Las tiendas por departamentos
pierden terreno en los centros comerciales de EE.UU.
The wall
street journal- julio de 2016
En el Florida Mall en Orlando, la
tienda por departamentos Nordstrom fue demolida y reemplazada con un local de
Dick’s Sporting Goods y una atracción familiar basada en crayones llamada
Crayola Experience.
Una tienda de Saks Fifth Avenue
también fue demolida para abrirle paso a una plazoleta con 23 restaurantes. La
de Lord & Taylor, por su parte, fue convertida en un espacio para locales
de American Girl, H&M, Forever 21 y Zara.
Las tiendas por departamentos,
que alguna vez fueron los ejes de los centros comerciales de Estados Unidos,
están siendo desplazadas por nuevos tipos de minoristas que son más eficientes
a la hora de atraer compradores e impulsar las ventas totales del
establecimiento.
Los dueños de los edificios están
sacando a estas grandes cadenas otrora codiciadas, para reemplazarlas con
minoristas de artículos deportivos, cadenas de moda rápida, supermercados,
gimnasios, restaurantes, cines y otros tipos de entretenimiento conforme buscan
mantener la relevancia de sus propiedades en una era dominada cada vez más por
las compras en línea.
“La definición de una tienda
ancla ha cambiado”, dice Stephen Lebovitz, presidente ejecutivo de la
propietaria de centros comerciales CBL & Associates Properties Inc.
“Cheesecake Factory genera tanto negocio como solía hacerlo Sears”.
En algunos de los grandes
mercados de América Latina, en cambio, los operadores parecen a veces
anticiparse a la tendencia al buscar la consolidación del rol central de las
tiendas por departamentos o comercios de grandes superficies mediante el
agregado de una gama de nuevos negocios que pueden tener la misma capacidad de
atracción y retención de consumidores que las nuevas tiendas que se incorporan
a los centros comerciales estadounidenses.
Es el caso del grupo chileno Mall
Plaza, controlado indirectamente por el conglomerado minorista Falabella y con
21 centros comerciales —y otros cuatro en construcción— en Chile, Perú y
Colombia. “La evolución de nuestra propuesta de valor se ha orientado
fuertemente hacia el retailment”, dice Fernando de Peña, vicepresidente
ejecutivo de Plaza SA, con un término que combina el comercio minorista y el
entretenimiento. “Las tiendas por departamentos siguen siendo de gran
relevancia y atractivo para el consumidor, y esenciales para la oferta de los
centros”, señala, aunque al mismo tiempo incluyen “una oferta cada vez más
profunda en gastronomía, entretenimiento y espacios de expresiones artísticas
como teatro, música en vivo, salas de arte e incluso bibliotecas”.
Lo que está sucediendo en EE.UU.
es básicamente resultado de la irrupción del comercio en línea, que está
fagocitando el modelo tradicional de minoristas, según Pablo Chapot, socio
fundador de Shopping Managers Group, que entre otros centros gerencia
Norcenter, en el norte del Gran Buenos Aires.
En Argentina, según Chapot, el
proceso es más lento, ya que los centros se desarrollaron con fuerza sólo a
partir de los años 90, y hoy aún cumplen la función de lugar de compra, paseo y
espacio de encuentro. Hoy por hoy, “no hay una opción que compita” con las tiendas
anclas, sobre todo porque las grandes marcas internacionales que podrían
reproducir el proceso de EE.UU., aún observan cómo evoluciona el país tras el
cambio de gobierno antes de arriesgarse a invertir en el país. Cadenas
internacionales como Carrefour, Wal-Mart, Zara o Falabella, y firmas locales
como Coto, son las anclas en los centros comerciales argentinos. La maduración
del comercio en línea, afirma, puede durar años hasta que se supere la
desconfianza del consumidor en la seguridad de esas transacciones.
En Brasil, la dependencia en las
tiendas por departamentos terminó hace décadas y hoy en día la definición de
ancla se basa en otros criterios. “Consideramos como anclas todas las tiendas
bien conocidas y que ofrecen diferentes condiciones para que el consumidor
pague, y no sólo las [tiendas] multimarcas”, asevera Glauco Humai, presidente
de la Asociación Brasileña de Centros Comerciales (Abrasce).
En EE.UU., el fenómeno se ve en
todas partes. CBL subdividió un local de 17.000 metros cuadrados en la
CoolSprings Galleria, en Franklin, Tennessee, en secciones más pequeñas que
ahora albergan a American Girl, H&M y The Cheesecake Factory.
Simon Property Group Inc., la
dueña del Florida Mall, ha reemplazado 50 tiendas por departamentos en sus
propiedades en los últimos 15 años, o cerca de 11% de todos los locales de este
tipo que tiene en sus centros. En su lugar ha recibido a inquilinos como
Primark, Target Corp. y Forever 21 Inc.
“La dependencia que tienen los
centros comerciales de las tiendas por departamentos no es lo que era hace 25
años”, dice Sandeep Mathrani, presidente ejecutivo de General Growth Properties
Inc., dueña de múltiples centros comerciales.
Desde 2011, General Growth ha
recuperado espacio de 65 tiendas por departamentos, o aproximadamente 15% de
sus locales ancla, y ha instalado nuevos arrendatarios como H&M Hennes
& Mauritz AB, 24 Hour Fitness, Wegmans Food Markets Inc., Dave &
Buster’s y otros restaurantes.
