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jueves, 12 de julio de 2007

Formula Uno


La FIA presenta cargos contra McLaren por espiar a Ferrari
Los representantes de la escudería tendrán que comparecer el 26 de julio en París en una reunión extraordinaria

La Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha presentado cargos contra la escudería angloalemana, McLaren, por espiar a Ferrari e infringir las normas deportivas al poseer información confidencial de su rival. Los representantes de McLaren serán interrogados por representantes de la Federación sobre este asunto el próximo día 26 en París.
Hace un par de semanas, el jefe de diseño de McLaren, Trudy Coughland, escaneó un informe confidencial de 780 páginas perteneciente a Ferrari en una tienda cerca de la sede británica, en Woking. El propietario de la tienda avisó inmediatamente a Maranello y tras el 'chivatazo', Ferrari presentó una querella judicial en Londres contra la escudería angloalemana por supuesta obtención ilegal de documentos. La semana pasada, el magnate británico de la Fórmula Uno, Bernie Ecclestone, advirtió de que si McLaren es culpable de espionaje, podría perder todos sus puntos en el Mundial de Constructores, pero precisó que el Mundial de Pilotos no se vería afectado.

El comunicado oficial de la FIA recoge: "A la escudería McLaren se le acusa de que entre marzo y julio de 2007 rompieron el artículo 151c del Código Internacional del Deporte. A Vodafone McLaren Mercedes se le acusa de poseer sin autorización documentos e información confidencial de la escudería Ferrari Marlboro incluyendo información que podría utilizarse para diseñar, testar , construir y desarrollar un modelo de Fórmula Uno de Ferrari de 2007".

El artículo al que hace referencia la FIA señala que será castigada "cualquier conducta fraudulenta o cualquier acción que perjudique a la competición o a los intereses del deporte de motor en general". Por ello, si se prueba que finalmente McLaren incurrió en el caso de espionaje, podría hacerse realidad la advertencia de Ecclestone sobre la penalización de puntos.

Esta no es la primera vez que la escudería de Woking ha sido investigada por la FIA. El pasado mes de mayo, La FIA investigó a la escudería de Ron Dennis por posible infracción del Código deportivo en el gran premio de Mónaco. Ese día Hamilton se quejó por recibir, supuestamente, órdenes de equipo para que no atacara a Alonso en las últimas vueltas de la prueba. Ron Dennis negó que hubiese perjudicado el espectáculo para favorecer al campeón español y la FIA dio carpetazo al asunto.

McLaren, decepcionado

Tras conocer la noticia, El grupo McLaren ha emitido un comunicado en el que muestra su extrema decepción por haber sido convocado para el próximo 26 de julio por la Federación Internacional de Autromovilismo (FIA) para que se explique sobre las sospechas de espionaje a la escudería Ferrari.

"McLaren está extremadamente decepcionado al saber que ha sido requerido por la FIA para responder a las acusaciones de posesión de ciertos documentos e información confidencial erteneciente a Ferrari", señala en el comunicado. Sin embargo, la empresa británica explica que "debido a que McLaren desea continuar con su política de total cooperación con cualquier tipo de investigación sobre este asunto, quiere dejar claro que dichos documentos e información confidencial han estado únicamente en poder, y sin autorización, de un empleado despedido, y que ningún elemento se ha utilizado en los coches de Fórmula Uno de McLaren". McLaren-Mercedes es por ahora líder de la clasificación de constructores de Fórmula Uno con 25 puntos de ventaja sobre Ferrari.

El espía patoso
Coughlan, jefe de diseño de McLaren, causó el litigio al escanear el informe de Ferrari en una tienda

Mike Coughlan no merece el calificativo de espía. El jefe de diseño de McLaren-Mercedes cometió un error imperdonable cuando hace un par de semanas llevó a escanear todo el informe que tenía en su poder de Ferrari a una tienda cercana a la sede de la escudería británica en Woking. El propietario, un buen aficionado al mundo del motor, intuyó inmediatamente que se trataba de un documento confidencial y llamó a Maranello para informar del asunto. Ferrari interpuso dos días después una querella contra Coughlan y McLaren en un juzgado de Londres. De esta forma tan absurda se desveló el caso de espionaje industrial que lleva de cabeza al sofisticado mundo de la fórmula 1. Tan increíble como cierto.

