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domingo, 10 de enero de 2016

jubilación

Cómo la “Internet de las cosas” revolucionará su jubilación


The  wall street journal-domingo, 10 de enero de 2016  
La Internet de las cosas, donde todo lo que nos rodea, lo que llevamos encima y, muy pronto, lo que llevamos dentro de nosotros comenzará a hablarnos, tiene un enorme potencial para mejorar nuestra calidad de vida después de la jubilación y en la edad más avanzada. Estos servicios tecnológicos ayudarán a muchas personas jubiladas que viven solas, a menudo a cierta distancia de su familia. Sólo considere que más del 40% de las mujeres estadounidenses de más de 65 años viven solas. Para aquellos que cuidan de un familiar mayor, la Internet de las cosas proporcionará ojos, oídos, e incluso una mano adicional a los atareados cuidadores de ancianos.

Imagine un mundo donde todo lo que nos rodea es “inteligente”. Diariamente, esos dispositivos detectan sus movimientos, sus hábitos y sus cambios de comportamiento. Su casa tendrá dos arquitecturas: una, el diseño físico que vemos y experimentamos todos los días, y la otra un diseño cibernético casi invisible de sensores y los proveedores de servicios conectados a Internet que supervisarán, gestionarán y motivarán comportamientos que mejoren su bienestar. Ya en la actualidad hay un sinnúmero de sistemas que brillan o emiten un sonido para recordarle que debe tomar sus medicamentos. Dispositivos “bobos” que sólo mantenían su comida fría o hacían su café a la mañana serán ahora inteligentes, ayudándolo a asegurar que usted esté comiendo y durmiendo bien. Su refrigerador hará un seguimiento de sus hábitos alimenticios y su cafetera podrá alertarlo acerca de cambios en sus hábitos de sueño y su rutina matutina. Conectada a centros de salud, familiares y amigos, su tostadora contará su consumo de carbohidratos al día. Incluso los actuales dispositivos “geek-chick” portátiles serán un vehículo de información fisiológica y conductual a su teléfono inteligente y más allá.

Aunque proporcionará beneficios extraordinarios, la Internet de las cosas también puede agregar nuevos costos en la edad avanzada.

Los gastos futuros en la jubilación han sido generalmente previsibles. Vivienda y transporte son los cargos más altos, con los costos de salud y de atención a largo plazo como variables. La Internet de las cosas va a generar toda una nueva serie de costos que serán tan rutinarios como lo es hoy el costo de la TV por cable, que alguna vez fue un lujo. Hoy, servicios básicos de monitoreo disponibles sin prescripción médica pueden representar hasta US$100 adicionales a su presupuesto mensual. Muy pronto, el precio de cada nuevo aparato del hogar incluirá una cuota de servicio mensual para que uno acceda a toda su gama de funciones. A quienes digan que no van a pagar un peso por esos “adicionales”, pregunte si son propietarios de un teléfono celular con un costo mensual, con una tarifa de servicio digital para las nuevas aplicaciones recién bajadas de la nube. La Internet de las cosas va a crear un nuevo renglón de costos en nuestros presupuestos de jubilación. Estrictamente hablando, estos gastos no formarán parte de su presupuesto de salud ni de teléfono, sino que serán una nueva parte del costo de vivir bien en la vejez.

Otro costo del que se habla poco tiene más que ver con la información y el tiempo que con el dinero. ¿Cómo van a hacer individuos y familias para identificar la mejor oferta de aparatos, sensores y servicios para proporcionar la comodidad y la atención en el retiro? Actualmente no existen asesores certificados para “compras inteligentes” en la vejez ciber-asistida. ¿Quién proporcionará la instalación, la capacitación y el mantenimiento de estos servicios? Los servicios de call center de hoy no serán aceptables para el usuario del futuro de estas tecnologías inteligentes. Los dispositivos equipados con la Internet de las cosas tienen un increíble potencial, pero los adultos mayores y aquellos que los cuidan quieren soluciones integradas, no productos que generen más trabajo.

Finalmente, el Internet de las cosas es en última instancia comunicación, y esta información que es muy personal. Vivir en una “casa inteligente” tiene como precio su privacidad. Los usuarios de la Internet de las cosas deberán determinar si la información íntima que comparten está protegida por organizaciones de confianza. Por otra parte, los servicios que presten estos implementos tecnológicos deberán proveer un valor suficientemente alto de comodidad y cuidado que justifique su costo, tanto monetario como de privacidad.


La vida del jubilado del futuro estará moldeada por la tecnología. Esta proporcionará beneficios increíbles, pero también traerá nuevos costos, tanto financieros como sociales, que deben ser considerados como una nueva parte de la planificación de la jubilación.

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