Los centros comerciales solían
depender tanto de las tiendas por departamentos que algunos de los primeros
fueron construidos por estos mismos minoristas. Una predecesora de
Dayton-Hudson Corp., que operaba tiendas por departamentos antes de ser vendida
y cambiar su nombre a Target Corp., construyó el primer centro comercial bajo
techo en los suburbios de Mineápolis en 1956. La propiedad, llamada Southdale
Center, colocó a competidores bajo un mismo techo en un ambiente con clima
controlado, una idea novedosa en ese entonces.
El desarrollo de centros
comerciales estaba supeditado a conseguir tiendas por departamentos como anclas
con la esperanza de que su prestigio atrajera a otros inquilinos y, a su vez, a
los compradores. Por ende, estas cadenas muchas veces eran las dueñas de los
centros comerciales o pagaban poca renta, cuentan ejecutivos de bienes raíces.
Conforme cadenas como Bonwit
Teller & Co. quebraron y otras como May Department Stores Co. fueron
compradas por rivales, el grupo se redujo. Tras la fusión en 2005 con Federated
Department Stores, las marcas de May y Federated, que incluían Burdines,
Filene’s y Marshall Fields, fueron convertidas en Macy’s, lo que en algunos
centros comerciales dejó tiendas duplicadas que debieron ser cerradas.
En su apogeo en los años 80,
había 56 marcas de tiendas por departamentos, dice Mathrani. En la actualidad,
la cifra llega a unas 12.
Las cadenas que sobreviven han
cerrado cientos de tiendas en los últimos años, mientras hacen frente a la
competencia en línea de Amazon.com Inc. y al cambio en los gustos de los
consumidores, que han hecho que las tiendas por departamentos parezcan
anticuadas.
En los centros de General Growth,
las ventas de las tiendas por departamentos cayeron 1,9% en los 12 meses hasta
marzo, frente a un aumento de 4% en los locales especializados. Entre 2005 y 2015,
la disparidad fue aún más marcada, con un descenso de 10% en las ventas de
estas grandes cadenas comparado con un alza de 33% en la facturación de las
tiendas especializadas.
De todos modos, las tiendas por
departamentos dentro de centros comerciales no han muerto. En 229 centros
analizados por la firma de datos inmobiliarios CoStar Group Inc. en la última
década, una marca de tienda por departamentos reemplazó a otra en 46% de los
casos en que el espacio central quedó desocupado. No obstante, en el 54% los
inquilinos fueron minoristas de comida, muebles y artículos deportivos, entre
otros.
La remodelación del espacio para
la tienda ancla implica un costo para los propietarios, pero puede generar
grandes retornos conforme las tiendas por departamentos que pagan desde
US$21,50 por metro cuadrado son reemplazadas por nuevos minoristas ancla que
pagan entre US$160 y US$215 por metro cuadrado, indican ejecutivos de bienes
raíces. Si el espacio es dividido en lotes más pequeños, el alquiler puede
llegar a casi US$1.080 por metro cuadrado.
En tanto, los nuevos y más
productivos arrendatarios ayudan a elevar las ventas de todo el centro
comercial al atraer más clientes, dicen los ejecutivos.
CBL gastó US$32,8 millones en la
parte que le correspondía de la remodelación de CoolSprings, que posee con el
fondo de pensiones TIAA-CREF, según una presentación que preparó para
inversionistas. Las ventas por metro cuadrado del centro aumentaron 15%
interanual, a US$5.845, en 2015, el año en que el antiguo espacio que ocupaba
Sears fue renovado e inaugurado.
Dick’s Sporting Goods Inc. ha
estado ocupando superficie que antes albergaba a tiendas por departamentos.
“Penney, Kohl’s, Sears, Macy’s, algunas de ellas han anunciado cierres de
locales, va a haber bienes raíces disponibles”, dijo en mayo Ed Stack,
presidente ejecutivo de la cadena de artículos deportivos.
Las tiendas por departamentos no
están cerrando locales lo suficientemente rápido, según la firma de
investigación Green Street Advisors, que estima que las cadenas tendrían que
cerrar unas 800 tiendas más, o cerca de 20% del espacio ancla de los centros
comerciales, para volver a las cifras de ventas por metro cuadrado que tenían
hace una década.
Muchas tiendas por departamentos
tienen largos contratos de alquiler con múltiples opciones de renovación a
tarifas por debajo de las del mercado, lo que les permite seguir operando
durante años con pocos márgenes de ganancia.
Por ejemplo, más de la mitad de
los alquileres de Sears Holdings Corp. termina en menos de cinco años, pero
tiene opciones para renovar por otros 25 años, según sus documentos
financieros.
Sears Holdings paga unos US$46
por metro cuadrado en los locales que forman parte del fideicomiso de inversión
en bienes raíces Seritage Growth Properties que estableció el año pasado, según
John Kernan, analista de Cowen & Co., y una presentación de Seritage para
inversionistas. En contraste, otros inquilinos de Seritage pagan entre US$130 y
US$260 por metro cuadrado.
“Los propietarios han tratado de
ser más activos en volver a comprar espacio”, dice DJ Busch, analista sénior de
Green Street, “pero hay una gran brecha en lo que están dispuestos a pagar y lo
que las tiendas por departamentos están pidiendo”.
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