Cada día van apareciendo nuevos datos que demuestran la importancia del dossier que el técnico ferrarista Nigel Stepney -implicado también en el turbio asunto de los polvos blancos aparecidos en el depósito de gasolina de los bólidos rojos antes del GP de Montecarlo- entregó a Coughlan el pasado mes de abril en Port Ginesta, Castelldefels, cuando la mayoría de los equipos se encontraban realizando unos entrenamientos privados en el circuito barcelonés de Montmeló. Son unas 700 páginas y en ellas se detallan diseños, estructuras y procesos utilizados por la escudería italiana, así como los planes de desarrollo de sus coches y las fechas en que iban a plantearse las evoluciones previstas. Incluían además algunos protocolos de control de calidad y días de entrenamientos.

El mismo día en que Ferrari presentó la querella, McLaren suspendió de empleo a Coughlan, un ingeniero de la vieja escuela que había coincidido con Stepney en Benetton y en una empresa de John Barnard hace ya algunos años. La Federación Internacional del Automóvil (FIA) ha abierto también una investigación para dilucidar la culpabilidad de todos los implicados. Lo que hay que demostrar es si McLaren se ha aprovechado de alguna de las informaciones que ha recibido o si ha aplicado algunos conceptos al proyecto de sus coches. "No hemos hecho nada incorrecto", se reafirmó ayer Ron Dennis, presidente de McLaren-Mercedes. "Estoy pasando unos momentos difíciles, los más duros de mi vida, porque se está cuestionando mi integridad personal y la de la compañía que dirijo. Nunca con mi conocimiento McLaren ha utilizado datos propiedad de otras personas o equipos. Estamos colaborando con la FIA y con Ferrari [ayer se reunió con Jean Todt] para aclarar las cosas y demostrar nuestra inocencia. En cuestión de un par de días el caso podría desvelarse con todas sus premisas".

"Conociendo McLaren y a sus directivos, simplemente no entendería que hubieran hecho algo así", afirmó ayer Paul Gascoyne, director deportivo de Spyker y uno de los ingenieros que mejor conoce el mundo de la F-1 por su amplia trayectoria; "para mí, todo eso no tiene ningún sentido. McLaren es una de las escuderías más grandes y tiene su propia forma de trabajar y de actuar. No necesitan copiar porque tienen su propio estilo y siempre han estado ganando carreras".

Como Gascoyne, otros técnicos destacados de distintos equipos creen que McLaren no está implicado directamente en el asunto. La conclusión general es que se trata de un asunto entre Stepney y Coughlan, que presuntamente estarían trabajando de forma conjunta en un gran proyecto para la próxima temporada para sacar del pozo a la escudería Honda.

La aportación de los dos técnicos iría encaminada a aplicar en Honda lo mejor de McLaren y Ferrari. Algunas especulaciones aseguran que Nick Fry, consejero delegado de Honda, podría haber estado también en la reunión de Port Ginesta. La FIA, en consecuencia, también ha incluido a Honda en la investigación abierta.

Ayer, por la tarde, la escudería japonesa emitió un comunicado en el que confiesa haber tenido contactos con Stepney y Coughlan. "Estos dos técnicos nos ofrecieron sus servicios, pero a nosotros no nos interesaron", se afirma en dicha nota.

Por si acaso, Bernie Ecclestone, el patrón de la F-1, se pronunció abiertamente al respecto no para defender a McLaren, sino básicamente para evacuar cualquier duda sobre la posibilidad de que la FIA le quitara puntos a Lewis Hamilton, el líder del Mundial, con 14 de ventaja sobre Fernando Alonso. "No veo ninguna razón para que se le resten puntos a Hamilton", afirmó; "en todo caso, la culpabilidad recaería sobre los equipos o sobre los técnicos que realizaron espionaje industrial, pero nunca sobre el piloto. Lo único que hizo Lewis fue subirse al coche y ganar carreras. Y lo hizo muy bien".

Alonso, también, pero a Ecclestone ya no le preocupa tanto. Lo fundamental es tranquilizar a los 85.000 espectadores que se esperan mañana en el Gran Premio de Gran Bretaña para ver en acción a la nueva estrella del automovilismo británico.

Ferrari y McLaren también se pelean en los juzgados
Los italianos acusan de espionaje al diseñador británico Coughlan

Ferrari ha iniciado acciones judiciales contra el técnico de McLaren, Mike Coughlan, y su mujer, Trudy Coughlan, quien presuntamente se hicieron con un documento de 780 páginas de la escudería italiana y lo fotocopiaron en una tienda cerca de Woking, donde se encuentra la sede de la escudería británica.

La prensa británica ha publicado que fue un empleado de la tienda de fotocopias quien dio el "soplo" a Ferrari cuando comprobó que los documentos eran confidenciales, según ha confirmado Nigel Tozzi, abogado de la escudería italiana. Ferrari señala que Coughlan y su esposa tenían copias de los diseños secretos de la escudería. "Su conducta al haber tomado estos documentos, sabiendo que no les pertenecían, y el haberlos guardado y copiado es sin duda bochornosa. Ferrari no hubiera sabido nada si no hubiera recibido el chivatazo", ha recalcado el abogado Tozzi, que representa a Ferrari ante la corte británica en Londres.

