que a la gente sólo le gustaré por eso, por el
dinero; de que en cuanto lo saben me miran diferente”. Añade, además, que el
hecho de que los estilos de vida cambien, hace muy difícil mantener viejas
amistades, por mucho esfuerzo que se ponga. Hay un número de gente que –un poco
en plan cuento de hadas cutre– simplemente oculta su riqueza para superar esos problemas
de “aceptación” inversos. “Tengo dos casas, una en la ciudad y otra en el
campo, pero no suelo hablar de esas cosas en una primera cita”, comenta uno de
los nuevos ricos del artículo. “No cuento nada de esas cosas hasta que conozco
a la persona lo suficiente y la relación ha avanzado”, concluye. Mientras otro
reconoce que llevaba a sus ligues a un apartamento bastante ruinoso que tenía
(entre tantos otros más adecentados) porque “prefería que pensaran que era
pobre”. Al menos al principio.
4.No sabrás quienes son tus
amigos hasta que caigas
O al menos así lo dice el relato
canónico y también algunos de los testimonios: “Vivimos en una burbuja en la
que la gente como yo está simplemente obsesionada con la ropa de diseño y cosas
así”, afirma una chica rica. Otra asegura que sólo se dio cuenta de quiénes
eran sus verdaderos amigos cuando su fortuna menguó y comprobó que gran parte
de su pandilla ya no quería estar con ella una vez que había dejado de pagar
las copas y las cenas caras: “No importa cuánto les dieras, nunca era
suficiente. El dinero hace que la gente se vuelva loca”.
5.Te convertirás en un mentiroso
“Incluso en cosas pequeñas
–reconoce otro de los entrevistados– hay que tener mucho cuidado para no herir
los sentimientos de los demás cuando tienes mucho dinero. Por ejemplo, si me
preguntan qué he hecho el fin de semana, probablemente, en lugar de decirles
que he contratado a alguien para que reconstruya todos los baños de la casa,
diré: "oh, simplemente currando en la casa, aquí y allá. Y tampoco será
mejor, porque después ellos descubrirán la verdad en algún momento y pensarán
que era todo falsa modestia”.
En definitiva. Un horror sólo
superado por ser pobre. Las cosas son distintas, claro, cuando se trata de
fortunas que vienen de lejos. Esas probablemente no necesitan de cuentos de
hadas y hace tiempo que incorporaron a su divisa aquellas palabras de 'El
Padrino': “dinero y amigos, aceite y agua”.
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