CIADI: el árbitro internacional
contra el proteccionismo
FORBES- 7 de Julio de 2016
La globalización también llegó a
los tribunales: controversias entre países e inversionistas arriban a las salas
del CIADI, un centro de arbitraje del Banco Mundial. México no es la excepción:
está envuelto en 17 litigios.
En 2005, el entonces presidente
de Venezuela Hugo Chávez anunció que las multinacionales petroleras que
operaban en su país desde 1992 debían firmar nuevos acuerdos; el gobierno había
cambiado la Ley de Hidrocarburos y tenía nuevas reglas del juego. Ese mismo
año, la oficina tributaria anunció que las petroleras asociadas con el Estado
debían pagar un impuesto de 50% y no de 34%, como decían los convenios firmados
en los 90, con el gobierno de Carlos Andrés Pérez.
Los 32 convenios firmados entre
1992 y 1997 fueron declarados ilegales por el gobierno de Chávez, y en adelante
la estatal PDVSA debía tener una participación mínima de 60 o 70% en sus
asociaciones con petroleras privadas y ya no a partes iguales como antes. En
respuesta, Exxon Mobil advirtió que llevaría el caso a arbitraje internacional
y se negó a pagar el nuevo porcentaje de regalías.
Para 2006 el gobierno anunció que
Exxon Mobil ya no era una empresa bienvenida en Venezuela y en 2007 se
eliminaron las asociaciones estratégicas en la Faja del Orinoco, así que
Petrocanadá, ConocoPhillips y OPIC cesaron sus operaciones en el país. Las
compañías reclamaron indemnizaciones ante el Centro Internacional de Arreglo
de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
Exxon Mobil reclamó un pago por
incumplimiento de contrato por 20,000 millones de dólares (mdd). Durante el
proceso redujo la cifra a 10,000 mdd; en octubre de 2014 el CIADI emitió su
fallo estableciendo el pago de 1,600 mdd a Exxon, como compensación por la
pérdida de sus activos.
Fruto de la globalización, el
CIADI es uno de los organismos ante los cuales se pueden dirimir las
diferencias relativas al comercio internacional o a convenios de inversiones y
tratados bilaterales.
Árbitro no impugnable
En 2012, la española Telefónica
interpuso ante el CIADI una demanda de arbitraje en contra del gobierno
mexicano, alegando un perjuicio por la reducción de tarifas de interconexión
aprobada por la entonces Cofetel. El pago reclamado era de poco más de 14,700
millones de pesos (mdp); el pasado 18 de marzo, Telefónica suspendió por seis
meses la demanda, con el objetivo de renegociar las condiciones entre las
partes, y retomar el proceso a partir de septiembre próximo.
El CIADI, con sede en Washington,
Estados Unidos, fue constituido en 1965 y es parte del Banco Mundial. Entre
sus tareas está ayudar a los estados a dirimir controversias cuando firman
tratados bilaterales de inversión, mientras que para los inversionistas es una
instancia en la que pueden presentar inconformidades si consideran que los
países incumplen los contratos firmados.
“(En el CIADI) son árbitros
privados designados por las partes y son éstos quienes resuelven la
controversia. Lo que hacen es darle el derecho a un privado de solucionar
controversias en materia de inversión no ante cortes locales sino ante un foro
internacional, ya sea el ciadi u otro organismo”, señala Antonio Prida,
fundador en México de la firma de abogados Curtis.
Los laudos del CIADI son
inapelables, lo que es visto como una de sus principales virtudes; en otras
cortes u organismos, las partes pueden interponer innumerables impugnaciones,
con juicios interminables, señala Guillermo Landa, de arbitraje y conciliación
de Basham, Ringe y Correa.
En 2015 se registraron ante el
CIADI 52 controversias. De éstos, 25% fueron en Europa del Este y Asia Central,
24% en Sudamérica, 16% en África Sub-Sahariana, 10% en África del Norte y
Oriente Medio, 8% en Asia del Sur y el Pacífico, 7% en Europa Occidental, 6% en
Centroamérica y 4% (o dos procesos) en la región TLCAN.
El mayor número de controversias
es en los sectores energéticos (petróleo, gas y minería), con 26%, y en
proyectos de generación eléctrica, con 17% del total de casos atendidos por el
CIADI. Les siguen los sectores de construcción (7%), transporte (9%) y diversas
industrias (12%).
En al, estas controversias
cobraron auge a finales de los 90 y principios de la década siguiente, entre
otras razones porque la región se convirtió en actor relevante para la economía
global, comenta Antonio Prida.
“Desde aquí (la Ciudad de México)
Curtis atiende los casos que se presentan ante el CIADI del resto de al;
tenemos 18 oficinas en distintos países”, expone Gabriela Álvarez, jefa del
área de arbitraje. Hoy, esta firma lleva uno de los casos más grandes de la
región que data de diciembre de 2007 entre ConocoPhillips y el gobierno de
Venezuela a raíz de una controversia presentada por la compañía estadounidense
por incumplimiento de contrato y la demanda de una indemnización por 10,000
mdd.
