El increíble descubrimiento sobre el cerebro
que va a reescribir los libros de texto
El Confidencial - lunes, 8 de junio de
2015
Dicen que los más grandes descubrimientos,
aquellos que cambian por completo lo que pensábamos, se realizan por
casualidad. Se trata de un lugar común, pero cuando el doctor Antoine Louveau,
neurólogo de la Universidad de Virginia, miró a través de su microscopio supo
enseguida que estaba ante algo grande.
El investigador estaba desarrollando un método
para montar meninges de ratón –las membranas que cubren el cerebro– en una sola
lámina, con el objetivo de poder examinarlas en el microscopio. Entonces tuvo
su particular momento eureka. Nada más mirar las meninges se dio cuenta de que
algo no era cómo debía ser: tenían vasos linfáticos. Algo imposible dado que,
como aseguraba un revisión de 2009, es “un hecho anatómico indiscutible” que el
cerebro es el único órgano que carece de conexión directa con el sistema
límbico.
Después de observar lo que parecían ser vasos
linfáticos, Louveau realizó una prueba para comprobar si, en efecto, estaban
ante un descubrimiento gigantesco. Y no había duda. Lo imposible era posible.
“La primera vez que me enseñaron el resultado,
sólo dije una cosa: 'Van a tener que cambiar los libros de texto'”, ha
explicado Kevin Lee, director del laboratorio en el que trabaja Louveau, en la
nota de presentación del hallazgo. “Nunca ha habido un sistema linfático en el
sistema nervioso central, pero es algo que pareció claro en la primera
observación y han hecho muchos estudios desde entonces para apuntalar el
hallazgo. Va a cambiar la forma en que entendemos la relación entre el sistema
nervioso y el sistema inmunitario”.
“Realmente pensaba que no quedaban estructuras
en el cuerpo que no conociéramos”, ha declarado otro de los compañeros de
Louveau, el doctor Jonathan Kipnis, que ha colaborado en la investigación
publicada en Nature sobre el hallazgo. “Pensé que este tipo de descubrimientos
habían acabado en la mitad del pasado siglo. Pero aparentemente no es así”.
Importantes implicaciones médicas
Hasta la fecha, pensábamos que el cerebro no
estaba conectado directamente con el sistema inmunitario, y cuando se
encontraban leucocitos en el sistema nervioso creíamos que algo iba mal. Los
científicos se han pasado décadas estudiando cómo llegaban al cerebro este tipo
de células, algo con importantes implicaciones para todas las enfermedades
autoinmunes (de la ELA a la artritis), pero esta investigación cambia por
completo todo el campo de estudio.
“En vez de preguntarnos cómo estudiar la
respuesta inmune del cerebro o por qué los pacientes de esclerosis múltiple
tiene ataques inmunológicos, ahora podemos investigar el asunto de manera
mecánica, dado que el cerebro es como cualquier otro tejido conectado al
sistema inmunitario periférico a través de los vasos linfáticos presentes en
las meninges”, explica Kipnis. “Esto cambia por completo la manera en que
percibimos la interacción entre el sistema inmune y el neurológico. Siempre
hemos pensado que era algo esotérico que no podía ser estudiado”.
“Para cualquier enfermedad neurológica con un
componente inmune estos vasos pueden jugar un importante papel”, continúa el
doctor. “Es difícil imaginar que no estén implicadas”.
La presencia del sistema linfático en el
cerebro plantea un sinfín de preguntas, y cambia por completo lo que creíamos
saber de enfermedades tan importantes como el alzhéimer. “En el alzhéimer se
acumulan grandes bloques de proteína en el cerebro”, explica Kipnis. “Creemos
que pueden estar acumulándose porque no están siendo retiradas de forma
eficiente por estos vasos linfáticos”. Aunque hay que hacer muchísimas más
investigaciones, los científicos de la Universidad de Virginia ya han visto que
los vasos linfáticos del cerebro cambian con la edad, así que su papel en todo
lo relacionado con el envejecimiento podría ser clave.
Un secreto muy bien escondido
Todos los científicos están asombrados con el
descubrimiento y se hacen la misma pregunta: ¿cómo es posible que los vasos
linfáticos hayan permanecido tanto tiempo desapercibidos? Kipnis asegura que
los vasos “está muy bien escondidos”, siguiendo un importante vaso sanguíneo
que recorre el interior los senos paranasales, una área que es difícil
explorar. “Está tan cerca del vaso sanguíneo, que simplemente no te percatas de
su presencia”, explica el doctor. “Si no sabes lo que estás buscando no lo
ves”.
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