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lunes, 20 de noviembre de 2017

empleos del futuro

Los empleos del futuro



FORBES- 21 de noviembre de 2017
Existe una total desconexión entre las aulas universitarias y lo que, en empleo, se demanda actualmente, y lo que se requerirá en el futuro.

En el estudio “Tres razones por las que el modelo educativo debe reinventarse” (Foro Económico Mundial), Branislav Babaic dio a conocer que: “un niño debe esperar que cambiará al menos siete veces de trabajo en su vida y cinco de esos trabajos aún no existen”.


En una visita a Buenos Aires, Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial, afirmaba que, debido a la Inteligencia Artificial, entre el 50% y el 65% de los trabajos desaparecerá en los países emergentes. Por otro lado, Laszlo Bock, jefe de Recursos Humanos de la empresa Google, afirmó: “El expediente académico no sirve para nada, a no ser que la persona acabe de salir de la universidad”. Muy retador, ¿verdad?

Para ellos, existe una total desconexión entre las aulas universitarias y lo que, en materia de empleo, se demanda actualmente, y lo que se requerirá en el futuro, pues la dinámica y las habilidades que se exigen en las empresas son muy diferentes de las que suelen requerirse en la academia.

 
Todo ha cambiado, incluso la experiencia en el aula, pues antes se podía predecir lo que los profesores esperaban como la respuesta “correcta”. Hoy, los colaboradores deben enfrentarse a problemas que aún no han sido resueltos y donde el factor innovación es clave.

El conocimiento avanza a pasos tan acelerados que hay un acortamiento de la vida útil de los conocimientos y cambios en las habilidades demandadas. Según “The Future of Jobs” (Foro Económico Mundial, 2016), el tema es tan dramático que hay carreras en las que lo aprendido en el primer año resulta obsoleto al concluir el bachillerato.

Según Buckminster Fuller, creador de la Curva de Duplicación del Conocimiento, hasta 1900, el conocimiento humano se duplicaba cada siglo; tras la Segunda Guerra Mundial, cada 25 años; y, en la actualidad, el promedio es de 13 meses. Para algunos expertos, el Internet de las Cosas podría significar, en ciertas áreas, la duplicación en 12 horas. Asombroso, sin duda.

Babaic sugiere migrar a un sistema de aprendizaje de por vida, más personalizado y que potencie las fortalezas de cada persona, privilegie la indagación sobre la memorización, la reflexión sobre la mecanización, la colaboración sobre la competencia, y la búsqueda de un propósito sobre la acumulación de títulos.

Será conveniente volver los ojos a Alemania, país líder en educación dual, que se ha propuesto ser el campeón mundial en innovación, en donde el Estado, la empresa y los actores sociales se unen para brindar una opción que combina la formación profesional con la práctica, que permite a los estudiantes desarrollar competencias personales y sociales, manejo de tecnologías y procesos, y razonamiento lógico para resolver problemas.

Además de brindar educación con altos estándares de calidad y acreditación, el sistema ha resultado invaluable por su flexibilidad y capacidad de generación de programas y perfiles acordes con las necesidades cambiantes del mercado, círculo virtuoso del cual debemos aprender.

Por su lado, Kim dio tres recomendaciones: ser responsables por la propia educación, tener determinación, y mentalidad de desarrollo. En el primer tema, señaló cómo ésta será una generación responsable de crear los empleos del futuro y cómo va a tener que aprender cosas nuevas toda su vida.

La clave no será el coeficiente intelectual, sino la fuerza de voluntad, la cual, al igual que en los deportes, se puede entrenar. El secreto está en tener metas claras, con cierta flexibilidad, y no ver el cambio como un enemigo.

Con esta realidad, cuyo horizonte es tan cercano como la próxima década, hay un nuevo sentido de urgencia para realizar cambios en la educación, tanto formal como técnica, en la elaboración y adaptación de los programas de estudios, así como en los entes responsables de autorizar nuevos programas.

Asimismo, el mercado de estos nuevos trabajos demandará una mayor flexibilización, tanto en materia laboral (tiempos parciales, jornadas, teletrabajo, trabajo colaborativo desde el exterior), como en los esquemas de beneficios, entre los que se encuentra la seguridad social.



*Nuria Marín Raventós es empresaria y analista.

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