Argentina fue el primer país con
un gran número de casos; llegaron a ser 30 al mismo tiempo a principios de
2000, cando empresas como Exxon Mobil, Gas Natural, Enersis, Repsol,
Telefónica y France Telecom, entre otras, demandaron ante el CIADI por incumplimiento
de contrato, cambio de las reglas y de la economía de ese país; al momento de
iniciadas las querellas, el gobierno argentino tenía firmados 50 tratados
comerciales, la mayoría de ellos durante el gobierno de Carlos Saúl Menem.
El segundo país más demandado
hasta ahora es Venezuela. “El cambio en la política energética durante 2006
provocó las primeras controversias, y luego se incrementaron hasta llegar a 20
cuando el gobierno decidió ampliar su política de nacionalizaciones”, menciona
Álvarez, de Curtis.
“Si como inversionista extranjero
quieres demandar a un Estado, normalmente no tienes esa facultad, por lo que
ese derecho se ejerce a través de los tratados comerciales firmados entre
estados y aunque no significa que las controversias sean dirimidas entre
países, el arbitraje del CIADI permite a cualquiera de las partes presentar una
inconformidad”, agrega Álvarez.
Existe un convenio sobre
inversiones creado por el CIADI y que los países miembro del Convenio de
Washington, relativo al arreglo de diferencias entre estados y particulares en
materia de inversiones, deben firmar junto con un reglamento interno. La regla
general es que los países firmantes formen parte de un tratado comercial o
haber firmado el convenio de inversión del organismo; hasta el momento, 140
países han firmado ese convenio.
“Junto con el CIADI, la Cámara de
Comercio Internacional (CCI), que data de 1919, son los dos organismos
dedicados al arbitraje internacional en materia de inversiones, y aunque no son
las únicas instancias, pues existen muchas otras en cada país para resolver
diferencias, éstas son a las que más recurren los actores a la hora de
presentar una controversia de carácter mercantil”, asegura Aldana.
Ante los tribunales
El gobierno de México no ha firmado
dicho convenio, pero al formar parte del TLCAN y tener tratados comerciales con
43 países en tres continentes, las empresas de los países involucrados en esos
tratados se pueden acoger al convenio del ciadi. Pero en el caso de que
algunas de las partes no formen parte de esos convenios, entonces acuden a
otras instancias.
“El que México no haya firmado
hasta el momento el convenio de Washington puede significar una desventaja,
pues en caso de alguna controversia, los demandantes pueden acudir a las cortes
locales o al CCI”, dice Aldana. Uno de los motivos de México para no firmar su
adhesión al ciadi sugiere que le puede presentar desventajas debido a que los
laudos dictados por el organismo son inapelables, agrega.
La dinámica de la globalización
hace que prácticamente todos los países adheridos tienen casos ante el ciadi.
Por ejemplo, España tiene en proceso siete casos relacionados con generación de
energía solar debido a que el país modificó las condiciones de inversión.
Canadá tiene 25 casos de inversionistas en contra de otros estados, mientras
que en Australia la demanda de un inversionista obligó al gobierno a poner en
tela de juicio la firma de los tratados comerciales que negociaba el Estado.
“En México se prevé que con la reforma energética en un futuro aumenten los
casos de inconformidad entre partes relacionadas”, confiesa Aldana.
Por lo regular, los gobiernos
llegan a gastar entre 2 y 3 mdd para enfrentar una controversia ante el ciadi.
La mayoría de los que llegan a este organismo son presentados por compañías
inversionistas y muy pocos son iniciados por los estados –por lo general, el
papel de éstos es contrademandar a la empresa inconforme.
Una tercera parte de los casos
termina en acuerdo, es decir, la mayoría no llega a la instancia de laudo,
sólo que eso toma más tiempo cuando los gobiernos centrales dejan la resolución
a gobiernos locales o municipales, afirma Álvarez. Por lo regular, un caso
ante el ciadi no debe llevar más de nueve meses. Sin embargo, hay controversias
que han llevado hasta nueve años, expresa Aldana.
Antes de que existiera el ciadi,
las multinacionales se acogían a las leyes de su país de origen para presentar
sus inconformidades. “Esto hizo surgir la idea de crear instituciones como el
ciadi y de firmar tratados de inversión entre países, porque antes la única
opción que tenían los inversionistas era recurrir a su propio gobierno para que
a nivel diplomático interviniera frente al otro gobierno y eso generaba
fricción diplomática”, comenta Kate Braun, responsable del área de arbitraje
internacional de Curtis.
Con los tratados de inversiones
se creo este derecho que no existía antes.
Ante el ciadi, México ha debido
enfrentar hasta ahora 17 casos de controversia presentados por inversionistas
entre 1997 y 2015; en su mayoría han sido ya resueltos y sólo quedan pendientes
los casos de Telefónica y el de Lion México. Hasta ahora, en lo que va de 2016,
no se ha interpuesto ningún caso.
Sin embargo, el gobierno
mexicano deberá replantear su posición de no firmar el convenio de Washington,
dice Landa, toda vez que en los últimos años se ha erigido como un promotor de
las inversiones.
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