Cómo mejorar la calidad de vida ante la
amenazante mancha urbana
FORBES- 30 de Julio de 2016
Para reducir la población
flotante, fortalecer la competitividad y el empleo, y mejorar la calidad de
vida de la población, hay que planear más allá de la sola visión inmobiliaria.
Como pintura derramada, la Ciudad
de México no deja de crecer por las orillas. Ante la saturación, la urbe se ha
visto obligada a expandirse hacia la periferia, y como ejemplo está el Estado
de México, que de 1996 a la fecha ha sumado 33 municipios a la Zona
Metropolitana del Valle de México (ZMVM), la más grande de las 59 áreas
metropolitanas que existen dentro del territorio nacional.
De no abordarse de manera
adecuada, este crecimiento podría representar problemas de gobernabilidad en
diferentes niveles, además de repercutir de forma muy notoria en la calidad de
vida de quienes viven en estas zonas. Asentamientos informales, falta de conectividad
y de transporte adecuado, inundaciones, entre otras cuestiones que dejarían en
situación de vulnerabilidad a los habitantes.
Por si esto fuera poco, se estima
que los costos de introducción de servicios públicos en asentamientos no
planeados es 2.7 veces mayor, repercutiendo en la competitividad económica.
Con miras a entender mejor el
panorama urbanístico al que nos enfrentaremos los habitantes de la Megalópolis,
en Propiedades.com hicimos una proyección del parque habitacional de la ZMVM
hasta el 2030. En la Ciudad de México la vivienda crece aproximadamente en 1
millón 166 mil viviendas, alcanzando los 3 millones 561 mil viviendas. Por su
parte, el estimado arrojó que en el Estado de México la vivienda crecerá 1
millón 500 mil unidades, con la expectativa de que para el 2030 el número de
viviendas en la entidad rebase los 6 millones.
Ante este panorama, la metrópoli
debe enfocarse desde un punto de vista integral y con una coordinación entre
los gobiernos de las zonas que abarca la ZMVM. Actualmente vemos que en
términos de vivienda, al menos en el centro, se está dando un salto a un
enfoque de vivienda vertical y vivienda compacta, lo que aumenta la densidad,
pero también es muy importante implementar políticas derivadas en materia de
transporte y movilidad.
La Ciudad de México es ya una
metrópoli altamente congestionada y lleva 25 años expulsando población, con
importantes problemas medioambientales, de tráfico y seguridad. Por poner un
ejemplo, la velocidad de traslado en la urbe es cada vez más baja y circula en
torno de los 16-20 km/h, que es aproximadamente la velocidad a la que nos
transportábamos a principios del siglo XX, previo a la entrada del automóvil.
Para evitar repetir esta
situación, lo primero que se debe lograr es un diagnóstico coordinado entre los
diferentes gobiernos, una claridad y consenso de qué tipo de ciudad queremos.
También es importante orientar
estos nuevos proyectos de ciudad hacia el uso de ecotecnologías, incentivando a
los beneficiarios de crédito del impacto positivo de estas tecnologías tanto en
el medio ambiente como en su costo a largo plazo.
Lo ideal, más allá de planear
sólo los aspectos de construcción inmobiliaria, sería una visión que contemple
a la gran ciudad como una entidad compuesta por centros económicos en la
periferia e implementar así la infraestructura correspondiente. Los beneficios
serían reducir la población flotante, fortalecer la competitividad y el empleo,
pero sobre todo mejorar la calidad de vida de los nuevos habitantes de la zona metropolitana.
Santiago Sánchez-Navarro-Especialista
en desarrollo de proyectos inmobiliarios. Es Cofundador de MéxicoShowroom y en
2013 confundó Propiedades.com, donde se desempeña como director general.
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