El caso ha sido postergado hasta mañana debido a que Coughlan, quien no ha realizado declaración alguna hoy en el Tribunal, desea aclarar sus privilegios legales. La vista también ha confirmado que el director de operaciones de McLaren, Jonathan Neale, era consciente de que Coughlan poseía dichos documentos, aunque el abogado de Ferrari ha afirmado que, "es aún confuso cuándo o cómo Neale fue avisado sobre los documentos". Coughlan, quien ha sido suspendido por McLaren, ha sido relacionado con el director de rendimiento de Ferrari, Nigel Stepney, que ha negado las acusaciones aunque ha sido despedido por Ferrari por el supuesto envío de los papeles a Coughlan.

El espionaje está de moda
La acusación de Ferrari a Stepney por sabotaje revive otros casos condenados por los tribunales

Es un espía o un saboteador? Según él, nada de eso. "Soy simplemente inocente", afirma. Pero la escudería Ferrari insiste en que tiene pruebas que inculpan de forma muy clara a su ingeniero inglés Nigel Stepney, de 48 años, de sabotear sus bólidos antes del Gran Premio de Mónaco. "Es una invención y se demostrará en los tribunales", afirma este técnico que trabajó para Lotus y Benetton antes de entrar en Ferrari en 2003 como jefe de mecánicos y ascender luego a coordinador técnico.

El caso ha adquirido una nueva dimensión esta semana, cuando el portavoz del equipo, Luca Colajani, afirmó que no es ninguna invención. "Hay pruebas para imputarle", dijo. La revista francesa Auto Hebdo desveló ayer que los mecánicos que descubrieron el polvo blanco en la boca de los depósitos de gasolina vieron a Stepney en las cercanías intentando deshacerse de un saquito de algo similar. Además, la policía italiana realizó un registro en casa del ingeniero y, según la revista, encontró polvo blanco en unos pantalones. El caso es grave. Es la primera vez que se detecta sabotaje en la F-1. La demanda de la escudería italiana no es sólo por espionaje, sino también criminal, porque el producto podría producir un funcionamiento irregular del coche y provocar un accidente mortal.

Stepney, de vacaciones en Filipinas con su mujer y su hijo, no ha sido condenado. Ha revivido, eso sí, el recuerdo de casos flagrantes de espionaje en la historia de este deporte. Uno de ellos se resolvió el pasado 26 de abril con la condena por un año y cuatro meses de cárcel a los ingenieros Marco Iacconi y Angelo Santini, ambos ex trabajadores de Ferrari fichados por Toyota, por esconder un disco compacto con información de Ferrari, y por nueve meses por revelación de secreto industrial. Ninguno cumple el castigo tras sus apelaciones. El caso salió a la luz cuando los responsables de Ferrari vieron el Toyota TF2003 y descubrieron piezas iguales a las del Ferrari F2002. En 2004, un directivo de Toyota reconoció el robo informático, pero se negó a eliminar los datos de su software.

Los casos más habituales de espionaje se producen a la luz pública, cuando los equipos contratan a fotógrafos para obtener imágenes ampliadas de alguna pieza. Honda presentó la semana pasada en Silverstone un alerón delantero casi idéntico a los de Ferrari y se sospecha de Stepney, con una oferta de la escudería japonesa. Las escuderías disponen también de un micrófono direccional muy potente conectado a un ordenador para saber a cuántas revoluciones por minuto corren los coches. BMW incluso llegó a colocar detectores en los motores que trasladaba desde Múnich a la sede de Gran Bretaña para evitar espionaje.

"Es habitual que personas de alguna escudería vendan piezas del año anterior a coleccionistas para ganar dinero", explica Joan Villadelprat, ex director de Benetton y de Prost. Un encargado de McLaren se fabricó a finales de los 80 un bólido en su casa con piezas robadas. Y, claro, nadie puede asegurar que no acabaran en manos de algún rival.

En 1978, un grupo de técnicos dejó la escudería Shadow para crear Arrows. Se llevaron los planos del coche e hicieron una copia tan perfecta que el juez determinó que era un plagio. Toni Southgate, ingeniero jefe, Alan Rees y Jacky Oliver, directores del equipo, presentaron un nuevo bólido en la segunda carrera del año. El problema de Ferrari ahora es otro. Quieren librarse de Stepney y posibles sabotajes para cazar a McLaren.

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